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Las 8 cosas que no sabías acerca de la congelación de óvulos

Se trata de un procedimiento para las mujeres que desean postergar la maternidad sin bajar las opciones de ser madres.
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Javiera Navarro

La congelación de óvulos ha tomado cierta fuerza en las mujeres que quieren ser madres, pero que no lo ven como una opción real para hoy. Sin embargo, existen variables que no son del todo conocidos. Para ello, la doctora María José Miranda, médico de la Unidad de Medicina Reproductiva Idimi de la U. de Chile y académica de la U. Mayor, y el doctor Mauricio Mondion, ginecólogo especialista en Fertilidad de la Clínica SG Fertility, aclaran dudas.

1Es mejor un óvulo congelado de una mujer de 30 años, que uno fresco a sus 38.

Siempre va a tener mayor calidad un ovocito de una mujer más joven, y la congelación no deteriora nada los ovocitos. "El ovocito descongelado sigue teniendo 30 años", indica Miranda, y detalla que "el ovocito a lo largo de la vida envejece con la persona. Después de los 35 años baja la reserva de ovocitos y disminuye su calidad".

2El alojamiento se paga. Mondion explica que los ovocitos congelados se mantienen en tanques de nitrógeno líquido, el que debe cambiarse con regularidad. Adicionalmente está el costo de los recursos humanos.

La mantención puede variar de una clínica a otra, pero ronda los 30 mil pesos mensuales. La mayoría de los establecimientos ofrece un "periodo de gracia", en el que los primeros dos a cinco años no se paga.

3Los óvulos congelados no vencen. Aunque el óvulo congelado sea infinito, la mujer no lo es. "Después de los 50 años una mujer no debería embarazarse, pues el riesgo para ella es muchísimo", advierte Miranda.

4Es mejor congelar los ovocitos antes de los 35 años. La lógica es: mientras antes congeles, mejor será la calidad y cantidad de los ovocitos de una mujer. "No hay un punto de corte, pero el descenso es lineal", dice Mondion.

Esto no quiere decir que una mujer de más de 35 años no puede congelas sus ovocitos, pero la calidad y cantidad de ellos será menor que cuando era más joven.

5Cuando la mujer quiere utilizar sus óvulos guardados, se debe someter a una fecundación in vitro.

La congelación de los ovocitos es la primera etapa del método de fecundación in vitro. El proceso finaliza cuando estos ovocitos son fecundados por un espermatozoide en un laboratorio, y luego este embrión es introducido en el útero de la mujer.

6Se pueden donar los ovocitos. La ovodonación tiene como compensación un pago de $700.000 aproximadamente. Cualquier mujer puede donar los ovocitos en la medida que cumpla ciertos criterios y se someta a una larga lista de pruebas: debe tener menos de 30 años, pasar una evaluación psicológica, pruebas de consumo de drogas, exámenes para verificar la existencia de enfermedades genéticas, examen de enfermedades de transmisión sexual, entre otros, detalla el especialista de SG Fertility.

Cerca del 25-30% de la técnica de fertilización por fecundación in vitro se realiza con ovocitos donados.

Este procedimiento tiene un pago de entre 500-800 mil pesos, que busca compensar el tiempo que ocupó la mujer donante para realizarse los exámenes requeridos. "El pago no es tan elevado para no flaquear el proceso, que debiera tener un motivo altruista", comenta la médico de Idimi.

7El efectos adverso más importantes es el síndrome de hiperestimulación ovárica (SHO)

"El SHO es la complicación más grave que podría ocurrir, y sucede muy ocasionalmente y al corto plazo del proceso de estimulación", señala Mondion. Este síndrome es una respuesta exagerada al exceso de hormonas, y hace que los ovarios se hinchen y se vuelvan dolorosos.

8No es una garantía."No existe la certeza, nada es garantía de nada. Lo que se ofrece en esta técnica de fertilidad es una probabilidad, de la cual la mujer debe estar informada antes de decidir someterse al proceso de congelación",manifiesta.

íntima

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¿Cómo está tu Salud Mental?

Si buscas en Internet, encontrarás miles de cuestionarios o listas de autoevaluación sobre tu salud mental. Abundan las relacionadas con depresión, ansiedad, y estrés, entre otras. Sin embargo hay formas más personales de evaluar tu propia salud mental, por lo que responder estas cuatro preguntas te puede resultar de gran utilidad (esto no remplaza en ningún caso una evaluación diagnóstica realizada por un profesional de la salud).

1. Pregúntate cómo es tu vida interior.

Fíjate en la charla interna que escuchas constantemente.¿Qué te dices a ti mismo? ¿Cómo te tratas? Descubrir tu vida interior es una prueba de fuego muy eficaz -aunque no fácil- para evaluar tu salud mental.

Requiere una habilidad muy importante y que todos podemos cultivar: la metaconciencia. Esto significa no solo la capacidad de ser consciente de sí mismo, sino la capacidad de notar qué, cómo y por qué estás pensando de cierta manera.

2. Pregúntale a un ser querido: "¿Qué es lo que te preocupa de mí?"

Hay un mito que impregna nuestra cultura posmoderna de que "tenemos que hacerlo todo por nuestra cuenta" y la verdad es que "se necesitan dos para conocer uno". Por lo tanto puede ser de gran utilidad el preguntarle a alguien en quien confías: "¿Qué es lo que más te preocupa de mí?" puede que no sea fácil preguntar algo así. De todas formas te animo a abrirte a lo que los otros tengan que decir por qué sus respuestas serán reveladoras. A menudo, otros pueden ver lo que nosotros no vemos o no queremos admitir. No busques dar explicaciones o justificarte. Simplemente, escucha. Si no tienes a nadie a quien preguntarle algo así, puede que te estés perdiendo la posibilidad de tener una conexión auténtica con otro ser humano. Nuestra salud mental está en gran parte determinada por nuestra "salud social". Por lo tanto sería recomendable que comenzaras por hacer lo necesario para establecer ese tipo de vínculos.

3. Evalúa cómo descansas ¿Puedes dormir? ¿Cómo es la calidad y cantidad de tu sueño?

Muchas veces descuidamos o se subestima el sueño. Este ayuda no solo a tu estado de ánimo, sino también a tu capacidad cognitiva y de aprendizaje. No desperdicies tu vida privándote del sueño.

4. Evalúa cómo funcionas en el día a día

Muchos profesionales de la salud mental se centran en la capacidad de las personas para funcionar y hacer lo que "tienen" que hacer como un factor clave. Esto es importante, sin embargo la mayoría de las personas que sufren por dentro y en silencio, funcionan aparentemente bien. A veces, sobrevaloran el trabajar muy duro como una señal de que están bien. Esto puede conducir a un agotamiento extremo o síntomas de alta irritabilidad y fatiga crónica.

Si te ha sido difícil responder las preguntas anteriores o no has podido hacerlo, podría ser de utilidad el buscar ayuda en alguien externo. Tal vez alguien de tu familia, tu pareja, tus amigos o apoyarte en un profesional.

Rodrigo Jarpa / @rodrigojarpa, Magíster en Psicología Clínica y doctor en Sexualidad Humana.