columna de opinión
Marcha por el clima
El reciente informe del Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático de la ONU (Organización de las Naciones Unidas) es drástico y contundente: "Los científicos están observando cambios en el clima de la Tierra en todas las regiones y en el sistema climático en su conjunto. Muchos de los cambios observados en el clima no tienen precedentes en miles, sino en cientos de miles de años, y algunos de los cambios que ya se están produciendo, como el aumento continuo del nivel del mar, no se podrán revertir hasta dentro de varios siglos o milenios".
Ante este escenario, que predice que una buena parte de la humanidad, principalmente los más desfavorecidos, sufrirá a futuro, es necesario tomar acciones concretas. Suena fácil, pero la verdad es que es un desafío enorme, toda vez que quienes toman las principales decisiones en los países, no sufren las consecuencias del cambio climático, instalados cómodamente en sus oficinas acondicionadas a una grata temperatura y provistas de toda el agua potable que requieran. No teniendo necesidad alguna de combatir el cambio climático, ¿por qué habrían de hacerlo? Solo aquellos sensibilizados con el tema tienen una motivación.
En este contexto, es muy importante que la ciudadanía se exprese al respecto, tal como se hizo ayer en marchas en Chile y el mundo convocadas por el movimiento Friday for the Future, donde aquellos ciudadanos ya sensibilizados pueden mostrar su descontento con la forma en que los diversos países abordan el problema.
En Chile, si bien estamos como país comprometidos a lograr la carbononeutralidad al 2050, en los hechos concretos no se aprecian acciones poderosas que intenten avanzar a pasos agigantados en el proceso de disminuir las emisiones. El grado de peligro que existe respecto del cambio climático requiere de, por ejemplo, disposiciones claras y oportunas para eliminar las centrales eléctricas en base a combustibles fósiles, más incentivos a la utilización de energías renovables no convencionales, y, por supuesto, un gran esfuerzo educativo destinado a sensibilizar a la ciudadanía, para que entienda cómo, cada uno de nosotros, contribuimos al cambio climático.
Para propiciar todo aquello la sociedad civil debe expresarse, debe hacer ver a políticos, autoridades de Gobierno, de empresas y de organizaciones, que el desafío es ahora y urgente. Que no podemos seguir esperando, porque si paramos hoy las emisiones, estas nos acompañarán durante siglos. No basta solo eliminar emisiones, necesitamos buscar la forma de abatirlas, y en donde regenerar nuestros arrasados bosques nativos se ve como la mejor solución.
Hay que actuar ahora. Bienvenidas, entonces, estas manifestaciones de molestia que hagan ver al poder político y económico, que queremos combatir efectivamente el cambio climático.
"El grado de peligro que existe respecto del cambio climático requiere de, por ejemplo, disposiciones claras y oportunas para eliminar las centrales eléctricas en base a combustibles fósiles, más incentivos a la utilización de energías renovables no convencionales, y, por supuesto, un gran esfuerzo educativo destinado a sensibilizar a la ciudadanía, para que entienda cómo, cada uno de nosotros, contribuimos al cambio climático".
Óscar Mercado Muñoz, director del Programa de Sustentabilidad, Universidad Técnica Metropolitana (UTEM)