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Cambio climático provocará un alza de casos de cálculos renales

Las altas temperaturas elevan el riesgo de que las personas desarrollen esta dolorosa e incómoda enfermedad.
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EFE - Medios Regionales

El aumento de las temperaturas derivado del cambio climático provocará un aumento de los pacientes con cálculos renales en las próximas siete décadas, incluso aunque se pongan en marcha medidas para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero. Así lo advierte un estudio realizado por investigadores del Hospital de Niños de Filadelfia, Estados Unidos, publicado en la revista Scientific Reports.

El trabajo asegura que, aunque se intente mitigar el cambio climático, el repunte de casos es imparable, pero será mucho más pronunciado si no se toman medidas.

"Aunque es imposible predecir con certeza cómo las políticas futuras frenarán o acelerarán la emisión de gases de efecto invernadero y el cambio climático, y saber exactamente cuáles serán las temperaturas diarias futuras, nuestro análisis sugiere que un planeta que se calienta probablemente causará un aumento de los casos en los sistemas de atención médica", advirtió el urólogo pediátrico y autor principal del estudio, Gregory E. Tasian.

Los cálculos renales (piedras en el riñón) son depósitos minerales que se forman en la orina y que causan dolor al pasar por el tracto urinario. En los últimos 20 años la incidencia ha aumentado especialmente entre mujeres y adolescentes.

Otras investigaciones han demostrado que las altas temperaturas elevan el riesgo de desarrollar cálculos renales, pero ningún estudio ha medido con precisión cómo el cambio climático afectará a la enfermedad en el futuro.

Para hacerlo, los investigadores crearon un modelo para estimar el impacto del calor en futuras presentaciones de cálculos renales en Carolina del Sur, una región de EE. UU. con gran incidencia de esta enfermedad.

Los investigadores recabaron datos de temperaturas medias históricas diarias y humedad en todo el estado, y de los casos de cálculos renales en Carolina del Sur de 1997 a 2014 para pronosticar el alza de la incidencia y de los costos asociados hasta 2089.

"intermedio"

El primer escenario de cambio climático representa un futuro "intermedio", con fuentes de energía con menos emisiones, el uso de tecnología de captura de carbono, precios de las emisiones de CO2 (dióxido de carbono) y una expansión de las tierras forestales desde el presente hasta 2100, y un alza de las temperaturas de 2,3 grados Celsius.

El segundo escenario dibujaba un futuro con emisiones de gases de efecto invernadero sin freno, con un aumento de 2,3°C en la temperatura media por período de 5 años desde 2010-2014 a 2085-2089, y un aumento de 3,6°C.

A partir de estos datos, determinaron que para 2089 los cálculos renales debidos al calor subirán en todo el Estado en un 2,2% en el primer escenario y el 3,9% en el segundo.

Dado que el coste promedio por paciente es de US$9.000, los estudiosos pronosticaron que de 2025 a 2089, el monto total atribuible a esta alza de los cálculos renales sería de US$56,6 millones para el primer escenario y de 99,4 millones para el segundo.

"Como investigadores pediátricos, debemos explorar la carga del cambio climático en la salud, ya que los niños de hoy vivirán esta realidad en el futuro", cerró Tasian.

Hallan fósil de "dragón marino" en una reserva natural inglesa

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Un empleado de la Reserva Natural de Rutland Water (Inglaterra) halló por casualidad el fósil de un enorme "dragón marino", según reveló la BBC.

Joe Davis explicó al citado canal que, en un principio, llamó al ayuntamiento local para contar que había encontrado "un dinosaurio" mientras trabajaba en febrero del pasado año.

Finalmente, lo que había visto no era un dinosaurio, sino los restos fosilizados de un enorme depredador marino, llamado ictiosaurio, de 10 metros de longitud, y el ejemplar de mayor tamaño hallado hasta ahora en el Reino Unido.

"Miré abajo a lo que parecían piedras o crestas en el barro y pensé que parecía algo orgánico. Luego vi algo que parecía una mandíbula", explicó Davis.

Tras la llamada de Davis, llegó un equipo de paleontólogos, que concluyó que el fósil era de un ictiosaurio, especie que puede llegar a los 25 metros de largo y que vivió entre hace 250 y 90 millones de años.

Dean Lomax, paleontólogo de la Universidad de Manchester, catalogó al hallazgo como "uno de los grandes descubrimientos de la paleontología británica" y explicó que en general los ictiosaurios se descubren por la costa jurásica en Dorset o la costa de Yorkshire, siendo poco habitual verlos en sitios como Rutland, a casi 50 km de la costa. Aunque hace 200 millones de años la zona estaba cubierta por agua.