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¿Comprará sandalias? Experto dijo cuáles son amigables con los pies

Para no arrepentirse de adquirirlas, hay que tener en cuenta cuatro aspectos: tacos, estabilidad, agarre y material.
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Natividad Espinoza R.

Ahora que empezó el calor y se están realizando eventos como matrimonios y festejos de fin de año, mientras que otros están aprovechando de tomarse vacaciones, es un tentador momento para comprar sandalias. No obstante, para muchas esta tarea no es fácil, ya que hay modelos muy poco amigables con los pies. Pero, ¿cómo saber si una sandalia será una buena compañera?

Para el dr. Cristián Ortiz, traumatólogo del Centro del Tobillo y Pie de Clínica Universidad de Los Andes, hay cuatro aspectos a considerar para elegir correctamente un par de sandalias: altura, estabilidad, agarre y material.

"Una cosa interesante que ha pasado en pandemia es que las mujeres que usaban zapatos con taco para su trabajo se pasaron a una pantufla, a una sandalia baja para andar en casa, para trabajar online. A estas mujeres lo que les pasó es que proporcionalmente se te alarga el tendón de Aquiles y se te pone en tensión, entonces cuando bajas el taco el pie empieza a doler", explicó el médico. Y lo mismo puede pasar ahora, al bajar de los tacos para ponerse hawaianas, chinitas u otras.

Por eso, sostuvo el traumatólogo, "hay que tener cuidado al cambiar de un zapato que tiene cierta altura a otro más bajo, porque al poner en tensión el tendón de Aquiles y una estructura que está en la planta que se llama fascia plantar, puede dar fascitis plantar o tendinitis aquiliana, lo que se traduce en dolor en el arco del pie o en el tendón de Aquiles". Y por supuesto, para una persona que no está acostumbrada a usar tacos también puede ser incómodo usar unas sandalias altas.

Respecto de la estabilidad, Ortiz enfatizó que hay que tener ojo con las plataformas, que pueden resultar cómodas debido a que el peso no se va hacia adelante, sino que se distribuye. "Pero si no son firmes pueden hacer que a la persona se le doble el tobillo", acotó.

La estabilidad va muy ligada también al tercer punto, que es el agarre.

"Mientras más rodee el pie el zapato, la persona va a tener más estabilidad, va a sentirlo más cómodo y firme. Mientras más material del calzado haya en la zona del antepie y en la zona de atrás, los roces se distribuirán mejor y molestará menos", aseguró.

En cuanto al material, Ortiz precisó que éste debe ser adaptable a los cambios de temperatura y a los cambios de volumen. "Como el cuero, por ejemplo, que si el pie se hincha, se expande", manifestó.

Entre los materiales peligrosos, el médico mencionó la lona, el plástico y el cuero sintético, que producen más roces que pueden llegar a ser muy dolorosos y generar heridas y/o ampollas.

¿cuándo comprar?

"La sugerencia es probarse y comprarse el zapato al final del día, cuando el pie está más hinchado y más delicado, de manera que es más probable que la persona se dé cuenta si el zapato le va a incomodar", concluyó el experto.

"La sugerencia es probarse y comprarse el zapato al final del día, cuando el pie está más hinchado y más delicado.

Dr. Cristián Ortiz, traumatólogo

íntima

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6 sugerencias para hacerte responsable de tu placer

Cada persona es responsable de su propio placer sexual. Esto se relaciona -en parte- con saber lo que uno quiere y la capacidad de hacer valer nuestras elecciones. La responsabilidad también es un privilegio que nos empodera.

Para hacernos responsables de nuestro placer sexual, es importante establecer primero nuestros propios principios y valores que enmarcan nuestra identidad sexual.

Estas son 6 sugerencias para hacerte responsable de tu placer sexual:

Consentir el consentimiento. El consentimiento es un derecho humano. Es nuestra capacidad para decir con entusiasmo que sí. Y también es la capacidad de decir que no, tal vez, no ahora, más tarde, o nunca. El consentimiento comienza con nosotros como individuos. Si decimos que no podemos decirnos que no a nosotr@s mism@s, ¿cómo podemos decirle que sí con entusiasmo a nuestra (s) pareja (s)?

No a la explotación. Esto implica no aprovecharnos de otras personas para nuestro beneficio egocéntrico, así como tampoco permitir que lo hagan con nosotros.

Cuando tomo decisiones (sexuales), ¿es para mi exclusivo beneficio?

¿Estoy teniendo sexo con mi pareja sin considerar sus motivaciones y preferencias?

¿Estoy presionando o tratando de que haga algo aunque haya dicho lo contrario? En otras palabras, ¿estoy pensando que: "tal vez si sigo adelante, cambiará de opinión"?

Sí a la honestidad. La comunicación clara y la honestidad son fundamentales. Para esto es importante comunicarse de manera asertiva, cuidando la relación. La honestidad también parte por casa, por lo tanto es importante que reflexionemos primero si estamos siendo honest@s con nosotr@s mism@s respecto a nuestros deseos y necesidades. Una pregunta clave es ¿Cuándo le estoy diciendo que si a mi pareja, me estoy diciendo que no a mi mism@?

Identificar los valores compartidos. En tus relaciones sexuales y/o íntimas, ¿tú y tu pareja comparten los mismos valores y visión sobre lo que quieren de un encuentro sexual o experiencia íntima? ¿Están lo suficientemente alineados? Si uno busca A y el otro Z, se podrían estar creando un problema.

Protégete de ITS, VIH y embarazos no deseados. Esto es parte de hacerte responsable de tu salud sexual y contribuir a la salud sexual de otr@s. al hacer lo último, también contribuyes a tu propio bienestar.

Placer sin presiones. Si podemos pasar del sexo de centrado en objetivos (excitación, penetración, duración, frecuencia, orgasmos) al sexo centrado en el placer -tanto físico como emocional-, podemos resolver muchas disfunciones sexuales y conflictos. Nuestras experiencias de placer son subjetivas e individuales. Lo que me gusta a mí, puede que no sea lo que le gusta a mi pareja, y eso está bien.

Cuanto más sacrifiquemos nuestros propios principios, valores y necesidades, más perderemos nuestra identidad y bienestar. Lo que nos importa profundamente se vuelve secundario y puede llevarnos a sentirnos emocional y psicológicamente desestabilizad@s y frustrad@s.

El hacernos responsables implica estar dispust@s a escucharnos, comprendernos y validarnos, antes de tomar una decisión sobre un objetivo compartido.

Rodrigo Jarpa / @rodrigojarpa, Magíster en Psicología Clínica y doctor en Sexualidad Humana.