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Buzo arriesga casi 30 años de cárcel por femicidio frustrado y ultrajes a niñita

Se la acusa de intentar asesinar a su expareja de una estocada en el abdomen, como también de reiteradas violaciones a la hijita de la mujer. Un escabroso caso registrado en Quellón.
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Pedro Bárcena González

En una clara muestra de los alcances judiciales que tienen dos de los máximos flagelos socio-delictivos en Chiloé, como son la violencia de género y los delitos sexuales infantiles, un sujeto se expone a casi 30 años de cárcel al ser sindicado como autor de un femicidio frustrado y de violaciones reiteradas contra la hija de su expareja. Un caso que tuvo como epicentro Quellón y que mantiene tras las rejas al encartado.

Desde la jornada de ayer la sala presidida por la magistrada Loreto Yáñez del Tribunal Oral en lo Penal (TOP) de Castro, analiza los cargos contra el acusado de iniciales J. M. L. R. (53), a quien se le atribuye responsabilidad en el ataque con arma blanca contra la mujer de 40 años, la noche del 13 de julio del 2021. Una embestida registrada en la casa de la afectada, quien resultó con un traumatismo abdominal penetrante complicado con lesión en intestino delgado, de carácter grave gravísimo.

Tanto la fiscal Karyn Alegría como el querellante Thomas Patri del Servicio de la Mujer y Equidad de Género (SernamEG) de Los Lagos invocaron 12 años de presidio contra el buzo por este crimen; mientras que la persecutora sumó otros 270 días de reclusión, imputando el ilícito de lesiones menos graves sufridas por un vecino que salió en ayuda de la dueña de casa y que terminó con cortes en sus manos y brazo izquierdo.

Igualmente, la representante del Ministerio Público solicitó 15 años de cárcel contra el hombre de mar por las presuntas violaciones contra la hijita de su exconviviente. Una serie de ataques que se habría extendido entre el 2015 y 2021, desde el momento en que la menor apenas se empinaba por sobre los 5 años.

Dinámica

Tal como expuso en la audiencia la fiscal, la feroz agresión contra la pobladora se produjo solo un par de días antes del quiebre de la relación con el enjuiciado.

"Llegó (el imputado) en estado de ebriedad al domicilio de la víctima cosificándola. Le señala que 'si no eres mía no serás de nadie' y con la intención de matarla la apuñala. De no mediar la intervención médica ella hubiese fallecido. Necesitó 8 operaciones para reconstruir lo que el odio femicida del imputado quiso destruir", remarcó la abogada, explicando que igual no se consumó el asesinato por la irrupción del vecino también agredido, quien concurrió "ante los gritos de auxilio de la mujer".

Igualmente, la jurista enfatizó que dentro del proceso indagatorio por este episodio de violencia, emergieron los antecedentes por los ultrajes contra la menor, refrendados por la propia declaración de la pequeña.

"En los dos domicilios en que vivieron como familia, el imputado cuando se quedaba a solas con la niña la agredía sexualmente. Esto sucedía cuando la madre salía a trabajar (a una pesquera)", agregó la fuente.

Como difícil calificó esta causa la persecutora. Y no solo por la gravedad de los delitos, sino también por la total indefensión de la menor de edad. "Sufrió todo en un contexto con una madre negligente, a quien le relató los ataques, pero ella no le creyó, ante lo cual se perpetuaron los delitos sexuales en su contra por años", precisó. Incluso, existe una medida de protección en favor de la niña que impide el acercamiento de su mamá.

Por su parte, Patri manifestó que con la prueba que se ventila en el juicio se acreditará la participación del acusado en el femicidio frustrado, que se gestó tras "una discusión motivada por los celos" que llevó al ataque armado "disponiendo absolutamente de la vida de la mujer".

Agregó el abogado del SernamEG que la evidencia permitirá comprobar que el buzo "cometió actos de violencia de género", calificando su libertad como "un peligro para la vecina, su hija y todas las mujeres". Además, insistió en la necesidad de considerar la extensión del mal causado, "para que se imponga una pena alta y ejemplificadora".

Defensa

En tanto, el defensor Daniel Fuenzalida apuntó a la recalificación del delito por la estocada contra la pobladora. Dijo que "el ánimo homicida no se podrá acreditar y será controvertido con las declaraciones e informes médicos". Añadió que su representado "no quiso quitarle la vida a la afectada, teniendo tiempo para ello". Por esto, enfocó esta dinámica en un ilícito de lesiones graves.

Por los otros dos cargos, derechamente el profesional mencionó que "no podrán ser demostrados", ante lo cual no se llegaría a desvirtuar la duda razonable. Bajo este escenario, buscará la absolución dentro de un juicio que continúa hoy con su etapa probatoria.

Testimonio

El buzo prestó declaración en la audiencia de ayer, reconociendo la agresión armada contra su expareja. "Discutimos y se me borró la película", indicó como antesala del ataque: "No quise darle muerte… pensé que la herida era poco". Junto con señalar que no recuerda haber lesionado al vecino que llegó en auxilio de la dueña de casa, el acusado remarcó que "nunca toqué" a la menor que los sindica como su violador. Agregó que ella "era como mi hija". Este testimonio fue refutado por la fiscal Karyn Alegría, quien cuestionó que el imputado solo recordara con detalles algunos episodios previos a la agresión contra su exconviviente, como el motivo de su discusión o la irrupción del vecino, pero que luego "se nublara" en su embestida. Es más, justificó el hombre el uso del cuchillo para "cortar una carne que había traído".

9 años de relación habrían tenido el buzo con la mujer, ambos oriundos de Río Negro.