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columna de opinión

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De vuelta al colegio

Luego de dos años de confinamiento producto de la pandemia que aún nos acompaña, una gran parte de las niñas y niños de nuestro país ha vuelto a las salas de clases. Apoderados y docentes valoran este regreso, pues es bien conocida la efectividad del proceso de aprender asociado a la presencialidad, al contacto con otros, a la interacción efectiva y afectiva; pero no es tan simple.

Con el paso de las semanas se han evidenciado problemas interpersonales entre estudiantes. Entre los/as pequeños/as se manifiesta en peleas, empujones y malas palabras. En los/as más grandes la violencia se grafica en redes sociales, donde la aceptación o el rechazo total son las únicas opciones. Un ejemplo brutal de ello es el caso de la mal llamada "manada" de escolares del Liceo José Victorino Lastarria, que tanto impactó a quienes somos padres o trabajamos con estudiantes.

La pandemia, la violencia manifiesta de la delincuencia habitual y de la proveniente de la guerra entre Rusia y Ucrania son ingredientes con que hoy desayunamos, almorzamos y cenamos. Aún con la televisión apagada, los más pequeños también absorben la realidad. ¿Qué hacer para protegerles cuando no están en casa?

Aquí es donde cobra importancia el concepto de "convivencia escolar". Vale decir aquellas pautas de comportamiento que son aceptables (o no) dentro de una comunidad escolar en la cual como en la vida misma se convive con otras y otros, tan iguales como diferentes; con los mismos miedos, seguridades, tensiones y esperanzas. Estamos en el momento justo para reescribir nuestra historia particular.

no "Hoja en blanco"

No partimos de una "hoja en blanco" pero sí somos conscientes de que el mundo cambió, y con ello las personas debemos también cambiar, para mejor. Esto requiere una fuerte voluntad y conciencia -tanto personal como colectiva-, inclusión racional y permanente de los valores democráticos del siglo XXI como son la igualdad, la libertad, la justicia y la solidaridad que, si bien, pueden sonar abstractos, son posibles de concretar en acciones donde sean puestos como fundamentos de base. Si no logramos ahora hacer los ajustes que nos conduzcan hacia una mejor sociedad, armoniosa entre las personas, con los animales y con el medio ambiente, ¿qué futuro nos espera?

El 15 de marzo se aprobó en la Convención Constitucional, junto con el publicitado derecho al aborto, el derecho a una educación sexual integral (ESI). Esto es clave porque desde la primera infancia se educará y sensibilizará en torno a afectividad y sexualidad, valorando y aceptando lo diverso, lo distinto, lo nuevo. Esto permitirá generar una base, ya que la falta de herramientas en este tema genera dificultades de convivencia.

La escuela entregará una parte, la cual debiese ser reforzada en el hogar, a través del decir y el actuar respetuoso de madres, padres y adultos significativos que desde el amor han de partir por aceptar a sus propias/os hijas/s quienes también son parte de este mundo que cambió.

Andrea Durán Zúñiga,, académica de Trabajo Social de la Universidad Central de Chile (UCEN)

Envían a la cárcel Santiago 1 a cuatro vecinos por la mortal golpiza a un joven

Fueron detenidos y formalizados por homicidio calificado. Fiscal detalló agresiones "inhumanas".
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Diego Gotelli C. - Medios Regionales

En prisión preventiva al interior del centro de detención Santiago 1 permanecerán cuatro vecinos de la villa El Renacimiento de La Florida, quienes según la Fiscalía participaron en la golpiza en que murió Matías Villarino, joven de 21 años que el miércoles fue agredido por una turba que creyó que asaltaría una vivienda.

En la formalización realizada ayer, en la que se les imputaron cargos por homicidio calificado, el Ministerio Público detalló las agresiones que acusa cometieron los imputados luego que una vecina activara una alarma al ver entrar a Villarino a su jardín, donde según la PDI llegó a ocultarse de ladrones que lo seguían.

En base a relatos de testigos, registros de cámaras de seguridad e incautación de las prendas que usaron ese día, el fiscal Felipe Díaz aseguró que se acreditó la presencia de los imputados en la turba que redujo al joven en la calle para golpearlo.

El persecutor narró que uno lo desestabilizó de una patada y le propinó más de 13 golpes. Otro le habría atado los pies y pateado la cabeza y un tercero lo inmovilizó aplastándolo con su cuerpo en el cuello provocando una asfixia, una de las causas de muerte junto a un traumatismo craneal. Al cuarto se le acusó de también aplastar el cuello y propinarle rodillazos a la cabeza.

En su imputación el fiscal afirmó que no tranquilos con retenerlo, habrían decidido "darle muerte" y actuado "con ensañamiento" ejerciendo agresiones "innecesarias" que "aumentaran el dolor". "Su actuar es inhumano (...). Decidieron castigarlo", lanzó.

El abogado defensor Gustavo Ceballos negó que ellos actuaran con "intensión de matar", y aseguró que solo salieron en defensa de una vecina que creyó que sería asaltada si no llegaban a su socorro. Además, aseguró que la víctima en todo momento amenazó con represalias. "Cometieron un error", los justificó.

Pese a ello, el magistrado Juan Carlos Valdés consideró su libertad un "peligro para la sociedad" y decretó la prisión preventiva de los cuatro.

Exigen justicia

El caso conmocionó a la comunidad de La Florida, donde los vecinos se han dividido entre defender el socorro y criticar la violencia ejercida, que también ha sido repudiada por autoridades.

El alcalde Rodolfo Carter recalcó en radio Duna que quienes participaron en la golpiza "no son delincuentes", sino que "gente común" que vive "con miedo", y sumó que les ofrecerán a sus familias apoyo sicológico y orientación jurídica, "para que tengan un juicio justo". No obstante, lamentó que la reacción terminara en la muerte de un joven y tildó como "injustificable" el actuar de los vecinos.

La madre de la víctima, Cecilia Whalter, llegó temprano al Servicio Médico Legal clamando por justicia y pidiendo que "todos" los que participaron en la golpiza sean arrestados. "Me lo mataron entre varios (...). Mi hijo murió con dolor, con angustia", subrayó, insistiendo en que él no quería robar, sino que refugiarse.

Según la versión policial, el joven -quien recientemente visitó Ancud- minutos antes de su muerte compartía con un amigo en una plaza, donde fueron intimidados por ladrones y escaparon por caminos separados. "Él se quería esconder por desesperación", afirmó en Mega Francisco Moreno, el acompañante de Villarino en el espacio público y quien también es padrino del hijo de la víctima, de un año de vida.