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"Necesitamos una ley corta", Ana Albornoz, alcaldesa de Santa Juana, comuna del Biobío fuertemente afectada por los incendios del centro sur del país, revelando que le planteó al Presidente Gabriel Boric evaluar norma para fiscalizar plantaciones.

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Cuando hablamos de héroes, muchos pensarán en personajes de ficción, que, con poderes sobrenaturales, salvan al mundo. Otros en cambio, recordarán a personas comunes, que con esfuerzos que rayan en lo sobrehumano, poniendo en riesgo su propia vida, enfrentan la adversidad con valor, nobleza y desinterés. Es así como los bomberos fueron, son y serán grandes héroes de nuestro país.

Estos últimos días hemos visto como el fuego destruye todo. Vidas humanas, hogares y miles de hectáreas de bosque; ciudades sitiadas por las llamas, familias que lo perdieron todo y la desesperación de quienes ven amenazado el esfuerzo de toda una vida, son las tristes postales que deja esta tragedia.

En medio de tanto dolor, tristeza y angustia, florecen nuestros héroes. Y así como durante la pandemia el personal de salud jugó un rol heroico, hoy lo son nuestros bomberos y brigadistas forestales quienes llevan más de una semana combatiendo el fuego sin parar.

Ciertamente, el trabajo de la sociedad civil organizada termina empequeñeciendo a un Gobierno que nuevamente llegó tarde, que no reaccionó a tiempo y que hoy, al igual que algunos sectores políticos, buscan patéticamente sacar réditos políticos. Estos días vemos cómo tratan de llenarse de flores, únicamente por hacer su trabajo. Es más, la incesante labor de miles de voluntarios y de todos quienes contribuyen desinteresadamente a extinguir las llamas, termina ocultando los errores de un Gobierno ineficiente y un Estado burocrático, que mantienen, por ejemplo, a la antigua Onemi (hoy Senapred, Servicio Nacional de Prevención y Respuesta ante Desastres) sin un director titular.

Si de buenos patriotas se trata, nuestros bomberos y brigadistas forestales deben ser calificados como tal, dispuestos a sacrificar su propia vida para contener la catástrofe que enfrentamos.