"El Tratado de Tantauco es muy significativo para la identidad de Chiloé y no puede reducirse solo a unos actos"
El exjefe diocesano afirmó que los isleños ya deben prepararse para la celebración del bicentenario que significó el paso del Archipiélago de España a la República de Chile, pero teniendo la mirada puesta en el mundo indígena local, del que se siente parte, no solo en cuanto a reclamaciones de tierras, sino también en "dignidad".
Hace seis años, desde que lo invitaron el 2016 a la creación de la Mesa de Patrimonio Mundial para Chiloé, que no pisaba tierra insular, pero a la que se mantiene conectada constantemente a través de conversaciones telefónicas o telemáticas. Es que monseñor Juan Luis Ysern de Arce, obispo emérito de Ancud, es una persona imparable. A sus 91 años, la dicha de vivir contagia a cualquiera; entusiasmo que transmite a quien lo conoce y que ahora lo tiene enfocado en los preparativos del Bicentenario del Tratado de Tantauco, a conmemorarse el 2026, buscando adherentes para afrontar un desafío gigante: la reparación a la deuda histórica al pueblo huilliche tanto en tierras como en dignidad.
"Fue un tiempo muy denso en actividades muy significativas", repasó sobre la visita durante una quincena de días por el Archipiélago. "Me queda una infinidad de recuerdos muy bonitos", dice el prelado de origen español que fue jefe de la diócesis de Chiloé, Palena y Guaitecas por 31 años, jubilando el 2005 al cumplir los 75.
Una de las primeras cosas que le sorprendió al llegar este verano fue el taco al ingreso y salida de la ciudad de Castro, "¡Qué tremendo! Esa cantidad de tiempo que se necesita para entrar o para salir me llamó mucho la atención", indica, a lo que suma el hecho mismo de llegar en avión hasta Chiloé: "Ya es un cambio muy significativo".
Invitado por el Conjunto Folclórico Aucar de Quemchi para el lanzamiento de su trabajo musical "Reina del sur", en la misma localidad de Aucar, donde se le brindó un homenaje como "fiel defensor de los derechos humanos, cercano y acogedor, un chilote más que defendió la Isla en todo momento de explotación e incluso de ser invisibilizada", decía en su saludo el sacerdote Carlos Cárdenas, párroco de Nuestra Señora de Loreto de Achao, a cargo de la ceremonia.
A pocos días de su arribo a la zona, Ysern ya tenía claro el mensaje para entregar a la comunidad: avanzar para la conmemoración del Bicentenario de Chiloé incorporado a la República de Chile. "Esa dimensión de minga, de solidaridad es un camino que no hay que abandonar por nada del mundo, y en esa actitud de diálogo y de solidaridad es la mejor forma de celebrar el Tratado de Tantauco", decía el obispo emérito frente a los fieles, entre ellos algunas autoridades políticas, ya sea en ejercicio o por asumir.
Pero ya antes de la eucaristía en la 'Isla de las Almas Navegantes", en horas de la mañana de ese 19 de enero, había estado en el sector de Tantauco, comuna de Ancud, en la conmemoración del tratado, junto con comunidades indígenas. Allí profundizaban sobre lo que considera las dos grandes deudas hacia el pueblo huilliches, "tierras y dignidad", que tienen que ser abordados el 2026 en la celebración de los 200 años de aquel tratado entre Chile y España con Chiloé como protagonista.
Es en este contexto Ysern envió una carta abierta al alcalde de Queilen, Marcos Vargas, en su calidad de presidente de la Comisión de Preparación del Bicentenario del Tratado de Tantauco de la Asociación Provincial de Alcaldes, misiva en la que busca adherentes para abordar esta reparación histórica al pueblo indígena.
por "procesos"
"Un acto significativo para mí fue el encuentro con los huilliches en Tantauco precisamente el 19 de enero, la fecha de celebración del Tratado que fue en 1826, por tanto, el bicentenario será el 2026. Y es un hecho que es muy significativo: el tratado de Tantauco es muy significativo para la identidad de Chiloé, y no puede reducirse simplemente a unos actos por muy solemnes o emotivos que resulten ese día", cuenta el religioso nacido en Valencia el 2 de mayo de 1930.
"Es importante que sean procesos que siguen, porque el Tratado de Tantauco no hay que mirarlo como un acuerdo entre Chile y España, los protagonistas son tres, porque mirarlo simplemente como un acuerdo entre Chile y España, es considerar a Chiloé como un objeto y es un sujeto. Y para que eso se celebre así, como proceso, es necesario ya comenzar ese proceso que tiene que seguir, más allá para la fecha del bicentenario", acota el ordenado sacerdote hace 68 años.
