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Jim Morrison y los cincuenta años de la muerte de un mito perfecto

Una de las leyendas delrockes una de las figuras más visitadas en el cementerio de famosos en la capital francesa.
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EFE - Medios Regionales

Jim Morrison, músico, poeta y uno de los referentes del rock, murió el 3 de julio de 1971, hace cincuenta años en París, y desde entonces se ha convertido en un mito perfecto, una leyenda creada en buena parte gracias a la influencia del cine.

Morrison falleció a los 27 años en un piso del entonces barrio bohemio del Marais, en la capital de Francia, adonde se había trasladado para intentar dejar atrás su alcoholismo e impregnarse del espíritu artístico de la ciudad.

El estadounidense fue "uno de los grandes" en la historia del rock, por el volumen y por la calidad de su obra, afirmó a Efe Diego Manrique, uno de los más respetados críticos musicales españoles, quien también cree que su grupo, The Doors, está entre los mejores conjuntos.

Con seis álbumes en solo cinco años, The Doors se convirtió en un grupo de primera línea, conjugando canciones pop "perfectas", como "Light my Fire", o mucho más oscuras, como la edípica "The End" o la violenta "Riders on the Storm", explica.

Morrison, letrista, cantante y líder del grupo, llevó al extremo esos temas con interpretaciones dramáticas sobre el escenario.

Familiarizado con las teorías del "teatro de la crueldad" del francés Antonin Artaud, su personaje del 'Rey Lagarto' lanzaba largas peroratas y provocaciones al público y a la policía que con frecuencia vigilaba sus conciertos.

Manrique, autor del libro sobre el grupo "Jinetes en la tormenta", recuerda que los cuatro componentes de The Doors eran "chicos cultos" metidos en movimientos de vanguardia y sus canciones no tenían nada que ver con lo que se hacía entonces.

Todo eso no quita que Morrison, con sus apariciones salvajes y dramáticas en el escenario, vestido de cuero negro y a veces con el torso desnudo, se convirtiera en un auténtico "sex symbol" para ambos géneros.

Musicalmente, hacían rock, pop y mucho blues-rock incisivo ("Roadhouse blues", por ejemplo), pero con otras influencias. El teclista Ray Manzarek venía del jazz y el guitarrista Robby Krieger era muy aficionado a la guitarra clásica española.

Muerte sin investigar

Tras unos años de éxito y desenfreno, Morrison llegó a París en marzo de 1971 y apenas cuatro meses después fue encontrado muerto en el departamento que tenía alquilado. El médico que acudió certificó una defunción por un fallo cardíaco y no se le realizó una autopsia.

Según varios conocidos y testigos, la causa más probable fue una sobredosis de heroína, pero jamás se investigó.

Fue enterrado en el cercano Cementerio del Père Lachaise. Y aquí se cierra el círculo del "mito perfecto", según Manrique. Una gran estrella estadounidense, adorada por sus fans, un sex symbol, que muere joven en París y termina en el camposanto más famoso.

Añade que el mito de Morrison se asentó definitivamente tiempo después, gracias al cine, con el uso de "The End" en "Apocalypse Now" (1979), de Francis Ford Coppola, y con la biográfica "The Doors" (1991), de Oliver Stone, que han inspirado a los fans más jóvenes.

La sepultura de Morrison en Père Lachaise "es una de las más famosas y más visitadas" de esta necrópolis, señala a Efe Sylvain Ecole, director del Servicio de Cementerios de París, junto a la famosa tumba.

Y eso que este es posiblemente el camposanto más célebre del mundo por el renombre de quienes aquí reposan, especialmente artistas, entre las 70.000 tumbas y 27.000 urnas con cenizas.

Oscar Wilde, Frédéric Chopin, Yves Montand, Edith Piaf, Marcel Proust, Miguel Ángel Asturias o Georges Bizet son solo algunos de los ilustres vecinos del roquero, en cuya tumba nunca faltan una foto enmarcada, flores o conchas de peregrino. Incluso en este lugar reposan los restos de Héctor 'Indio' Pavez, intérprete de "El lobo chilote" y "Corazón de escarcha".

Esta acumulación de celebridades, común también a los cementerios parisinos de Montparnasse y Montmartre, "es un motivo de orgullo pero también de preocupación, porque hay muchísimo público", reconoce Ecole.

Antes de la pandemia, los camposantos parisinos recibían cinco millones de turistas anuales, de los que tres millones visitaban Père Lachaise.

La sepultura de Morrison y las situadas a su alrededor están rodeadas por una valla que, fundamenta Ecole, busca proteger la intimidad del lugar y "evitar que la gente se acerque demasiado a la sepultura".

Hace un tiempo robaron de la tumba un busto de mármol y una placa. Después, el padre del músico colocó otra placa que dice en griego "Fiel a sus propios demonios". Ecole insiste en pedir a los admiradores del cantante "respeto al lugar, a las sepulturas".

Mientras Ecole habla, en pocos minutos pasan visitantes de Francia, Italia, Alemania y Países Bajos para contemplar durante un rato la sepultura y tomar alguna foto o un selfi.

Entre todos destaca Bruno Gacon, con una camiseta "The Doors" y una gorra en la que se lee "Jim Morrison". Revela que viene a París desde un pueblo del centro de Francia al menos dos veces al año, para los aniversarios de la muerte y el nacimiento (8 de diciembre) del músico.

Gacon tiene permiso para pasar las vallas y limpiar un poco las flores secas. Morrison "era único", y la música de The Doors da "una sensación de "culminación, toda es emoción para mí", describe para justificar su pasión.

"Él fue uno de los grandes" en la historia del rock, por el volumen y por la calidad de su obra".

Diego Manrique,, crítico musical.

"Que esté enterrado aquí es un motivo de orgullo pero también de preocupación, porque hay muchísimo público".

Sylvain Ecole, director del Servicio de Cementerios de París.