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Concurso literario está por cerrar sus postulaciones

Convocatoria se llama "Microcuentos del Sur de Chile".
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Apenas unos días restan para el cierre de la convocatoria para la segunda edición del concurso literario "Microcuentos del Sur de Chile", que organiza la empresa Fiordo Austral con la colaboración de AquaChile, Australis, Blumar, Caleta Bay, MarineFarm, Multi X, Salmones Austral, Salmones Antártica, Salmones de Chile y Ventisqueros.

El certamen, cuyo objetivo es impulsar la creatividad y fomentar la lectura entre los jóvenes, está dirigido a estudiantes de entre quinto básico y cuarto medio, pertenecientes a establecimientos educacionales de Chiloé y del resto de la Región de Los Lagos, quienes podrán participar con un relato de entre 150 y 600 palabras, cuyas historias estén inspiradas principalmente en tres aspectos: el sur de Chile, su geografía y sello de identidad.

Serán premiados los tres mejores trabajos por cada categoría en competencia: "Chucao" (5° y 6° básico), "Martín Pescador" (séptimo y octavo años de enseñanza básica) y "Bandurria" (de I a IV medio) y se entregarán menciones honrosas. También recibirán un reconocimiento especial, los establecimientos que presenten mayor número de participaciones durante el proceso de postulación.

Se recuerda que se debe enviar un microcuento al correo electrónico concursoliterario@fiordoaustral.com con tu nombre completo, título del microcuento, teléfono de contacto, establecimiento educacional y curso al que perteneces.

Para más información, revisa las bases en www.fiordoaustral.com.

Concurso literario está por cerrar sus postulaciones

Convocatoria se llama "Microcuentos del Sur de Chile".
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Apenas unos días restan para el cierre de la convocatoria para la segunda edición del concurso literario "Microcuentos del Sur de Chile", que organiza la empresa Fiordo Austral con la colaboración de AquaChile, Australis, Blumar, Caleta Bay, MarineFarm, Multi X, Salmones Austral, Salmones Antártica, Salmones de Chile y Ventisqueros.

El certamen, cuyo objetivo es impulsar la creatividad y fomentar la lectura entre los jóvenes, está dirigido a estudiantes de entre quinto básico y cuarto medio, pertenecientes a establecimientos educacionales de Chiloé y del resto de la Región de Los Lagos, quienes podrán participar con un relato de entre 150 y 600 palabras, cuyas historias estén inspiradas principalmente en tres aspectos: el sur de Chile, su geografía y sello de identidad.

Serán premiados los tres mejores trabajos por cada categoría en competencia: "Chucao" (5° y 6° básico), "Martín Pescador" (séptimo y octavo años de enseñanza básica) y "Bandurria" (de I a IV medio) y se entregarán menciones honrosas. También recibirán un reconocimiento especial, los establecimientos que presenten mayor número de participaciones durante el proceso de postulación.

Se recuerda que se debe enviar un microcuento al correo electrónico concursoliterario@fiordoaustral.com con tu nombre completo, título del microcuento, teléfono de contacto, establecimiento educacional y curso al que perteneces.

Para más información, revisa las bases en www.fiordoaustral.com.

Cuarteto Chiloé comenzó en Rilán periplo por cuatro comunas isleñas

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La agrupación Cuarteto Chiloé comenzó en la península de Rilán, comuna de Castro, el ciclo de conciertos didácticos que realizará por cuatro comunas del Archipiélago y que incluye además a Chonchi, Quinchao y Quellón.

Se trata de un proyecto financiado por el Fondo de la Música Convocatoria 2023 que la agrupación compuesta por José Astudillo (violinista), Saruy Concha (violinista), Natalia Carrillo (violista) y Ariel Sotomayor (violonchelista) se adjudicó y que tiene por finalidad difundir la música clásica y los instrumentos de cuerdas que ellos interpretan a la comunidad educativa del territorio.

El grupo recorrió esta semana las escuelas rurales Mirta Oyarzo Vera de Rilán, Escuela Olinda Bórquez en Puyán e Inés Bazán en San José, todas ubicadas en la península de Rilán. En total, más de 100 estudiantes de niveles prebásica hasta octavo básico disfrutaron piezas como "La pequeña serenata nocturna" de W. A. Mozart. Además los alumnos tuvieron la oportunidad de dirigir al ensamble, aprendiendo a llevar los tiempos en una agrupación musical como un "director o directora de orquesta", una experiencia que ellos mismos calificaron como "inolvidable".

"El concierto fue muy didáctico para los niños y niñas, instancias como esta son necesarias porque llenan el alma y el espíritu. Espero que puedan volver en otra oportunidad", señaló el director de la 'Mirta Oyarzo' de Villa Rilán, Leonel Ruiz.

