Decir trabalenguas cinco minutos cada día ayuda a comunicarse
Una experta aseguró que jugar con estas locuciones evita que las personas se queden "con la palabra en la punta de la lengua". Además, recomendó distintos desafíos, según su nivel de complejidad.
Natividad Espinoza R.
Tal como lo dice su nombre, un trabalenguas es una locución difícil de pronunciar, que generalmente se usa para desafiar a otros a decirla sin cometer errores. Como no tener éxito es prácticamente la norma, las risas abundan durante estas actividades.
Sin embargo, los trabalenguas son mucho más que frases que regalan momentos jocosos e incluso tienen su propio día internacional, que se celebra cada 14 de noviembre.
"Los trabalenguas son beneficiosos tanto para los niños como para los adultos y tienen mucho que ver con cómo accedemos a las distintas palabras en nuestro cerebro", explicó la académica de la Escuela de Fonoaudiología de la Universidad Andrés Bello (UNAB), Dayna Damiani.
"A veces, por distintas condiciones, desarrollo del lenguaje normal o cuando una persona está pasando por algún tipo de deterioro cognitivo o Alzheimer, cuesta más acceder a esas palabras. Entonces, el trabalenguas es una manera de ejercitar el cerebro para que se acostumbre y vaya accediendo más fácilmente a los vocablos", agregó la profesional.
Para ella, la gracia de estas enredadas locuciones es que, para decirlas correctamente, el acceso a las palabras tiene que ser rápido. Además, el carácter rítmico de los trabalenguas y las rimas que generalmente los componen, intensifican el ejercicio que busca hacer más fluida la comunicación oral.
"Mientras más ejercitemos nuestro cerebro con este tipo de actividades, menos se nos olvidarán las palabras y menos experimentaremos ese fenómeno de 'tener una palabra en la punta de la lengua'", destacó Damiani.
¿cómo practicar?
Para que el ejercicio de decir trabalenguas sea efectivo y realmente ayude a agilizar el acceso a las palabras, la fonoaudióloga recomendó jugar con trabalenguas todos los días, diciendo por lo menos uno a lo largo de cinco minutos. Además, sostuvo que es importante ir cambiando de trabalenguas porque cuando ya se domina uno, deja de ser un desafío.
"Los niños y los adultos a los que les cuesta más pueden estar toda una semana trabajando solamente con un trabalenguas, pero lo importante es que sea algo de todos los días", precisó.
Si bien hay personas a las que les resulta bastante fácil decir trabalenguas, hay otras a las que les cuestan casi todos. Pensando más bien en las segundas, Damiani sugirió comenzar practicando con locuciones de dos frases, que al ser los más cortos son los más sencillos.
"'Pablito clavó un clavito', por ejemplo, es una frase. Mientras'¿Qué clavito clavó Pablito?', es la otra. Ese es uno de los trabalenguas más fáciles porque tiene solo dos componentes", afirmó la experta, quien invitó a ir animándose cada vez con uno más largo y dio algunos ejemplos según su nivel de complejidad.
Fáciles
El abuelo causó revuelo en el vuelo.
¿Qué revuelo causó en el vuelo el abuelo?
A la abuela le cuesta
subir la cuesta,
y en medio de la cuesta,
va y se acuesta.
Media
Compro poco coco,
porque como poco
coco como,
poco coco compro.
El dicho que tú has dicho es un dicho que yo he dicho. ¿Por qué has dicho el dicho que yo he dicho, si es un dicho que he dicho yo?
Difíciles
Un trabalengüista
muy trabalenguado
creó un trabalenguas
muy trabalenguoso.
Ni el mejor trabalengüista
ni el más trabalenguado
pudo trabalengüear
aquel trabalenguas
tan trabalenguoso.
Un perro perruno que vino emperrado
no traía morro ni rabo.
Decían que era rabioso
pero era una rosa risa
de perro gracioso.
El perro Ramón,
era marrón,
y reía y rodaba al ver a un ratón.