Destacan a isleña ganadora del Sello de Excelencia a la Artesanía en la capital
Quellonina Raquel Aguilar expondrá desde mañana y hasta el 30 diciembre en el Centro Cultural Montecarmelo.
Pequeñas golondrinas, caracoles de mar, ballenas y enormes seres mitológicos como el Caicai-Vilu (serpiente de los mares), de 7 metros de largo, son algunas de las piezas de la naturaleza chilota que la artesana quellonina Raquel Aguilar Colivoro (39) convirtió en cestería en quilineja y que forman parte de la exposición "Tejiendo el bosque", que se presentará en el Centro Cultural Montecarmelo, de la comuna de Providencia, Región Metropolitana, desde mañana y hasta el 30 de diciembre.
La habitante del sector rural de Yaldad es usuaria del Instituto de Desarrollo Agropecuario (Indap) y ganó el año pasado el Sello de Excelencia a la Artesanía por su obra "La marisca de caracoles", el que es otorgado por el Ministerio de las Culturas, las Artes y el Patrimonio, y la Pontificia Universidad Católica de Chile (PUC).
"Me enamoré de esta fibra porque es un producto noble, bello y oculto, difícil de tejer y de hallar", relata la artista sobre la quilineja, una enredadera leñosa y siempreverde que crece en bosques del sur de Chile y que trepa por la corteza de árboles grandes como la luma, el laurel, la tepa y el canelo. Mientras el tallo sube, se generan raíces aéreas (adventicias) de hasta 13 metros que bajan hacia el suelo, llegando a envolver el tronco por completo. Antiguamente se confeccionaban cestas y sogas para las embarcaciones, pero la tradición se fue perdiendo.
inicios en la quilineja
Aunque su bisabuela hacía canastas de quilineja y su abuelo, herrero y pescador, tejía sogas para los botes, Raquel se inició en la artesanía hace 18 años, no por herencia familiar. Partió con la lana y continuó con fibras de ñocha, manila y junquillo, hasta que conoció este vegetal en su colegio, cuando analizaron cómo las anteriores generaciones de huilliches habían perdido su lengua y tradiciones, y salió a buscarla al bosque junto a sus mascotas: un perro, un chancho y una gallina kollonca.
Lo primero que tejió fueron pelotas de linao, deporte tradicional huilliche similar al rugby donde se ponía a prueba el espíritu guerrero. En 2002 hizo su primer trabajo de autor, un traje del mitológico Trauco a escala humana, y luego siguieron figuras de su entorno. "Todo en forma autodidacta y desde lo profundo, con mi propia interpretación", confiesa la también agricultora y recolectora de choritos.
Cuenta que recolecta la materia prima en los bosques de Yaldad con respeto a la naturaleza, con Luna llena y después de un día de lluvia. En verano trabaja en una pieza-taller y en invierno, en la cocina cerca del fuego, donde limpia la fibra obtenida con virutilla y la comienza a tejer de inmediato para aprovechar su flexibilidad y lograr las formas y texturas que desea, labor que realiza a mano. Algunas de sus obras forman parte de la colección "Cestería de Chiloé" del Museo Regional de Ancud.
La alcaldesa de Providencia, Evelyn Matthei (UDI), destacó que "el Centro Cultural Montecarmelo es un espacio de encuentro para los artesanos y artesanas de todo nuestro país, que busca poner en valor los oficios tradicionales que representan nuestra historia y cultura", y que la exposición de Raquel "nos invita a conectarnos con técnicas ancestrales que evocan nuestra conexión con la naturaleza".
"Tejiendo el bosque" es un proyecto financiado por el Fondart Regional e Indap y estará abierta en el recinto de Avenida Bellavista 0594 de lunes a viernes de 10 a 19.30 horas y los sábados de 10 a 17.30.
Personeros de Gobierno
Según la ministra de las Cultura, Consuelo Valdés, "el trabajo que Raquel trae desde Quellón nos revela la importancia de la conservación de las fibras vegetales y la excelencia de su oficio cestero, donde confluyen técnicas tradicionales e innovadoras, las que ha transmitido a nuevas generaciones a través del Programa Cecrea (centros de creación artística)" de su cartera.
A su vez, Carlos Recondo, director nacional de Indap, también elogió el trabajo de la artesana y dijo que "su rescate de la fibra de quilineja y el Sello de Excelencia a la Artesanía que obtuvo el año pasado son un motivo de orgullo para Chiloé, un territorio lleno de tradición y cultura, y también para nuestra institución, razón por la cual esperamos que los santiaguinos pueden conocer y admirar su talento".