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Estudio revela que el costo de la canasta básica de alimentos en Chiloé es 18% más cara que el promedio nacional

Chiloe Activo impulsó la investigación que demuestra que en la provincia se paga más por vivir.
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Julián Gesell Viveros

¿Sabe cuánto se gasta en la Isla por la denominada canasta básica de alimentos? ¿Se paga en la provincia más en comparación al promedio nacional? Estas como otras preguntas se propuso responder la Asociación de Consumidores y Usuarios de Chiloé (Chiloé Activo AdC) que, con datos reunidos en un reciente estudio sobre la Canasta Básica de Alimentos revela que efectivamente en el Archipiélago se paga más por vivir.

La papa, un tubérculo tan típico de la zona, es uno de los alimentos más caros en Chiloé. El mismo fenómeno ocurre con el pescado, esto a pesar de la insularidad del territorio. Aunque la fruta, como alimento de "importación", sigue siendo lo más oneroso.

Estos como otros resultados arrojó el estudio de "Medición de precios de la canasta básica familiar de Chiloé", el que buscó entregar evidencias al consumidor local sobre las sospechas que en el Archipiélago se pagaba más, fenómeno que con pandemia se acrecentó, "no solamente en artículos básicos, sino en otros artículos de construcción y de otro tipo", dice Diela Alarcón, presidenta de Chiloé Activo.

"Frente a esa situación de no tener la certeza de que la canasta familiar en el Archipiélago, era más alta, decidimos hacer la investigación. Era importante tener ese dato, porque a la larga, las políticas públicas que se aplican en la Isla son las mismas que se aplican a nivel nacional, pero incluso con los datos recopilados, dentro de la misma provincia hay diferencias sustanciales", añade la dirigenta.

El proyecto fue ejecutado con aportes del Fondo Concursable para Asociaciones de Consumidores que administra el Servicio Nacional del Consumidor (Sernac). La coordinadora metodológica fue la socióloga Viviana Ponce, magister en Planificación Territorial Rural de la Universidad Academia de Humanismo Cristiano.

La investigación incluyó la medición de precios de la Canasta Básica de Alimentos (CBA) que establece el Ministerio de Desarrollo Social y Familia (Mideso) a nivel nacional, contrastándola a nivel local como una radiografía del momento.

Ponce explica que "la canasta básica es el conjunto de alimentos que una persona consume mensualmente, considerando un umbral de requerimientos de 2.000 calorías diarias. Se refiere al costo de la canasta mínima, en términos nutricionales, para la subsistencia de una persona".

Como detalla la experta, la CBA a nivel país se encuentra conformada sobre la base de la información proporcionada por la VII Encuesta de Presupuestos Familiares, levantada por el Instituto Nacional de Estadísticas (INE) entre diciembre de 2011 y diciembre de 2012, compuesta por 79 productos, a partir de los patrones de consumo de alimentos de las personas de menores ingresos.

Para conocer cuál es el costo de esta canasta en Chiloé, se realizó una investigación entre los meses de noviembre y diciembre del 2021, tomando muestras de productos en 38 establecimientos comerciales, "para poder cumplir en cada ciudad con los 79 productos que contiene la canasta básica de alimentos", acota la fuente. Para ello se acudió a 16 negocios en Ancud, 11 en Castro y 9 en Quellón, incluyendo supermercados, ferias, mercados, verdulerías, carnicerías, entre otros.

"Tomamos los mismos productos, generamos una metodología muy parecida a la que se realiza a nivel nacional, tomando en consideración que nosotros tenemos mucho menos recursos y mucho menos tiempo. No obstante, tratamos de hacerlo lo más parecido posible metodológicamente", indica la profesional.

Datos

Entre los resultados, $50.071 es el costo de la CBA en noviembre del 2021 según el Mideso, pero en Chiloé en ese mismo periodo el resultado fue distinto: en Castro, alcanzó un valor de $57.199, en Ancud $58.843 y en Quellón alcanzó los $60.801; es decir, un alza con respecto al promedio nacional de 14, 18 y 21 por ciento, respectivamente. En la Isla el aumento llegó a un 18%.

Según el estudio, tras datos recabados de la encuesta complementaria de ingresos del 2020 realizada por el INE, el ingreso mensual del hogar a nivel nacional es de $1.135.900 y en Los Lagos alcanza los $836.500.

"Si comparamos este porcentaje con el promedio nacional, encontramos que en Chiloé el gasto de la CBA para cuatro personas con relación al ingreso promedio del hogar en la región es significativamente más alto, ya que a nivel nacional representa un 18% y en Chiloé un 28%", indica Ponce. Lo que se puede traducir que en Chiloé se gasta un total de $235.790, a comparación de los $200.284 a nivel nacional por alimentos.