-Respecto a la carta enviada al alcalde de Queilen, ¿abordar la deuda histórica con el pueblo huilliche es lo esencial en esta conmemoración desde su punto de vista?
-Efectivamente, escribí al señor alcalde de Queilen porque él es el presidente de la comisión de la preparatoria del bicentenario, comisión creada por los alcaldes de Chiloé, y entonces para celebrar de una forma digna ese bicentenario, es necesario dejar o poner solución a las deudas profundas, deudas históricas con el pueblo huilliche. Y digo esto porque no solo en sí ya es importante, sino también es muy importante el modo de proceder. Lo importante es establecer un proceso que signifique diálogo y esto se puede conseguir, estoy convencido que se puede conseguir. Por eso que escribí esa carta abierta que ya la van firmando muchas personas y ojalá sean muchas más las que las que firmen.
Ahora, la deuda a veces la consideran simplemente a lo que se refiere a los títulos de realengo que el rey había concedido a los huilliches y que luego Chile los conservó muy bien, los respetó, porque el Tratado de Tantauco dice que se respetan esos derechos, los derechos que tienen los ciudadanos. De hecho, durante el siglo XIX, Chile lo respetó muy bien, pero al comenzar el siglo XX ya no, porque eso se convirtió en tierra fiscal y, entonces, fue por una expropiación muy injusta y eso hay que repararlo, y ahí hay una deuda muy fuerte que se tiene que reparar.
Pero hay otra deuda que es muchísimo más fuerte, y es el rechazo de la dignidad de los indígenas. Entonces, prácticamente se les ninguneó, se les rechazó, se les consideró de una forma muy insultiva, eso es inaceptable. Y eso es una deuda, el atropello a la dignidad de la persona que fundamentalmente es más importante que la deuda de los títulos de realengo. Y esto se puede reparar. Y en esto hay que buscar caminos. Y esto significa diálogo. Por eso que al pedirle al señor alcalde de Queilen la creación de ese organismo, es precisamente para establecer ese diálogo y ver cómo se van buscando los caminos de solución de los dos aspectos: de los títulos, de lo que es la propiedad de los bienes y de lo que es este atropello a la dignidad de la persona.
-¿Cómo sería esta reparación en la dignidad de las personas indígenas?
-Yo no creo que sería tan difícil reparar el tema de la dignidad, lo que hace falta es diálogo porque pienso que Chile y también España podrían dar, por ejemplo, becas para estudios en las universidades de Chile o de España a los huilliches. Porque prácticamente se les ha dejado en una situación casi indigna; esa forma de relacionarse con los indígenas, muy indigna. Y ellos efectivamente pueden estudiar y tener, adquirir el doctorado en las ciencias que correspondan y creo que eso no sería tan difícil. Pero lo que hace falta es que todos… Al decir todos me estoy refiriendo en este momento al pueblo indígena, que yo mismo me considero, ya que después de muchas peleas, algunas muy difíciles y que las ganamos, ellos me dieron la calidad indígena también; así que esa misma carta yo la firmo como huilliche de Chiloé, porque precisamente el Tratado de Tantauco hace que Chiloé, además de otras razones, tenga una identidad especial. Y lo que importa es que los huilliches y chonos igual -que me refiero a los dos como igual, no hago separación-, que unos y otros, junto a todo Chiloé, puedan participar del desarrollo de Chiloé. Eso que tantas veces lo habíamos planteado en tiempos pasados, que es necesario que Chiloé crezca sin dejar de ser Chiloé, manteniendo su identidad cultural, y eso requiere que Chiloé sea protagonista de su propio desarrollo. Y al decir esto, estoy refiriéndome a huilliches y no huilliches, a todos juntos.
Entonces, ahí precisamente en esa forma de crecimiento del desarrollo, ahí puede ser muy respetada y reestablecida la dignidad de los huilliches. Entonces, este Bicentenario del Tratado de Tantauco tiene que verse como proceso; indudablemente que sería muy iluso pensar que en cuatro años más está todo resuelto, pero, aunque no esté resuelto, lo que sí es importante es consolidar procesos. Ahora, claro como hay una deuda primero es saldar esta deuda, por eso es importante conocer la carta y que mientras más la firmen, mejor.
-¿Es una tarea grande lo que se propone para este bicentenario y en especial para el alcalde de Queilen?
-Sin duda que es una tarea importante tanto para él, para mí, para cada una de las personas, pero si nos ponemos todos de acuerdo y en actitud de diálogo, no es que sea resuelto de aquí al mes que viene o al bicentenario, sino que quede muy claro: el camino que se tiene que seguir es el del diálogo y no de violencia.
-¿Cómo ve esta tarea en el futuro Gobierno que asume en marzo, Ejecutivo al que se tendría que acudir para poder consagrar este tipo de reparaciones?
