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Halloween: dulces ácidos son los más dañinos para la salud bucal infantil

Expertas dieron consejos para evitar el consumo excesivo de azúcar en Noche de Brujas y mencionaron las golosinas menos nocivas.
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Natividad Espinoza R. - Medios Regionales

Los disfraces y los dulces -pero en mayor medida estos últimos- son los principales atractivos de Halloween para los más pequeños, quienes cada año esperan con ansias la llegada del 31 de octubre para celebrar entre calabazas, brujas y monstruos horripilantes.

Sin embargo, lo que asusta a los padres no tiene que ver con la decoración propia de esta festividad, sino con la cantidad de azúcar que sus niños pueden llevarse a la boca durante la misma. Esto, debido a la relación que existe entre el consumo y el desarrollo de enfermedades cardíacas, diabetes y obesidad, tal como han comprobado numerosos estudios internacionales.

La pediatra Mariana Elberg (@pediatra_marianaelberg) manifestó al respecto que "específicamente en este día se recomienda que los niños coman entre cuatro y 10 dulces como máximo".

"El resto se recomienda que se usen como canje para realizar actividades que a los niños les gustan. Por ejemplo, si el niño le entrega 10 dulces a su mamá consigue una salida al parque", agregó la profesional.

Otra "técnica" compartida por Elberg para evitar el consumo excesivo de golosinas durante el próximo lunes es que los niños coman -alimentos saludables- antes de salir a pedir dulces, ya que así "no sentirán esa necesidad intensa de comer", explicó.

Los más nefastos

Tanto Elberg como la odontóloga Daniela Almeyda, CEO de Clínica Ceomax (@clinica.ceomax), coincidieron en que lo ideal sería que los niños no consumieran dulces: "Los azúcares refinados -como los que están presentes en la mayoría de las golosinas de Halloween- no son recomendables, porque no tienen aporte nutricional y además nos causan otro tipo de problemas, como la caries dental", explicó la profesional.

No obstante, dentro de la gran variedad de dulces que hay en el mercado existen algunos que son más nocivos que otros para la salud nutricional y bucal de niños y también de adultos.

"Hay que evitar los dulces ácidos, puesto que bajan el pH de la boca y esto favorece la acción de bacterias cariogénicas (capaces de producir o inducir la producción de caries)", afirmó la odontóloga.

"También podría decir que debemos evitar consumir dulces duros, por el riesgo de que los niños comiencen a morderlos y se fracturen alguna pieza dental. También son riesgosos los dulces pegajosos, como chicles, masticables y turrones, ya que se pegan mucho a los dientes, cuesta sacarlos y muchas veces quedan pegados en las tapaduras y sellantes, pudiendo sacarlos si no se encuentran en buen estado", agregó la profesional de la salud bucal.

En cambio, Elberg dijo que lo mejor sería preferir "dulces con bajo porcentaje o nula presencia de azúcar. Lo mismo con los chocolates altos en grasa, entre más puro el chocolate es mejor alternativa".

Una mejor salud bucal

Para evitar la aparición de caries, Almeyda también sugirió cepillarse los dientes al menos dos veces al día con pasta fluorada -con mínimo 1.000 ppm de flúor- y tener un excelente cepillado nocturno, idealmente con algún complemento al cepillo como seda dental y enjuague bucal.

"El cepillado nocturno es muy importante, ya que nuestros niveles de saliva bajan en la noche y eso también favorece la acción de las bacterias cariogénicas", sentenció la dentista.

Pájaros de 12 días reconocen el "dialecto" de su canción local

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Los pájaros cantores reaccionan al oír las "canciones" que eventualmente producirán siendo adultos, incluso a los 12 días de edad. Así dice un estudio de la Universidad de Estocolmo y la de Uppsala, ambas en Suecia, publicado en Current Biology.

Experimentos realizados en polluelos de papamoscas cerrojillo en toda Europa mostraron que responden preferentemente a los cantos de su propia especie y, notablemente, de su propia población.

Tal como los niños que aprenden un idioma, los pájaros cantores aprenden sus canciones escuchando las producidas por sus padres y otros adultos. Tanto en el lenguaje humano como en el canto de las aves, el proceso de aprendizaje da lugar a pequeños cambios de una generación a la siguiente, lo que lleva a diferencias entre poblaciones, llamadas dialectos.

El estudio muestra que las canciones de papamoscas cerrojillo de siete poblaciones europeas forman dialectos definidos. Al transmitir canciones a 2.000 polluelos, se reveló que los papamoscas jóvenes responden a cantos que son similares a las de su propio dialecto pidiendo comida.

"Las aves están 'sintonizadas' desde edad temprana para reconocer las canciones de sus propias poblaciones, lo que se centra en el aprendizaje posterior", dijo David Wheatcroft, líder del estudio.