En lo que va del verano, ya son cerca de 100 los reclamos que han llegado al Ministerio de Bienes Nacionales denunciando problemas para acceder a las playas del país, zonas que por ley deben estar liberadas para el uso público.

Las quejas planteadas en la época estival apuntan principalmente a accesos cerrados o el impedimento de ingreso por parte de un tercero, problemas que desde la cartera llaman a seguir denunciando para que las autoridades puedan abordar soluciones que devuelvan el libre tránsito en los espacios playeros.

"En nuestro país no hay playas privadas, todas son públicas y todos tenemos derecho a acceder a ellas", recalcó el ministro Julio Isamit.

Intervención en curso

Ante diferendos por los accesos, la cartera cuenta con diferentes herramientas para garantizar el uso público del espacio. Una de ellas es la fijación de líneas de playa, mecanismo que actualmente se está usando en 29 balnearios para zanjar conflictos de ocupación y construcciones de propietarios ribereños.

Isamit explica que este método se aplica cuando los títulos de dominio de los terrenos privados colindantes con ríos, lagos o el mar dicen que su límite son estos cuerpos de agua, lo que contraría la legislación que exige siempre la existencia de una franja de terreno público que se denomina playa, el que abarca desde la línea más baja hasta la más alta que el agua alcanza con su crecida natural.

Para determinar estos márgenes se utiliza la "fijación de línea de aguas máximas", que en caso de playas de mar lo realiza la Armada y en ríos y lagos corresponde al Gobierno vía Bienes Nacionales.

Casi tres veces por día fue el promedio de episodios de robos de cables que vivieron a fines del año pasado las empresas de telecomunicaciones, rubro que durante el último trimestre del 2021 ingresó 306 acciones judiciales por el hurto de redes, además de otras 114 causas por cortes intencionados de fibra óptica. Los datos fueron dados a conocer por la Asociación Chilena de Telecomunicaciones, ChileTelcos, donde informaron que desde el 2019 ya han ingresado más de 5.700 denuncias y querellas por daños a las infraestructuras, cómputo en el que incluyen los robos de baterías. "Los actos vandálicos pueden afectar a millones de personas, que quedan impedidas de trabajar o estudiar, a miles de pymes, servicios públicos", criticó su presidente ejecutivo, Alfie Ulloa. El 23% de casos ocurren en la RM.

Diego Gotelli C.

Por largo tiempo los "millenials", aquellos que hoy tienen entre unos 26 y 40 años, han sido considerados una generación con menor fidelidad a mantener un empleo, tendencia que podría estar comenzando a cambiar según reveló un sondeo hecho en el país.

El estudio ahondó en las expectativas y urgencias laborales del Chile actual, y descubrió que en los trabajadores de 18 a 30 años un 35% considera como su mayor miedo en el trabajo el ser despedido o quedar cesante, convirtiéndose en el rango etario con la mayor tasa de ese temor.

Una cifra cercana exhibieron los empleados de 31 a 40 años y los adultos con más de 61 años, ambos con un 34%, mientras que el índice en el rango 51-60 años bajó al 29%, y entre los 41 a 50 años decreció hasta un 27%.

Entre los más jóvenes justificaron su pavor al desempleo en que la cesantía les pudiera llegar cuando enfrenten muchas deudas o si algún familiar tiene una enfermedad.

El segundo mayor miedo expresado por los sub 30 es el no ser valorado en el trabajo (15%), un aspecto que se repite al consultarles qué podría hacer su empresa para hacer más agradable y facilitar su labor, pregunta a la que el 22% de los jóvenes respondió con conceptos relativos a sentirse "valorados", "incluidos" y "respetados". Esta opción tuvo alto respaldo en todos los rangos etarios.

"Los colaboradores piden que las empresas se preocupen auténticamente de las personas. Si éstas se sienten consideradas, inmediatamente comienzas a ver que crece el nivel de compromiso", analizó María Eugenia de la Fuente, gerente de la división personas, comunicaciones y sostenibilidad del Banco Santander, firma que realizó el estudio junto a la escuela de Gobierno de la U. del Desarrollo.

El sondeo encuestó a más de mil personas durante enero. De sus resultados se desprende además que para los menores de 30 años el mayor incentivo para amenizar su trabajo es laborar menos horas, siendo el único grupo en que predomina esa opción.