Castro: traficante admite autoría en venta de 'coca' para lograr salir de prisión
Al calificarse su colaboración sustancial, el joven accedió a un procedimiento abreviado por el caso que incluyó hasta una persecución con balazos.
A partir de su concurrencia esta jornada al Centro de Reinserción Social (CRS) de Castro, un sujeto empieza a cumplir su pena sustitutiva por un bullado caso de drogas, el cual incluyó una persecución que se extendió por más de 15 cuadras y que hasta sumó balazos disuasivos de la policía. Tras reconocer su autoría en la venta de cocaína, el joven logró salir de la cárcel y eludir una drástica sanción.
El encartado de iniciales D. I. C. M. (30) fue detectado por efectivos de la unidad Microtráfico Cero (MT-0) comercializando la noche del 2 de marzo pasado en calle Galvarino Riveros sustancias ilícitas con otro automovilista. Al ver la presencia de los detectives escapó, siendo alcanzado en avenida O'Higgins con Sotomayor, donde continuó su huida hasta calle Juan Sarrat.
Así lo describió en su acusación verbal el fiscal de turno, Javier Calisto, exponiendo que el imputado "arremetió contra los funcionarios policiales" para evitar el control en el centro de la ciudad. Además, indicó que el seguimiento terminó en la tradicional arteria de la población Manuel Rodríguez donde fue aprehendido tras chocar con un contenedor de basura y una camioneta.
Igualmente, en su exposición ante el Juzgado de Garantía castreño, el persecutor detalló que el isleño mantenía a bordo de su auto cuatro bolsas contenedoras de clorhidrato de cocaína, como también una balanza digital y hasta una pistola a fogueo con ocho cartuchos de 9 milímetros.
También indicó el abogado en su requerimiento que el imputado "durante su huida arrojó desde el vehículo dos bolsas de nailon color verde contenedoras de cocaína". En total, se incautaron en el operativo 189,08 gramos de esta sustancia, que el conductor "poseía, transportaba, guardaba y portaba, sin autorización para aquello", añadió.
Recalificación
La dinámica de los hechos como su participación en los mismos fueron admitidos por el encartado, ante lo cual accedió a un procedimiento abreviado en el cual se recalificaron los cargos en su contra, desde un delito de tráfico (como fue formalizado) a otro de microtráfico. Su colaboración en la causa fue calificada, no descartándose que entregara información sustancial de eventuales proveedores de drogas.
De esta forma, el castreño fue condenado por la magistrada Alejandra Varas a 541 días de presidio por este ilícito de la Ley 20.000, siendo beneficiado con la reclusión domiciliaria nocturna por el mismo plazo. Además, fue sentenciado a dos multas de un tercio de UTM por ocultación de identidad y falta de respeto a la autoridad, las cuales se dieron por cumplidas por el tiempo en que había permanecido privado de libertad.
Tanto el término judicial como las sanciones fueron valoradas por el defensor Nelson Troncoso, quien no dudó en señalar que su representado "arriesgaba una pena alta si se mantenía la figura de tráfico, la cual se habría tenido que debatir en el tribunal oral. Pero al reconocer los antecedentes de la acusación se recalificaron los hechos".
Junto con remarcar que la cooperación en este caso fue considerada para llegar al abreviado, el jurista detalló que el joven "estuvo 59 días preso y al tener solo una condena del 2017 por porte de arma de fuego, logró acceder a esta pena sustitutiva y salir de la cárcel".
56 días se le abonaron a la pena principal y otros tres a las multas que se dieron por cumplidas.
18 de mayo se le tomará una muestra de ADN al joven para el registro de condenados.