Anuncios: mucha ficción, poca realidad
Si las cosas que ocurren en nuestro país fueran una película de ciencia ficción, estamos en esa parte de los grandes efectos especiales que estremecen nuestra atención y suele desviarnos de la trama.
Los recientes anuncios del Gobierno son solo efectos especiales que muestran cierto surrealismo, no asumiendo la realidad ni las condiciones económicas que vive nuestro país. Grandes proyectos de infraestructura, más recursos para combatir el alza de los combustibles, más aeropuertos, nuevos cuarteles policiales, eliminación de copago en tramos C y D de Fonasa, aumentar la compra de tierras indígena, creación de empresas estatales y así, suma y sigue.
No dudo de las buenas intenciones del Presidente ni de la importancia de lo que anunció, mucho menos de lo necesario que serían los anuncios del Gobierno, pero sí creo que no es bueno jugar con las ilusiones ni la buena fe de los chilenos, porque las expectativas son muy altas y muy difíciles (por no decir imposibles) de cumplir.
De lo que escuchamos, una caleta artesanal en Quellón, que valoramos mucho, pero ¿dónde quedaron las soluciones para el canal Dalcahue?, ¿o la doble vía hasta Quellón? O algo para que Ancud combata la crisis sanitaria que vive. Para Chiloé, muy poco.
Gobernar no solo implica llenarse de rimbombantes anuncios y discursos plagados de buenas intenciones, también hay que tener un cable a tierra y ser honesto con la ciudadanía a la hora de prometer y cumplir, priorizando los reales problemas de la gente y dejando las fantasías personales en el camino.
Lo más complejo es que todo lo descrito no es una película, sino la más cruda de las realidades que vive nuestro país, y a diferencias de lo que pasa en la pantalla grande, aquí no está garantizado un final feliz para los protagonistas.