-Antes dije que son tres protagonistas, no solo Chile y España, y yo pienso que por parte de los tres se puede ir avanzando. De hecho, ya hemos comenzado gestiones con lo que se refiere a España, con el embajador, y con lo que se refiere a Chile, ciertamente es el Gobierno, eso los alcaldes en cuanto expresan el protagonismo de Chiloé. Pero para hablar con Chile es el Gobierno, y yo pienso que este diálogo será muy posible dentro de lo que se está planteando; incluso, una añoranza muy antigua era que Chiloé fuese declarada región, y esto es precisamente muy coherente con esto que estamos diciendo del protagonismo de Chiloé, de que crezca sin dejar de ser Chiloé, manteniendo su identidad, pero eso claro tiene que ser de acuerdo con el Gobierno, es decir, con el Estado.
Ahora, sabemos que desde el proceso constituyente están pensando la regionalización, pero aún no sabemos cómo lo va dejar la nueva Constitución, pero yo creo que puede favorecer mucho este planteamiento que estamos haciendo sobre la regionalización de Chiloé, lo cual será una ayuda muy grande para lo que estamos diciendo, para ese desarrollo de Chiloé, protagonista de su propio desarrollo. Y eso significa un respeto al medio ambiente de una forma claro y un respeto a todo lo que es todos los aspectos biológicos, la belleza incluso, la ecología, la biodiversidad; todo eso tiene que estar muy respetado y muy resguardado.
-¿Cómo el Gobierno chileno se puede involucrar en este tema de reparación, si bien aún se mantiene el conflicto en La Araucanía?
-Si vamos a fijarnos en el Tratado de Tantauco, repito que esto es una identidad especial para Chiloé. Entonces, si decimos que Chiloé tiene una identidad especial, normalmente he planteado en varios escritos de tres grandes razones por la identidad de Chiloé: primero por esa mezcla de chonos y huilliches, que eso es en Chiloé; segundo, el hecho de la insularidad, ser isla, ser archipiélago eso da una identidad especial, y tercera razón es que el mismo Tratado de Tantauco tiene una influencia enorme de identidad de Chiloé.
Entonces, es cierto que hay que mirar toda la situación que nos duele tanto, lo que está pasando en toda esa zona de los mapuches y ciertamente que hoy parece como difícil el estableciente de diálogo; en cambio, precisamente nosotros, en Chiloé, lo que queremos es establecer el camino de diálogo. Ahora, si podemos encontrar un camino que pueda transferirse a la zona central, estupendo sería: Chiloé podría dar ejemplo que se puede caminar dialogando, y esto sería una gloria muy significativa para Chiloé.
Respeto
-¿Cómo ve al pueblo huilliche dentro de esta celebración?, ¿cómo participarán de manera concreta?
-Para ellos es precisamente muy significativo el Tratado de Tantauco. Ellos son lo que con más fuerza están diciendo que se respete el tratado, porque si se respeta, se repara la deuda. Porque en el tratado es muy significativo, muy humano y hay un respeto muy grande a lo que es la dignidad de la persona, y lo que es esa dimensión del bien común de que es la solidaridad. Y en Chiloé es tan característico esto dentro de la cultura más antigua, lo que llamamos a minga, la minga donde se ayudan unos a otros: los más sencillo si es que hay que sembrar papas, "ahora yo mañana tú, luego el otro", y se ayudan unos a otros o lo que haya que hacer. Esa solidaridad es todo un signo para un desarrollo que ahora el mundo está reclamando y está mirando a ver caminos de cómo buscarlo, y de Chiloé está de muy antiguo. Pero lamentablemente el sistema dominante ha creado mucho individualismo en ese sentido. En Chiloé ahora hay que recuperar en lo que es su propia identidad en esa dimensión de solidaridad, sabiendo que ya se ha introducido mucho el individualismo también.
Ysern cierra: "Animar a todo Chiloé porque cierto que aquí hay que resolver esta deuda histórica con los huilliches, pero los huilliches juntos con todos, tienen que ser protagonistas con todo Chiloé. Entonces, lo que importa es cómo se van buscando estos caminos y todo esto es posible, pero hay que comenzar ya a elaborar este proceso.
La carta abierta del prelado puede ser firmada a través de https://n9.cl/deudahistorica.
"Esa dimensión de minga, de solidaridad es un camino que no hay que abandonar por nada del mundo, y en esa actitud de diálogo y de solidaridad es la mejor forma de celebrar el Tratado de Tantauco".
Juan Luis Ysern de Arce,, sacerdote español.
"Es necesario que Chiloé crezca sin dejar de ser Chiloé, manteniendo su identidad cultural, y eso requiere que Chiloé sea protagonista de su propio desarrollo".
Obispo Juan Luis Ysern.