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Alcalde Vargas realiza gestiones para concretar proyectos de agua potable en Queilen

Las iniciativas cumplen con todos los pasos administrativos correspondientes y estarán a disposición de la Dirección de Presupuesto para la asignación de recursos.
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Redacción

Una productiva reunión sostuvo hace unos días en Santiago el alcalde de Queilen, Marcos Vargas (DC) con autoridades de la Dirección Nacional de Obras Hidráulicas, oportunidad en la que pudo abordar el avance de diversos proyectos que impulsa el municipio en esta área con la finalidad de asegurar su ejecución.

Dentro de las iniciativas que se evaluó con la finalidad de contemplar su financiamiento fue el proyecto de

sondaje para la isla Acui y el sector Apeche, las que han sido bien evaluadas por dicha dirección. La Dirección de Obras Hidráulicas (DOH) entrega asesoría técnica a los municipios para garantizar de la mejor manera la ejecución de proyectos.

Iniciativas

En este contexto, el alcalde Vargas mostró su conformidad por la respuestas y preocupación que ha tenido la Dirección de Obras Hidráulicas para las iniciativas y que se concretarán a futuro en la comuna.

"Tuvimos una reunión muy relevante junto al director Nacional subrogante Milo Millán y el asesor del director nacional, Reinaldo Fuentealba, y también junto al jefe del Departamento de Operaciones, Miguel Pinochet. Durante la cita nuestra intención fue corroborar los proyectos que están en carpeta durante este año 2022", acotó el edil.

Sumó que "uno de ellos es el sondaje o pozo profundo de Acuy, el de Apeche, que abarca a los sectores del Coiron, Apeche Bajo, Apeche Alto, Los Gualas, El Jardín y Pilque; así como también buscamos asegurar los recursos que signifiquen el comienzo, a partir del año 2023, de los diseños del APR de la isla Tranqui, que van a beneficiar en el futuro a 200 familias".

"También pudimos abordar los diseños de una futura red que beneficiará a los sectores de Lelbun, Villa el Lago, Libno y Pío Pío. Nos informaron que se están haciendo los trámites en la DOH a nivel nacional para que puedan asignar estás obras con financiamiento y decreto presupuestario para que sean ejecutadas el 2023. Sin duda, son noticias favorables y esperanzadoras para todas las queilinas y queilinos", remarcó.

El jefe comunal añadió que este "ha sido un trabajo serio responsable que gracias a Dios ha contado la preocupación de las autoridades de Gobierno que están al tanto de estas iniciativas".

cronica@laestrellachiloe.cl

columna de opinión del pueblo

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La voz

No hay nada más peligroso que sentirse dueño de la "voz del pueblo". No sólo por el evidente rasgo mesiánico que hay detrás de dicha apropiación, sino porque la realidad nos enseña una y otra vez que el electorado -o el "pueblo"- es muy difícil de ser encasillado. En efecto, una de las principales características de las sociedades modernas es que las personas que las componen tienen intereses tan múltiples y dinámicos que rara vez un comportamiento es igual al siguiente.

Las últimas elecciones muestran el dinamismo del votante promedio. Hemos sido testigos de una verdadera montaña rusa electoral, a veces dando como vencedoras a las izquierdas, otras a las derechas y otras tantas al centro moderado. El electorado parece "transitar" de una opción a otra sin mediar razones demasiado profundas, más preocupado de las angustias del presente -la inflación, la inseguridad- que de las reivindicaciones del pasado y las ansiedades del futuro.

Lo anterior no quiere decir que la ciudadanía del siglo XXI sea menos politizada o ideologizada. Más bien, significa que las visiones tradicionales (esas que en la centuria pasada se llenaban la boca con el "pueblo", el "movimiento obrero", la "política de masas") no son suficientes para alcanzar una comprensión cabal del votante que cada cierto tiempo acude a las urnas. Dura tarea tienen los políticos del mañana que quieran conocer las demandas de sus electores.

Pero no todo está perdido, claro está. En el caso que nos atañe (es decir, luego del resultado histórico del Rechazo el domingo), tenemos una gran oportunidad de reunir en una misma interpretación a las distintas posiciones que están comprometidas con el cambio constitucional, pero que han insistido, hace ya varios meses, que ese cambio debe hacerse oyendo a todas las fuerzas democráticas que coexisten en el país.

Habrá quienes -sobre todo en los sectores más a la derecha- interpretarán lo ocurrido el domingo como una señal de que "el pueblo" se ha hastiado de la discusión constitucional y que más vale regresar al statu quo que existía en 2019. Craso error: que la ciudadanía haya rechazado la propuesta de la Convención no es lo mismo que dejar inconcluso el itinerario constituyente, ya que fue ese mismo electorado el que votó masivamente a favor de tener una nueva Constitución en octubre de 2020.

No es posible, en otras palabras, pensar que "aquí no ha pasado nada". Tampoco sería conveniente comenzar la nueva discusión constituyente desde foja cero: existen mínimos comunes, que van desde la centroderecha a la centroizquierda, que auguran un debate menos polarizado en el futuro cercano.

Esos mínimos comunes son procedimentales (cada vez hay mayor consenso de que la Constitución sea escrita por una Convención elegida a partir de reglas similares a las que se usan para las elecciones parlamentarias), pero también, y sobre todo, refieren a cuestiones constitucionales: más y mejor descentralización; un sistema político que garantice eficacia y gobernabilidad; un Estado social y democrático de derecho; el reconocimiento constitucional de los pueblos originarios en el marco de la unidad del Estado y el territorio nacional; una igualdad efectiva entre hombres y mujeres, entre otras materias.

El "pueblo", en definitiva, no se deja encasillar, pero tampoco se deja engañar. Cambios bien hechos, en tiempo y forma. Esa parece ser la demanda que subyace tanto al plebiscito de entrada como al de salida.

"Las últimas elecciones muestran el dinamismo del votante promedio. Hemos sido testigos de una verdadera montaña rusa electoral, a veces dando como vencedoras a las izquierdas, otras a las derechas y otras tantas al centro moderado. El electorado parece 'transitar' de una opción a otra sin mediar razones demasiado profundas, más preocupado de las angustias del presente -la inflación, la inseguridad- que de las reivindicaciones del pasado y las ansiedades del futuro".

Juan Luis Ossa,, investigador del Centro de Estudios Públicos