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Pájaros Kiltros presenta video grabado en Duhatao

Dúo reside en Castro y su propuesta resalta a la naturaleza con música de variados instrumentos.
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La banda musical Pájaros Kiltros, compuesta por los músicos afincados en Chiloé Saruy Concha y Millaray Parra, lanza el videoclip de su canción "Pájaro contento", su más reciente producción audiovisual grabada en Duhatao, en la comuna de Ancud, que se asemeja a un poema, en el cual las imágenes narran la historia o sueño que experimenta el personaje "Pájara Kiltra" al encontrarse en un lugar desconocido y con seres que la guían y le hablan.

La "Pájara Kiltra" cae en la Isla Grande de Chiloé y vive una importante transformación. Esta mutación la realiza en un paisaje majestuoso y lleno de naturaleza. El arte y la magia son logradas a través del vestuario, la música y la danza que propone la banda, complementados por un especial maquillaje y tocados creados por la artista Jocelyn Olguín.

"Es nuestro primer video con alta producción y es más narrativo, ya que cuenta una de las muchas historias que nacen de nuestro imaginario como Pájaros Kiltros" señala el frutillarino Saruy Concha. "Significa expandirnos a nuevas formas creativas y ¡quedamos con ganas de más! El resultado fue una hermosa poesía audiovisual en la cual las imágenes evocan o sugieren ideas y sensaciones", suma la santiaguina Millaray Parra.

El video fue grabado en marzo de este año, en la playa de Duhatao. El personaje de Pájara Kiltra fue personificado por la bailarina Kamille Gutiérrez. La dirección general estuvo a cargo de Dayana Guzmán, con fotografía en la mira de Joselyn Gómez Chodil y la producción audiovisual correspondió Catarsis Fotografía y César Rincón.

Pájaros Kiltros es una banda que nace en 2015 con este dúo que hoy reside en Castro. Su canto celebra la naturaleza por sobre todas las cosas y en su música destaca el violín, acordeón diatónico y un set de múltiples instrumentos: guitarra eléctrica, sintetizador, violectra, loops, hanpan kalimba, entre otros.

Los artistas cuentan con tres producciones discográficas: "Callejero" (2015), "Dragona de agua y viento" (2019) y "Simbiosis" (2020). También han creado música para teatro, danza y circo.

En las redes https://www.youtube.com/watch?v=PlNs_xsEr4o y @pajaroskiltros se puede ver el videoclip.

columna de opinión

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En serio, ¿cómo estás?

Es usual, muy característico, que en el saludo dado o él mismo, contenga o se resuma en un habitual ¿cómo estás? Y la respuesta verbal invariablemente es un ¡bien!, breve, parco, simple, y así ya se sale del paso. A veces, solo a veces, es un dubitativo ¡bi-bi-bieen! Y ya menos, mucho menos, un sincero y grave ¡mal! Y lo curioso es lo que sigue en ese intercambio de "saludos", la respuesta a estas tres variantes expresivas, es, diría, frecuentemente similar, un ¡ah!, ¡qué bueno! Incluso se alcanza a agregar un "me alegro". ¡Plop!

¡Qué pasó! ¿Qué pasa? ¿Qué ha operado? O ensimismamiento, conducta robotizada, algorítmica o ninguneo, quizás. Lo último, ¡mal!, ¡muy mal!, en especial, si es un modus operandi, una conducta ya instalada y desarrollada en un individuo, y utilizo esta palabra, porque es muy posible que se trate de alguien que cree (lo cree), que es único, especial, que todo gira en torno suyo.

Es preciso cambiar. Nuestra interacción ha de experimentar cambios. Somos seres sociales, no somos seres individuales, únicos, solitarios; la conducta del yo es en consonancia con el otro, con el prójimo, el yo se construye con el tú, nos complementamos, nos completamos uno y otro.

¿Cómo hacerlo? Salir del ensimismamiento, levantar la mirada, fijarla en el tú, y admirar en ese tú el yo, empatizar también, ¡por qué no!

"queremos ser felices"

Y aquí matizo, ensayo o dramatizo. Unos y otros, en lo más íntimo de nuestro ser queremos la felicidad, momento tras momento, día tras día, quizás con variadas expresiones o rostros. Me refiero a que, por sobre todas las cosas, queremos ser felices y, por extensión, queremos la felicidad en los otros. Y he aquí que, antes que hacer cosas, como estudiar, y solo con el primario objetivo de hacerlo bien, o que nos vaya bien, o que nos resulte bien, la pregunta típica a nuestro circunstancial interlocutor es ¿cómo te fue?, ¿cómo te fue hoy?, ¿cómo te fue en la escuela, en el liceo, en la universidad?, ¿cómo te fue en el trabajo?, ¿cómo te fue en la oficina? He de reconocer que preguntas como estas no han sido recurrentes en el último tiempo, por consecuencias de la pandemia.

¿Qué hacer? ¿Cómo hacer?

Propuestas. La primera, quitemos de nuestras prácticas interactivas ese molesto ¿cómo te fue? Dejémoslo reducido a la mínima expresión, olvidémonos de él, poco a poco.

La segunda propuesta y última. Antes, antes de la pregunta innombrable, opten por esta: ¿cómo estás?, por la más genuina y auténtica de las preguntas ¿cómo estás? Mas lo principal, es aguardar la respuesta, poner fina atención a la respuesta, y actuar en consecuencia.

Ensayemos:

-¡Buenos días! ¿Cómo estás?

-¡Bien! ¡Muy bien! ¡Gracias!

-¡Cuánto me alegra saberlo!

-Y, tú, ¿cómo estás?

-¡Bien, también! ¡Gracias!

Y así. ¡Gracias por la atención!

"Es usual, muy característico, que en el saludo dado o él mismo, contenga o se resuma en un habitual ¿cómo estás? Y la respuesta verbal invariablemente es un ¡bien!, breve, parco, simple, y así ya se sale del paso. A veces, solo a veces, es un dubitativo ¡bi-bi-bieen! Y ya menos, mucho menos, un sincero y grave ¡mal! Y lo curioso es lo que sigue en ese intercambio de "saludos", la respuesta a estas tres variantes expresivas, es, diría, frecuentemente similar, un ¡ah!, ¡qué bueno! Incluso se alcanza a agregar un "me alegro". ¡Plop!

Raúl Caamaño Matamala,, profesor de la Universidad Católica de Temuco