Hay consenso a que el transporte es algo que prima en las alzas de precios de estos. "Lamentablemente, por la insularidad, y el costo y la calidad de vida, el bolsillo de una familia chilota, obviamente se ve mayormente afectado por la conectividad", señala la alcaldesa de Curaco de Vélez y presidenta de la Asociación de Municipalidades de Chiloé, Javiera Yáñez (pro PS).

Así también lo considera el seremi Economía de los Lagos, Francisco Muñoz, quien junto con valorar el trabajo de la asociación por este estudio, remarca que la diferencia de la canasta básica, "esta explicada por los costos de transportes, donde el canal de Chacao es una instancia decisiva, más los costos de flete".

"Según estudios que se realizan por parte de Odepa (Oficina de Estudios y Políticas Agrarias), que tiene el monitoreo diariamente de todos los productos de agro, la fruticultura y la ganadería, o sea, leche, carne, y horticultura, se visualizan diferencias de precios que existen en el continente versus Chiloé, y esto se explica básicamente por los costos de flete y transporte", precisó Muñoz, valores que incluso se pueden ver acrecentados por la crisis mundial derivada del conflicto entre Rusia y Ucrania. "Se prevé un impacto importante en los costes de importe de productos", advierte el seremi.

Quinchao

Esta diferencia puede ser mayor en comunas no abordadas por la medición, como estima René Garces (ind.), alcalde de Quinchao, quien dice que "la canasta familiar es una medición a nivel nacional donde en comunas como la nuestra en Chiloé, la variación de este tipo de canasta tiene mayor incidencia. Nosotros como Quinchao deberíamos estar por sobre el 20 al 25% de lo que normalmente se mide".

La pandemia es otro de los factores que ha influido en los costos de productos alimenticios. Así lo constatan vecinos de Quellón, donde se paga más por la canasta según el estudio. Eva Millán, titular de la junta vecinal Nueva Esperanza, estima que el valor de una canasta en sus hogares supera lo dicho en el estudio.

"Uno antes, hace dos años atrás, un consumo básico de una familia en Quellón, era de 140 a 180 mil pesos, hoy en día no deja de ser de 250 a 300 mil pesos, y eso solo comprando lo básico. Y el sueldo es el mismo. Y en nuestro sector, donde hay harto adulto mayor, igual se nota porque ellos viven de su pensión básica solidaria. Para qué decir la fruta, el gas, la leña, el consumo de electricidad, en todo se refleja", indica la dirigenta.

Héctor Leiva, titilar de la junta vecinal "Entre Ríos" del sur de la Isla, aclara que estas alzas las percibe con fuerza dando algunos ejemplos: "Un kilo de costillar de cerdo, si el año pasado, en septiembre costaba $5.800, ahora vale alrededor de $9.000; o el pan, donde un kilo de marraqueta está alrededor de $2.000 y algo. Los productos están mucho más caro que el año pasado".

Según Viviana Ponce hay que considerar que el estudio se realizó en pandemia a nivel nacional, con precios en Santiago y en estas tres comuna chilotas. "Por lo tanto, subió todo, y así y todo tenemos un porcentaje más amplio en Chiloé", resalta. "Lo que hay que mirar acá no es el dato absoluto, no es el precio, $50 mil que vale la canasta a nivel nacional, si no cuanto sube en Chiloé, 18% o 15%", dice.

Dentro de la arista que abre este estudio, cuestiona si efectivamente los habitantes de Chiloé se están alimentando bien debido a estos altos costos y el acceso de productos de calidad, dado los altos índices de obesidad infantil en el Archipiélago, los más elevados a nivel regional, según el informe del Minsal del 2018.

Como lo plantea el director del Centro de Estudios del Desarrollo Regional y Políticas Públicas (Ceder) de la Universidad de Los Lagos, Guillermo Díaz López, "otro factor que influye en la capacidad adquisitiva de bienes y servicios es el nivel de ingreso familiar. Esto se significa que una región al tener un ingreso medio bajo, su poder adquisitivo será menor, lo que se traducirá en la compra de bienes y servicios de baja calidad, generando efectos en la salud y hábitos alimenticios de las familias. Esta realidad también se manifiesta en las regiones y territorios periféricos, generando una mayor brecha en la calidad de vida entre las capitales regionales y el resto de la población lejana de centros urbanos".

La medición también deja de manifiesto la limitación de una real soberanía alimentaria en la zona. "Eso es curioso y preocupante, bajo mi juicio. Estaba dentro de la canasta la merluza y chorito, y mantenían un precio, para un sector donde se extraen esos productos, que estaba muy alto", señala Ponce, añadiendo que estos alimentos saludables "son los que presentan los más altos precios. Entonces eso llama mucho la atención con el tema de la soberanía alimentaria, tanto en Chiloé como en el país".

