Para mantener en la memoria
El 21 de septiembre de 1994 se conmemoró por primera vez el Día Mundial del Alzhéimer y año tras año toma más fuerza, porque cada vez son más las personas que sufren de dicha enfermedad.
La enfermedad de Alzheimer es un deterioro degenerativo y progresivo de células cerebrales que se ve reflejado en pérdida de memoria, cambios en el comportamiento, en el lenguaje y en la forma en que se resuelven los problemas de la vida diaria, entre otros aspectos. Esta situación no solo afecta a las personas que la padecen sino a todo su círculo familiar, amigos y comunidad y de ahí la importancia de generar espacios de reflexión y sensibilización, como es este día, donde se pueda conversar del tema e invitar a familiares y amigos a compartir sus experiencias, ya que sin duda cuando escuchamos la vivencia de otros se hace más amable poder entender el propio proceso.
Quizás una de las situaciones más difíciles de poder comprender y asimilar, es ver que una persona querida, que durante la mayor parte de su vida pudo desempeñar distintos roles y realizar las distintas tareas que se proponía, hoy ya no es capaz de hacerlo; tareas simples como vestirse, bañarse o comer, requieren de apoyo y de cariño, porque esa persona ya no reconoce a quien le cuida, que puede ser compañero o compañera de toda la vida. Está su cuerpo mas no su mente, ya no es posible recordar todos los momentos vividos, solo va quedando ese día a día, que a momentos se hace duro y triste para quien acompaña.
Hoy es tiempo para quienes somos miembros de una comunidad, de ser más empáticos y generosos con la persona que sufre la enfermedad de Alzheimer y de sus cuidadores; es el momento también de reflexionar y preguntarnos: ¿estamos generando espacios de promoción para nuestra salud física y mental? Debemos partir y manejar de manera adecuada factores estresantes, llevar una alimentación saludable, ejercicio físico y mantenernos socialmente activos, ya que mucha evidencia científica muestra que estos pueden ser los caminos para reducir el riesgo de padecer enfermedad de Alzheimer. Es importante, entonces, activar nuestro cuerpo y nuestra mente, desafiándonos diariamente a mantener buen ánimo, a disfrutar de la vida, del trabajo y de las personas que nos acompañan. Debemos tener en consideración que la memoria tanto en el envejecimiento normal como patológico se beneficia de los nexos generados entre la información y las emociones al momento de registrarla y almacenarla. La permanencia en emociones, como miedo y tristeza, parecen más dañinas; de ahí la importancia de detenernos y ver qué emociones estamos guardando en nuestra memoria: ¿cuáles son la emociones predominantes?
La prevención está en nuestras manos hoy, para un envejecimiento saludable mañana.