8M: Cada persona importa
El movimiento feminista ha mutado y evolucionado con las décadas, abordando diferentes aristas para reflejar las demandas sociales de cada época. Y hoy, por ejemplo, el vínculo entre género, equidad social y cambio climático es innegable, y debemos ser capaces de reconocer que, hoy sin igualdad de género, aspirar a un futuro sostenible y equitativo seguirá estando fuera de nuestro alcance.
Promover y garantizar la diversidad, la equidad y la inclusión es una forma de contribuir a la paz -tan clave en estos días-, donde se valora la vida en todas sus dimensiones y que, además, ayuda a garantizar los derechos humanos y la dignidad de las personas.
Frente a un mundo sometido a tanta tristeza y agresiones, entendamos y valoremos nuestras diferencias para que surjan espacios de diálogo y perspectivas diversas donde cada persona importe. Esforcémonos y creemos una sinergia que ponga al centro a las personas, pero siempre dando voz a aquellos grupos subrepresentados, donde lamentablemente aún se incluye a las mujeres.
Parte de ese proceso debe ser liderado por las empresas, cuya tarea es velar por la representación de todas las voces que conforman la sociedad, porque bien sabemos que mientras mayor es la diversidad de las partes, mayor es nuestra riqueza del todo. Porque hoy, en la conmemoración del Día Internacional de la Mujer, la clave es no solo comprometernos con abrir espacios de crecimiento y liderazgo para las mujeres dentro de las compañías, sino también defender esos progresos. Debemos garantizar oportunidades concretas y condiciones de igualdad que reflejan nuestro compromiso de generar un impacto positivo, donde cada una se sienta respetada e integrada para que así alcancemos nuestro máximo potencial.