A ello, agrega la presidenta de Chiloé Activo, "soberanía alimentaria y de la salud de las personas, eso también tiene que ser considerado a la hora de toma de decisiones y de las políticas ante las altas tasas de obesidad dentro de la provincia".

Otros servicios

"Donde más han subido los valores ha sido en la construcción", comenta Julio Candia, presidente de la Cámara de Comercio, Industrias y Turismo de Castro. "Se ha visto fuertemente el alza del valor de los productos de lo que es la parte de fierro, los clavos, el zing, aparte que llegó a estar escaso, tenemos el caso de la madera también, igual que ha sido complicado conseguir, productos aglomerados y ese tipo de cosas", detalla. "Estamos sobre un 25% el valor de la subida, incluso, hasta un 30%", estima.

Este incremento, para el directivo, fue gatillado por la pandemia y la disminución en la oferta comercial, bajando su capacidad de trabajo entre un 50 a 60%. "Y eso dio como finalidad a que mucho comercio no comprara en la distribución mayorista, si no que compara en los locales más cercanos que tenían alguna subdistribución. Y eso hace que efectivamente, cuando pasa a una segunda o tercera compra, a medida que vas pasando, tú vas aplicándole un porcentaje adicional lo cual hace que finalmente llegue algo entre el 14 o 15% más caro. Y eso ha sido así", apunta Candia.

Rene Garcés, quien también es parte de la directiva de la nueva Asociación de Municipalidades por el Gas, extrapola estos altos precios con ese combustible: "Son variaciones tremendas en el precio entre los lugares de producción y distribución con las comunas apartadas"

"Un balón de gas (15 kilos) en las comunas centrales puede costar 18 a 20 mil pesos, y acá en Quinchao el costo es superior a los 33 a 35 mil pesos. Por lo tanto, eso incide también en los costos de la canasta familiar", deduce el edil.

Por su parte, Javiera Yáñez añade que "por lo que se ha acuñado por las distintas asambleas, los costos de la insularidad siempre la pagan los chilotes, y lamentablemente no existe un subsidio que permita lograr que tengamos una igualdad en el acceso junto a los otros compatriotas del país".

Desde la Seremi de Economía se informa que sus esfuerzos para disminuir estos costos van por potenciar los emprendimientos locales, a través de los Centro de Negocios en Castro, Ancud y el satélite de Quellón.

"Se busca mejorar el abastecimiento local de productos como frutas, hortalizas y otros productos alimenticios que permitan reducir este valor", indica Francisco Muñoz, existiendo actualmente el instrumento de fomento DFL-15 exclusivo para Chiloé y Palena, "enfocado para emprendedores que puedan desarrollar instancias de alimentos, servicios u otras", suma.

Pero para el académico Guillermo Díaz, la solución tiene que ir de la mano de modificaciones del instrumento de medición. "El estudio nos refleja la necesidad que, al momento de definir el valor de una CBA, es necesario considerar el costo de vida que no solo tienen las capitales regionales, sino que también considerar a aquellos territorios rezagados donde el costo de bienes y servicios es mayor que el promedio nacional, como es el caso de Chiloé", plantea.

La actual medición de la pobreza en Chile asume una CBA que es igual en todo Chile, "pero no considera las particularidades de cada territorio, que en el caso de Chiloé es bien importante", consigna Viviana Ponce.

Coincide en ello Diela Alarcón, resaltando que "hay productos que aquí no se consumen, que ni siquiera se encuentran, que tuvimos de alguna manera ver la forma de cómo ajustamos para tener ese dato: como la pulpa de cordero, aquí en general se come cordero, pero no se come pulpa de cordero, ni tampoco existe como producto en las carnicerías, ni en ningún otro lado. Lo otro que nos sorprendió encontrar en la canasta la bebida energética, siendo como producto de la canasta básica. Entonces, hay cosas que realmente sorprenden".

La asociación a cargo del estudio sostiene que existe información que aún no está clara, como para también evaluar: el cómo cocinas el alimento y los gastos que eso conlleva. "Entonces, eso cambia mucho el panorama a la hora de decir, cuánto es lo que realmente se está gastando para lo que es la subsistencia básica", señala.

Concluyendo, Ponce enfatiza que "es bastante significativo que podamos tener una canasta básica territorial, porque eso te muestra una radiografía de lo que es el territorio, de cuáles son sus características y cuáles son sus dificultades".

Por ahora, Chiloé Activo trabaja para presentar este estudio a las nuevas autoridades y que sea contemplado en el trabajo futuro del Ministerio de Desarrollo Social y Familia. No descartan realizar otros sondeos de productos y servicios, para ir generando conciencia de los costos y calidad de vida de los habitantes de Chiloé, e incorporar estas diferencias para tener una mirada más territorial al momento de la elaboración de instrumentos de decisión que se traducen en políticas públicas.