Cortejo de Isabel II ya está en Escocia y Carlos III se convirtió en su nuevo rey
Los restos de la monarca pasaron la noche en la sala de Trono en la residencia de Holyroodhouse en Edimburgo. Hoy habrá un servicio en la Catedral de St. Giles. El presidente de EE. UU. recordó a la reina en su conmemoración del 11/S.
C. Infanta / EFE Medios Regionales
Los restos mortales de Isabel II ya se encuentran en la sala del Trono de la residencia real de Holyroodhouse, en Edimburgo, tras recibir el homenaje de miles de personas que salieron a la calle al paso del cortejo fúnebre que los trasladó desde el Castillo de Balmoral hasta la capital escocesa.
Desde Balmoral, donde la reina murió el jueves a los 96 años, el cortejo fúnebre inició la mañana de ayer el trayecto de unos 200 kilómetros para llegar a la capital de Escocia, tras pasar por pueblos y localidades, entre ellos Ballater, Aberdeen y Dundee.
A lo largo de este recorrido, miles de personas se situaron a ambos lados de las carreteras para aplaudir y tomar fotografías del ataúd, cubierto con el estandarte real de Escocia y una corona de flores, recogidas especialmente de los jardines de Balmoral.
Detrás del coche fúnebre iba la limusina real con la hija de Isabel II, la princesa Ana, y el marido de esta, Tim Laurence, mientras que en Holyroodhouse estaban los hijos de la soberana, los príncipes Andrés y Eduardo.
En la avenida Royal Mile, en el centro histórico de Edimburgo, que une el castillo de la ciudad con el palacio real, miles de ciudadanos se apostaron a ambos lados de las barreras montadas por la policía para aplaudir en un ambiente de recogimiento.
Una vez dentro del imponente patio de Holyroodhouse, el féretro fue recibido por el Real Regimiento de Escocia, con sus faldas verde tartán, para llevarlo hasta la Sala del Trono, donde permanecerá hasta hoy por la tarde.
Después de que el ataúd entrase en el palacio, el Regimiento Real de Escocia y miembros de la Guardia Real desfilaron en silencio en el patio antes de dejar el recinto.
Rey en escocia
A la espera de la llegada del féretro a Holyroodhouse, Carlos III fue proclamado en Escocia rey en una colorida ceremonia que tuvo lugar ante el monumento conocido como la Cruz del Mercadillo, próximo a la Catedral de St. Giles, tras su proclamación oficial el sábado en Londres.
El denominado rey de armas, lord lyon, cartero real, leyó la proclamación ante el púlpito de este monumento.
Tras el acto, el cartero real, con sus atuendos protocolarios, gritó a la multitud allí congregada: "Dios salve al rey", a lo que la gente respondió con la misma frase.
Luego, el público entonó el himno nacional, acompañado por música de una banda real, y el lord lyon pidió tres vítores para el nuevo monarca británico diciendo: "Hip, hip", a lo que la multitud respondió con un "Hurra!".
La proclamación fue seguida con el disparo de 21 salvas de cañón desde el cercano castillo de Edimburgo.
Para hoy se espera que el cortejo fúnebre salga de Holyroodhouse hasta la Catedral de St. Giles, donde habrá un servicio religioso al que asistirán miembros de la familia real, entre ellos el rey Carlos III y la reina consorte, Camilla.
El ataúd permanecerá unas 24 horas en la catedral donde estará la capilla ardiente que permitirá a la población rendirle tributo.
El martes, los restos mortales serán llevados a la capital británica en un avión de la Real Fuerza Aérea (RAF) de cara al funeral de Estado que tendrá lugar el día 19 en la Abadía de Westminster, junto al Parlamento británico.
Torres gemelas
El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, recordó ayer las palabras de apoyo de la reina Isabel II de Inglaterra tras los atentados del 11 de septiembre de 2001 en su discurso por el 21 aniversario de los ataques.
"El dolor es el precio que pagamos por amar" fue el mensaje que la monarca, recientemente fallecida a la edad de 96 años, envió a las familias de las víctimas a través de su embajador durante un servicio religioso en la iglesia de St. Thomas de Nueva York, el mismo día de los atentados.
Biden se sirvió de la frase para recordar a las casi 3.000 personas que perdieron la vida hace 21 años cuando un grupo de terroristas de Al Qaeda secuestraron tres aviones que hicieron impactar contra las Torres Gemelas en Nueva York y el Pentágono en Virginia, y uno más que fue estrellado en un descampado de Shanksville (Pensilvania) después de que los pasajeros se rebelaran.
"Lo que fue destruido lo hemos reparado. Lo que fue amenazado, lo hemos reforzado", aseguró el mandatario durante un discurso frente a la sede del Departamento de Defensa de EE. UU.