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Chilenos usan todos los días el mapudungún sin saberlo

Hoy se utilizan muchas palabras derivadas de la lengua originaria, mientras que el castellano predomina en el vocabulario. Expertos explican el fenómeno que se fue dando desde los primeros años de la llegada de los europeos.
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Karen Loreto Retamal - La Estrella de Concepción

Hoy se conmemora el Día del Encuentro de Dos Mundos y diversas zonas del país han sido epicentros de la unión de lo originario y lo europeo en nuestro país. En el idioma se produjo una de esas fusiones y si bien gran parte del mapudungún se ha perdido del uso cotidiano, existen muchas palabras que los chilenos utilizan a diario sin saber que provienen de la lengua indígena.

Octavio Huaquillan, quien ha sido profesor de mapudungún y cultura mapuche en las universidades de Concepción y del Bío-Bío, lanzó en 2017 el diccionario "Pewenche Kimdugun", el primer texto de estas características monolingüe, considerado hoy "Patrimonio inmaterial de Chile". Este no tiene traducción al español, pero sí una segunda edición con más palabras. Para él, es imposible determinar cuántas palabras existen en la lengua mapuche. Sin embargo, en su texto, en la primera versión, tiene 180 y el segundo tomo corresponde a 200, aproximadamente.

"En Chile el idioma no está reconocido, por eso se ha ido perdiendo. Este debiera enseñarse en todas partes. No estando reconocido no se puede enseñar y no se pueda dar el realce", señala.

Historia

Sobre cómo se fueron mezclando ambas lenguas, el director de Pedagogía de Educación Media en Historia y Geografía de la Universidad San Sebastián (USS), Carlos Ibarra explica que fue un proceso difícil, en particular en los primeros años "debido al contexto bélico. Pero se hizo inevitable por el mestizaje no solo étnico, sino que también cultural. Esto conllevó a que tanto españoles como mapuches aprendieran mutuamente sus palabras, aunque el método de enseñanza occidental fue el que se proyectó más masivamente, a través sobre todo de las escuelas parroquiales (a cargo de un cura), donde se enseñaba y aprendía la lengua huinca, extranjera, es decir, el español. Fuese ello por imposición, o por voluntariedad, el lenguaje indígena comenzó a ser desplazado, quedando sobre todo presente en la toponimia local, es decir, en los nombres de los lugares o de los pueblos".

Añade que el resto quedó en las comunidades que no fueron sometidas; eso hasta que, en el siglo XIX, con la entrada del ejército chileno en Araucanía y la toma de esos territorios, se construyeron nuevos centros educativos, donde, obviamente, se enseñaba español. "Lo indígena fue despreciado, ocultado y hasta fue sinónimo de lengua bárbara, por lo que muchos hijos de mapuches optaron por la lengua de los huincas chilenos. Incluso hubo quienes se avergonzaban de su apellido, llegando a cambiárselo. Fue algo muy humillante para los niños mapuches", repasa.

Añade: "Sin embargo, en los albores del siglo actual, y, diría yo, desde 1992, vino un espíritu de renacimiento y recuperación del lenguaje indígena en América Latina, también en el Gulumapu (Araucanía chilena), lo que ha tratado de ser potenciado a través de las llamadas escuelas interculturales.

De este modo, dice Ibarra, "hablamos, escribimos, leemos español en su gran mayoría, pero se ha venido recuperando y conservando aquello que tuvo el alto riesgo de desaparecer, la lengua de la tierra que, como señalé, para muchos, solo sobrevivía en la geografía".

Sobre las palabras mapuches que hoy perduran, el académico consigna que "la mayoría en mapudungún 'puro', por decirlo de alguna manera, están mal traducidas. Es un error muy común, porque los hispanos no venían preocupados de conservar la exactitud de la cultura 'infiel' (a Dios), sino que, de conquistar tierras, siempre con afanes de acumulación de capitales, no culturales por supuesto, sino que, de oro, algo propio de la mentalidad tardomedieval europea".

En ese sentido, ejemplifica que ello puede graficarse en algunos topónimos: ragco (agua gredosa) pasó a ser Arauco; Leftraru pasó a ser Lautaro; louta (caserío) pasó a ser Lota; así como en otros casos perduró el nombre mapuche pese a serles asignada denominación cristiana: San José de Buenavista de Curicó hoy es simplemente Curicó (aguas negras).

Lengua

Jaime Crisosto, doctor (c) en Lingüística, magíster en Lingüística Aplicada y docente UNAB (Universidad Nacional Andrés Bello), sostiene que "muchas de las palabras que utilizamos cotidianamente provienen del mapudungún y forman parte del vocabulario común: laucha, pilucho, cahuín, pichintún, piñén, entre muchas otras".

"Asimismo -menciona-, varios lugares de Chile están bautizados con nombres indígenas que son utilizados hasta el día de hoy. Lo interesante en este sentido es la escasa conciencia que la población en general tiene de este fenómeno. Cuando se piensa en el mapudungún como una 'lengua antigua' se nos olvida que la utilizamos diariamente, sin siquiera percatarnos del origen etimológico de las palabras que utilizamos".

Detalla sobre lo anterior que "no necesitamos conocer la procedencia de cada una de las palabras que usamos para comunicarnos, en la medida en que estas sirvan para transmitir mensajes eficazmente, pero sin duda resulta llamativo que, en general, se desconozca del legado cultural y lingüístico que la cultura mapuche tiene en la cultura chileno-occidental".

Cristian Marilaf, académico de la Facultad de Educación de la UCSC (Universidad Católica de la Santísima Concepción), especializado en Educación Intercultural y doctor en Educación y Sociedad, fundamente "hoy se toma la lengua castellana y el mapuzugún está muy debilitado. Desde ahí podemos decir que está muy debilitado también presente: los nombres de las ciudades, calles y de distintos lugares que están en mapuzugún; también nombres de instituciones educativas que lo están. Desde ahí, una cosa que podríamos tomar desde las relaciones interculturales, también hay una relación de invisibilización del otro. Tomas la lengua del otro para para visibilizarla, pero en términos relacionales sigue invisibilizado".

Además, resalta que existen palabras en mapuche mal utilizadas. "El mapuzugún es diferente al español. Desde ahí, es primordial en términos de construcción del lenguaje mapuzugún que es una lengua que presenta la realidad. La palabra nace para presentar esa realidad. En cambio, en el español es muy diferente. Primero nace el concepto y a partir de este se presenta esa realidad. Hoy tenemos muchas palabras mapuches, pero que están escritas muy castellanizadas", cierra el académico penquista.