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Chilotes apoyan el Acuerdo de Venecia en la lucha ante el cambio climático global

Afirman que en el contexto local lo suscrito incluye la protección de turberas y pomponales de la zona.
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César Cárdenas Ruiz

En el marco del Día Mundial de las Turberas se realizó en Italia un encuentro sobre conservación de dichos humedales, oportunidad en que se hicieron presentes distintas organizaciones; especialistas en ecología, política pública y cambio climático; artistas contemporáneos, y representantes de pueblos originarios para compartir enfoques sobre la conservación de estos ecosistemas. La instancia culminó con la firma del denominado Acuerdo de Venecia.

"Protegiendo turberas globales a nivel local" es el lema que lleva este convenio, el cual busca poner de relieve los esfuerzos locales para proteger ecosistemas que tienen una importancia global en la mitigación del cambio climático y en la regulación de la crisis hídrica.

El estampado de la rúbrica incluye a organizaciones, comunidades y personas naturales de países como Argentina, Congo, Chile, Escocia, Estados Unidos, India, Indonesia, Irán, Irlanda, Kenia y Uruguay. Representando a nuestro país se encuentran la Iniciativa Turberas de la Patagonia, WSC-Chile, Fundación M.A.P.A, Fundación Fungi, Ensayos, Fundación Kreen, Fundación Hach Saye y el movimiento local insular Defendamos Chiloé.

Esta última instancia realizó recientemente un encuentro provincial en el Archipiélago, apoyado por el Centro de Creación Artística de Castro (Cecrea), con la intención de reflexionar y discutir con la comunidad las principales necesidades y demandas de la zona respecto de la explotación, uso y conservación del pompón o pompoñ.

"Que la conservación de los ecosistemas de turberas y pomponales de Chiloé sean parte vinculante del Acuerdo de Venecia es una acción relevante e histórica para quienes sabemos de su importancia mundial para frenar la emergencia climática y ecológica en que nos encontramos como especie humana", explicó Juan Carlos Viveros, director de Defendamos Chiloé.

organizadora

Por su parte, Verónica Calderón, organizadora del evento y parte de Cecrea Castro, relató que: "durante el miércoles 1 y jueves 2 (junio) se llevó a cabo el simposio de turberas globales en Venecia, Italia, donde se reunieron diversas organizaciones, comunidades y especialistas de ciencia ecológica, conservación, activismo y política de cambio climático y arte contemporáneo, el que culminó con el Acuerdo de Venecia, una declaración que busca proteger las turberas alrededor del mundo y representa un compromiso de todos los agentes para establecer programas custodiales concretos sobre este ecosistema".

La activista añadió que "desde Chiloé participamos con el apoyo del Centro de Creación de Castro en una jornada educativa y reflexiva en la que se establecieron buenas prácticas y se desprendieron las necesidades locales en torno a su conservación la que está ligada al bienestar de la comunidad y al frágil equilibrio hidrológico de nuestro Archipiélago".

Asimismo, la fuente sostuvo que "para nosotros la participación en el acuerdo es de suma importancia, pues responde a la lentitud de las y los políticos en proteger efectivamente el ecosistema turberas con la ley de protección ambiental de turberas que espera ser votada en el Senado".

cronica@laestrellachiloe.cl

columna de opinión

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Cuenta pública: las deudas en educación

El Presidente ha cumplido con la tradición republicana y el mandato constitucional de rendir cuenta ante el Congreso pleno. En ella la educación parvularia no fue mencionada, la escolar ocupó un 1,6% del tiempo y la universitaria otro tanto. Y a pesar de que partió diciendo que había "escuchado con atención las dificultades que están teniendo las comunidades educativas en el retorno a clases", parece que no supo hacerse cargo de eso que las comunidades le han dicho.

Anunció que el Programa "Seamos Comunidad" se hará cargo de responder a las necesidades de aprendizaje y el bienestar socioemocional. Pero el mencionado plan está lleno de generalidades y escasísimo financiamiento y como gran solución ofrece financiar 714 proyectos de infraestructura (solo en establecimientos estatales, por cierto), como si las necesidades de aprendizaje y el bienestar socioemocional dependieran de ello. Mejorar la infraestructura es fundamental, pero los educadores necesitamos apoyo con medidas más concretas para subsanar las necesidades de aprendizaje de los estudiantes post pandemia.

Proponer mejorar la implementación de los Servicios Locales de Educación Pública va en la línea correcta, y si bien una pequeña postergación puede verse como necesaria, creemos que es muy importante que este traspaso se agilice lo más posible; es urgente sacar del ámbito de la gestión municipal la gestión escolar, la cual debe ser profesional y técnica, lejos de intereses políticos y hasta partidistas.

Anunció una vez más el proyecto de Educación Sexual Integral, el cual ya fue rechazado el año pasado y ciertamente no es una prioridad para las familias de Chile, además de atentar contra el derecho de estas de educar a sus hijos de acuerdo con sus valores y creencias.

Sí anunció el Presidente dos proyectos que valoramos: la reparación de la deuda histórica con los profesores y el fin de la doble evaluación docente. Esperamos, sin embargo, que el altísimo costo que la deuda histórica conlleva, junto al Plan de Condonación de la Deuda Educativa, no sean más que un voladero de luces imposible de alcanzar para las arcas fiscales.

Mucho más eficaz para mejorar la educación integral de los niños, niñas y adolescentes de Chile hubiera sido trabajar por ampliar la indispensable cobertura en salas cunas y jardines infantiles, el kínder obligatorio, reestructurar el apoyo a niños con necesidades educativas especiales, ampliar la cobertura de la Junaeb a nuevas necesidades estudiantiles, modificar las normas del Bono de Reconocimiento Profesional Docente para incluir a educadoras de párvulos y diferenciales y profesores TP, fortalecer la autonomía y responsabilidad de los equipos directivos, el perfeccionamiento y contención emocional de los educadores, transformar la evaluación docente y el Simce como verdaderos instrumentos de mejora educativa, preocuparse por falta de profesores que se profundiza año a año y un largo etcétera que seguirán quedando como deudas en la educación.

"Mucho más eficaz para mejorar la educación integral hubiera sido trabajar por ampliar la indispensable cobertura en salas cunas y jardines infantiles, el kínder obligatorio...".

José Luis Velasco Guzmán, presidente de la Asociación de Educadores de Chile, Aseduch