columna de opinión
Agua, el recurso más preciado
El agua es un recurso limitado esencial para la población. El crecimiento demográfico y el consecuente aumento en el requerimiento de recursos, producción agrícola e industrial, entre otros, han llevado a que la demanda crezca exponencialmente poniendo en riesgo el suministro de agua a nivel mundial. Se estima que para 2030 la diferencia entre la demanda prevista y el suministro de agua disponible en el mundo será del 40% (Banco Mundial, 2021).
Si bien el 71% del planeta está cubierto por agua solamente un 2,5% corresponde a agua dulce. Según datos de la ONU (Organización de las Naciones Unidas), la escasez de agua actualmente afecta a más del 40% de la población mundial y más de 1.700 millones de personas viven en cuencas fluviales en las que el consumo de agua supera la recarga.
Según la Dirección General de Aguas (DGA), en el país el sector agrícola es el principal usuario del líquido, con extracciones de alrededor de un 73%; la minería y los usos industriales comparten un 14%, y el restante para uso doméstico. Además, proyecta un incremento de 4,5% del agua consumida anualmente al 2030 y de 9,7% al 2040. Otros factores, como la variabilidad en las precipitaciones, los períodos de sequía y el cambio climático, contribuyen a un panorama poco alentador de déficit a nivel nacional.
La zona centro sur presenta una alta tasa de uso del recurso en la actividad agrícola, lo cual, junto con la sobreexplotación del recurso, ponen en estado de vulnerabilidad los acuíferos de la región. En la columna de Quillón (Región de Biobío), por ejemplo, estudios recientes concluyen que existe un balance hídrico negativo (déficit) en prácticamente toda la comuna, generado esencialmente por la falta de precipitaciones en los últimos años, lo cual implica agotamiento del recurso en algunas zonas en un plazo de 5 años (Jara et al., 2022).
La conservación del agua parte por el reconocimiento de su importancia y su valor no solamente económico sino también vital. Medidas básicas y urgentes como evitar el desperdicio a nivel doméstico hasta la gestión del recurso a nivel local, regional y país es fundamental. Se necesitan medidas y políticas que permitan conservar los sistemas hídricos, como estudio y conocimiento de los acuíferos, su cuantificación evaluación y valoración de la vulnerabilidad del recurso, control de su uso, análisis del impacto del cambio climático en las fuentes y reservorios de agua, medidas y resguardos ambientales, mitigación y prevención de la contaminación industrial, recarga artificial de acuíferos, el aprovechamiento de tecnologías agrícolas para mitigación de su impacto en los sistemas hídricos, sistemas de riego, control de usos de suelo, infraestructura hídrica, entre otros que se requieren de forma urgente.
"gestión integrada
y adecuada"
La gestión integrada y adecuada del recurso es la única vía para mantener ciudades, comunidades y regiones sostenibles y resilientes en el panorama futuro, garantizando el acceso a un recurso vital para todos.
Ayer, 22 de marzo, se celebró el Día Mundial del Agua. Les invito a reflexionar sobre el "valor del agua" para ustedes, sus familias y comunidades: cómo podemos desde nuestro quehacer o desde nuestra propia casa aportar en su conservación y en la educación del cuidado de algo cotidiano pero esencial.
"Se necesitan medidas y políticas que permitan conservar los sistemas hídricos, como estudio y conocimiento de los acuíferos, su cuantificación evaluación y valoración de la vulnerabilidad del recurso, control de su uso, análisis del impacto del cambio climático en las fuentes y reservorios de agua, medidas y resguardos ambientales, mitigación y prevención de la contaminación industrial, recarga artificial de acuíferos, el aprovechamiento de tecnologías agrícolas...".
Karen Correa Basilotta, directora de Geología de la, Universidad Andrés Bello Concepción y doctoras en Ciencias Geológicas