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En Chiloé también lloran la partida del creador de insignes

El Archipiélago fue parte importante en la vida de Manns: vivió en Ancud con sus padres que fueron profesores y también deja descendencia en la Isla. En 2012 volvió a cantar tras más de 40 años sin estar en escenarios de la provincia.
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La Estrella de Chiloe

Afines de agosto de 2012 los amantes de la Nueva Canción Chilena se encontraron o reencontraron cara a cara con uno de los pocos baluartes vivos del movimiento. Patricio Manns volvió a cantar en un escenario de Chiloé después de más de 40 años, incluyendo todo el paréntesis de su exilio. Lo hizo primero en el Restaurant Octavio y después se trasladó a Ancud, donde interpretó sus grandes éxitos y nuevas creaciones en el Atrapasueños Piano Bar.

Testigo de la primera de las veladas fue el arquitecto Christian García, quien no escondió el impacto por el deceso del cantautor de "Arriba en la cordillera". "Hoy (ayer) hemos perdido a un grande de las letras y la música chilena, el mundo ha perdido a alguien de la talla de otros grandes como Víctor Jara y Violeta Parra, con la diferencia que otras nuevas generaciones tuvimos la suerte de conocerlo y compartir con él, gracias a los amigos del Restaurante Octavio que hace unos años lo trajeron a un par de conciertos, evento que permitió el contacto directo y cercano con este gran maestro", dijo.

El profesional castreño añadió que "de seguro, su regreso a Chiloé debió haber sido muy importante para él, por su antigua conexión con este lugar. Tenemos que aprender de su legado, no solo en la música y las letras, sino también de su consecuencia política, un ejemplo de vida para las nuevas generaciones en estos momentos cruciales de nuestro país".

En efecto, lo de Chiloé con Manns no fue una simple vinculación. Acá vivió con sus padres profesores, tuvo un hijo de igual nombre -ya fallecido- y deja descendencia. El propio Horacio Durán, otra gran figura de la música nacional, lo reafirmó desde su hogar en la bahía Linao, en la comuna de Ancud.

horacio durán

El fundador de Inti Illimani y amigo por medio siglo del genio de "Vuelvo" manifestó "estar con una pena infinita, muy grande, inconmensurable; sabíamos que Pato Manns estaba muy enfermo, difícil de superar en esta etapa de su vida, pero de alguna manera es el fin de una era magnífica de este país, y eso me produce mucha pena".

"Vivió en Chiloé. Es muy curiosa esa historia, porque su madre, Jersey de Folliot, se formó como profesora normalista en la Escuela Normal de Angol. En la década de los '40 a ella la destinaron a la Escuela Hogar de Ancud, de la cual fue directora, no le puedo decir cuántos años. Llegó con ella, niño; la gente que estuvo con él, que lo conoció en esa época, deben quedar algunas personas. Él vivió acá hasta que se fue de la Isla, antes de la década de los '60, debió haber sido el año 1956, 1957 por ahí", señaló.

Acotó el eximio charanguista que "él partió a aprender de la vida, lo cual por sus canciones se puede apreciar: desde que nació aprendió de la vida, bebió de la vida intensa que llevó siempre. Entonces hubo una etapa ancuditana que yo calculo de unos 15 años, una cosa así".

El joven de entonces se fue de la Isla cuando tuvo que hacer el servicio militar, según el mismo Manns contó en una entrevista a La Prensa Austral: "Tenía 17 años, me inscribí en el Pudeto de Ancud, y antes de cumplir 18, cuando me correspondía hacer mi servicio, el regimiento se había trasladado a Punta Arenas, por lo tanto tuve que seguirlo". Allá en Magallanes se encontró con un Chile muy distinto al que conocía.

escuela hogar

El fallecido comunicador Carlos González en la revista El Chucao redactó una reseña sobre los Manns en Ancud, apuntando que el papá de Patricio, Gonzalo, también era docente como su mujer, con especialidad en el agro. "Dentro de los predios de la escuela (hogar), en calle San Antonio, esquina Baquedano, se encontraba la casa de la directora. En el living había un piano que ella ejecutaba con gran maestría. En ese espacio se realizaban algunas clases de música y muchos de nosotros cantábamos acompañados del piano por la señora Jersey", rememoraba.

El establecimiento, la Escuela Hogar Nº 45, estaba "destinada, especialmente, para niños huérfanos o en situación irregular, hoy día los llamaríamos 'niños vulnerables'. Contaba con un gimnasio, cocina, salas de clases, biblioteca y lavandería. Aledaño a este, existía otra construcción de madera en donde había una sala de estudios, comedores y otras dependencias".

Precisamente de tal recinto González evocaba a la figura de Pato tocando guitarra, "acompañado de Aquiles Herrera, Ramón Hueico y Pedro Saldivia, recordados músicos ancuditanos". Tal redacción fue hecha a propósito de la visita a la ciudad del Pudeto del artista, allá por 2012. "Es imposible no traer a mi memoria la imagen de su hijo mayor, Jorge Patricio Manns Barrientos (Q. E. P. D.). Inolvidables momentos, abundantes historias compartidas en casi medio siglo", acotaba.

"Así como habitaron en Chiloé Violeta Parra y Pablo Neruda, siento que con la gira 'Vuelvo', Patricio Manns viene a cerrar una historia inconclusa y a abrir un nuevo ciclo de creaciones con color, olor y sabor del sur arrancadas de la profunda humanidad del artista", concluía el recordado gestor cultural chilote.

'pocho' barrientos

Otro hombre de la cultura insular, el pintor Alejandro Barrientos, quien trajo varias veces al Octavio a Manns, no esconde su emoción por el deceso: "Esa vez cuando logramos convencer a Pato que viniera a Chiloé (en el 2012) fue una gran sorpresa, porque antes lo pedimos junto al Consejo de la Cultura y no quiso, pero esa vez se logró hacer".

'Pocho' destacó la amistad que tuvo también con el hijo del legendario músico y autor y la que aún mantiene con "sus nietas", adjuntando que acá en el Archipiélago también deja bisnietos y su nuera. Subrayó el "uso del lenguaje", en la obra del compositor de "El cautivo de Til Til" y tantos otros temas. "Eso hablábamos hoy con otros artistas que lo conocieron", analizó el funcionario municipal que también resaltó la segunda venida durante la década pasada, advirtiendo que sus conversaciones eran sobre todo de aspectos artísticos.

"Pero un día en la noche me dijo: 'Mañana quiero que me lleven a los lugares donde vivió mi hijo'. Compramos un quesito e hicimos el recorrido, así que en cada lugar que se bajaba yo lo dejaba solo... Imagínate todas las cosas que los artistas viven, como los grandiosos como él; pucha, uno ve la cosa bonita y los aplausos, pero también están las cosas humanas que pasan y van dejando dolores", cerró Barrientos.


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