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Nueva norma de Pesca: senador Moreira pide avanzar simultáneamente en la "ley corta" y acoger demandas históricas

Las caducidades de registros pesqueros y saldos de cuota no capturada son algunos de los aspectos a abordar, en paralelo a la discusión por otras normativa.
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No esperar dos años o más para resolver los problemas de la pesca artesanal", es la consigna del senador por Los Lagos Iván Moreira, miembro de la comisión de pesca de la cámara Alta, para reimpulsar una ley corta destinada a resolver en menor tiempo algunas de las principales demandas del sector.

El objetivo del congresista es que mientras se trabaja en una nueva legislación, se avance en una ley corta que incorpore las demandas más inmediatas de los hombres y mujeres de mar, para luego agregarlas en la nueva ley de pesca que tardará más tiempo en su puesta en marcha.

El legislador junto con reiterar su apoyo para la nueva Ley de Pesca, indicó que el sector artesanal no puede esperar dos años o más para resolver necesidades urgentes, llamando a avanzar simultáneamente en ambas iniciativas.

"La pesca artesanal no puede esperar dos años, y tal vez más, para una nueva ley, que por cierto apoyaremos, pero necesitamos trabajar paralelamente en soluciones para las demandas urgentes, como el tema de las caducidades en el registro pesquero o lo que sucede con los saldos de las cuotas no capturadas. Hay que afrontar el tema de la pesca ilegal o los problemas que existen con algunas concesiones marítimas junto a los requerimientos puntuales que los pescadores han manifestado desde sus respectivas caletas. Tenemos un compromiso por una nueva y buena ley de pesca, pero sin descuidar las necesidades más urgentes. Hemos propuesto avanzar de forma simultánea en la ley corta, para luego incorporarla al nuevo texto legal y así no esperar dos años en resolver problemas urgentes y no crear falsas expectativas en los hombres y mujeres de mar"._

Moreira expuso que los impacto de la denominada "Ley Lafkenche" o la urgencia por contar una normativa exclusiva para el sector bentónico son otras de las necesidades que han solicitado dirigentes y que deben resolverse con la misma celeridad que la nueva Ley de Pesca.

El niño y la barricada

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Columna de opinión

La noticia recientemente masificada en los medios de comunicación de la presencia de un niño de cinco años en las barricadas realizadas en la comuna de Santiago, y, en consecuencia, su abordaje mediático y social, pudiesen darnos luces acerca no tan solo de la situación proteccional que viven cada día niñas, niños y jóvenes, sino también de la construcción sociocultural de las infancias que históricamente se ha sostenido en nuestro país. Lo ocurrido plantea una oportunidad para, más allá del caso puntual, analizar lo que sucede con la infancia más vulnerable, alejando generalizaciones y estigmas.

Algunos de los titulares que fue posible reconocer en los medios de comunicación dan cuenta del hecho donde un niño de 5 años se habría registrado en distintas grabaciones participando de la realización de una barricada en el centro de Santiago. Simbólicamente, el niño no tan solo está siendo víctima de la negligencia por parte de su grupo familiar de origen (no tan solo la progenitora, invisibilizando la responsabilidad de la crianza y el cuidado del progenitor), sino que mostrando deliberadamente en reiteradas ocasiones el video en las múltiples plataformas virtuales, propiciando así la construcción de discursos en torno a la historia del niño cargados de juicios personales en redes sociales y comentarios a dichos publicaciones. Muchos de esos discursos han configurado la percepción de que las conductas manifestadas por este niño se enmarcan en la "disfuncionalidad familiar, la delincuencia, y la falta de cuidados por parte de los padres y familiares del niño".

Pero esto según algunos autores no es nuevo. Esta percepción de inseguridad en el entramado social ha sido una construcción socio histórica de las infancias en nuestro país que históricamente ha estado teñida por una historia de vulneración desde el trabajo infantil en las minas de Lota como lo representaría Baldomero Lillo en su obra "Sub-terra" hasta la concepción planteada por Gabriel Salazar en "ser niño huacho en el siglo XX", donde desde el núcleo más íntimo de la sociedad se ha generado en la dinámica identitaria la percepción del niño creado y criado al margen de la protección, contención y seguridad. Esto se ha materializado a su vez en la institucionalidad, la cual recientemente producto de la presión social ejercida por las distintas investigaciones realizadas por instituciones como la Cámara de Diputados, el Observatorio para la Confianza y la Policía de Investigaciones (PDI), han dado cuenta de la necesidad urgente de cambios en la manera de garantizar el cuidado irrestricto del bien superior del niño.

Las repercusiones de esta construcción en la identidad de la infancia y juventud pueden ser variadas, desde conductas "disruptivas", o en su extremo más severo, la conformación de la personalidad en base al trauma complejo culminando en muchas ocasiones en la conducta suicida y las toxicomanías en adolescentes. Ello ha quedado de manifiesto en el informe planteado por la Subsecretaria de Redes Asistenciales en el Informe De Mortalidad Por Suicidio En Chile: 2010-2019, el que refleja que el grupo etario que presenta la mayor cantidad de defunciones fue el ubicado entre los 25 a 29 años, seguido por el grupo entre los 20 a 24 años.

Esto implica que como sociedad civil nos cuestionemos la importancia acerca del lenguaje y los discursos que construimos a partir de situaciones como la acontecida con "el niño", donde se promueva la reparación de una historia de vulnerabilidad como motor para la promoción y prevención en las infancias por venir.

"Lo ocurrido plantea una oportunidad para, más allá del caso puntual, analizar lo que sucede con la infancia más vulnerable, alejando generalizaciones y estigmas. Esto implica que como sociedad civil nos cuestionemos la importancia acerca del lenguaje y los discursos que construimos a partir de situaciones como la acontecida con "el niño", donde se promueva la reparación de una historia de vulnerabilidad como motor para la promoción y prevención en las infancias por venir".

Javier Molina, Psicólogo Infantil, académico Universidad Andrés Bello