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Unos 5.300 millones de celulares quedarán en desuso este año

Estos dispositivos podrían formar una torre de 50.000 kilómetros. Expertos llamaron a reciclar.
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EFE / N.E.

Alrededor de 5.300 millones de celulares dejarán de usarse este año y solo una mínima parte será reciclado: el resto terminará en contenedores, incinerado junto a la basura o en lo más profundo de un cajón.

Aunque para algunos podría no parecer una cifra exorbitante, con todos esos dispositivos móviles apilados se podría construir una torre de 50.000 kilómetros, 120 veces más allá de la Estación Espacial Internacional, y una octava parte del camino a la luna.

Y es que, a pesar de contener oro, cobre, plata y otros componentes reciclables, sorprendentemente, los celulares son uno de los aparatos electrónicos más acaparados por los consumidores.

Para averiguar por qué la gente no recicla ni repara los aparatos electrónicos y eléctricos en desuso (RAEE), el WEEE Forum, el consorcio que agrupa a las empresas que gestionan su reciclaje, hizo una encuesta cuyos resultados respaldó el Instituto de Naciones Unidas para la Formación y la Investigación (Unitar). Sus resultados se publicaron ayer, horas antes del Día Internacional de los Residuos Electrónicos, que se conmemora hoy.

Las consultas se hicieron entre junio y septiembre de 2022 en 8.775 hogares de la Unión Europea (Portugal, Países Bajos, Italia, Rumanía y Eslovenia) y en el Reino Unido, donde cada vivienda acumula una media de 74 productos electrónicos como teléfonos, tablets, notebooks, secadores de pelo, tostadores y otros (excluyendo lámparas). De ese total, 13 se guardan (nueve funcionan pero no se usan, y cuatro están rotos).

Los menos reciclados

Por cantidad, los cinco productos RAEE que más se acaparan en Europa son los pequeños aparatos electrónicos de consumo (audífonos, controles remotos), seguidos de los equipos domésticos (relojes, planchas), los informáticos (discos duros, routers, teclados o mouses), los celulares y los electrodomésticos de cocina (tostadores, parrillas).

En el otro lado de la balanza están las lámparas LED, que encabezan la lista de productos que más se botan.

Los países más acumuladores son Italia (29%), Países Bajos (17%), el Reino Unido (14%), Eslovenia (12%), Rumanía (9%) y Portugal (8%).

Sobre los motivos, en Europa acumulan RAEE porque creen que podrían volver a usarlos (46%), para venderlos o regalarlos (15%), por su valor sentimental (13%), porque podrían tener valor en el futuro (9%), porque no saben cómo reciclarlos (7%), por falta de tiempo o porque prevén usarlos en una segunda vivienda (3%), o porque contienen datos sensibles (2%).

Pascal Leroy, director general del WEEE Forum, explicó que "la gente no se da cuenta de que estos artículos, aparentemente insignificantes, tienen mucho valor, y juntos a nivel mundial representan volúmenes enormes".

Solo en 2022, los pequeños artículos de RAEE como teléfonos, cepillos de dientes eléctricos y tostadores producidos en todo el mundo pesarán unas 24,5 millones de toneladas, cuatro veces el peso de la Gran Pirámide de Giza.

Lo peor es que estos aparatos contienen recursos importantes que podrían reutilizarse en nuevos dispositivos electrónicos, turbinas eólicas, baterías de autos eléctricos o paneles solares, y que son "cruciales para la transición ecológica y digital hacia sociedades con bajas emisiones de carbono", puntualizó el WEEE Forum.

"La gente no se da cuenta de que estos artículos (...) tienen mucho valor, y juntos a nivel mundial representan volúmenes enormes".

Pascal Leroy, director de Weee Forum

El "boreout" lleva a trabajadores a la frustración y depresión

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Puede que muchos conozcan el "burnout", una respuesta al estrés laboral prolongado. Pero hoy es otro el concepto que se hace cada vez más común en el mundo: el "boreout".

Éste puede definirse como un patrón de aburrimiento crónico en el trabajo, pero va más allá. Lo componen la infraexigencia, desinterés y aburrimiento.

"Las nuevas generaciones, a partir de los millennials, pueden tener mayor tendencia a aburrirse en su trabajo. Al usar más la tecnología, las tareas que antes tomaban horas hoy las pueden hacer en poco tiempo. La factibilidad de que los trabajadores vivan el boreout tiene que ver con que su trabajo no representa un desafío y ven bajas oportunidades de desarrollar su profesión o potenciar sus habilidades", dijo Marisol Aguayo, directora de Talent Solutions Right Management Chile.

Cómo detectarlo

Sus síntomas derivan de los tres elementos que lo componen: infraexigido, el trabajador se siente poco valorado en cuanto a su potencial; desinterés, las tareas que hace no le parecen importantes; aburrimiento, siente que no hay mucho que hacer.

"Estos síntomas pueden generar efectos complejos en las personas, como baja autoestima, frustración y depresión", añadió Aguayo.