"Para Cuarteto Chiloé es muy importante realizar esta actividad para crear audiencias con estos conciertos, acercar nuestro arte y la música a localidades donde generalmente no llega y plantar inquietudes artísticas y musicales en niños, niñas y jóvenes del territorio", comentó el músico Ariel Sotomayor.

Cuarteto Chiloé comenzó en Rilán periplo por cuatro comunas isleñas

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La agrupación Cuarteto Chiloé comenzó en la península de Rilán, comuna de Castro, el ciclo de conciertos didácticos que realizará por cuatro comunas del Archipiélago y que incluye además a Chonchi, Quinchao y Quellón.

Se trata de un proyecto financiado por el Fondo de la Música Convocatoria 2023 que la agrupación compuesta por José Astudillo (violinista), Saruy Concha (violinista), Natalia Carrillo (violista) y Ariel Sotomayor (violonchelista) se adjudicó y que tiene por finalidad difundir la música clásica y los instrumentos de cuerdas que ellos interpretan a la comunidad educativa del territorio.

El grupo recorrió esta semana las escuelas rurales Mirta Oyarzo Vera de Rilán, Escuela Olinda Bórquez en Puyán e Inés Bazán en San José, todas ubicadas en la península de Rilán. En total, más de 100 estudiantes de niveles prebásica hasta octavo básico disfrutaron piezas como "La pequeña serenata nocturna" de W. A. Mozart. Además los alumnos tuvieron la oportunidad de dirigir al ensamble, aprendiendo a llevar los tiempos en una agrupación musical como un "director o directora de orquesta", una experiencia que ellos mismos calificaron como "inolvidable".

"El concierto fue muy didáctico para los niños y niñas, instancias como esta son necesarias porque llenan el alma y el espíritu. Espero que puedan volver en otra oportunidad", señaló el director de la 'Mirta Oyarzo' de Villa Rilán, Leonel Ruiz.

"Para Cuarteto Chiloé es muy importante realizar esta actividad para crear audiencias con estos conciertos, acercar nuestro arte y la música a localidades donde generalmente no llega y plantar inquietudes artísticas y musicales en niños, niñas y jóvenes del territorio", comentó el músico Ariel Sotomayor.

columna de opinión

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En busca de una nueva relación con la Tierra

La descripción que Darwin hace de la selva templada del sur de Chile es fascinante. Él describió el paisaje que cubría las islas que visitó, entre Chiloé y el archipiélago de los Chonos, con expresiones tales como "bosques… incomparablemente más bellos", "me recuerda las selvas tropicales", "lujuriante vegetación", "selvas impenetrables", "vegetación admirable" o "impenetrable selva negruzca". Sin embargo, quienes han visitado la zona, probablemente leerán con nostalgia las descripciones del ilustre visitante.

Pasados 187 años, solo quedan vestigios de aquella belleza que se puede observar en algunos rincones de Chiloé y más abundantemente en el archipiélago de los Chonos. Solo vestigios, porque el deterioro del paisaje natural se repite en distintas partes del planeta, particularmente allí donde la presencia humana se hace más intensa.

Durante miles de años la especie humana luchó por sobrevivir ante una naturaleza a veces opresiva. El mismo Charles Darwin dice respecto de los fiordos y canales patagónicos que es difícil imaginar otro lugar donde "las obras inanimadas de la naturaleza, rocas, hielo, nieve, viento y agua, en guerra perpetua, pero coligadas, sin embargo, contra el hombre, tienen aquí una autoridad absoluta."

En el pasado la humanidad debió sobrevivir a dicha autoridad. Con el tiempo los seres humanos debieron abrirse paso ante esa hostil naturaleza, para generar un espacio vital más llevadero. Sin embargo, ese proceso civilizatorio lo hemos hecho con tal éxito y frenesí, que hemos invertido el ejercicio de la autoridad. Ahora es la naturaleza la que parece estar subyugada por la autoridad opresiva del ser humano. La falta de previsión ante las consecuencias de nuestro progreso no solo ha sometido en buena parte a la naturaleza, sino también, en algunos aspectos, hemos sido tiránicos con ella. A pesar de nuestra refinada cultura y sofisticación tecnológica, seguimos siendo depredadores de nuestro entorno.

Hoy es indispensable rehacerle un lugar a la naturaleza. Buscar una forma de convivencia que le permita a la naturaleza tener un lugar junto a nosotros, una nueva forma de relacionarnos con el planeta. Propuestas existen. La ciencia no solo nos ha advertido de la desgracia, sino también nos ha propuesto caminos.

"Actitud depredadora"

No obstante, seguimos con una actitud depredadora en diversas formas, directa o indirectamente. Debemos buscar un sistema de relación completamente nuevo. Un sistema que respete tanto la vida humana como el resto de la vida de la tierra. Un sistema en el que se entienda la reciprocidad y la necesidad mutua entre la naturaleza y los seres humanos. Como un jardinero en su huerto, que promueve la vida y vive de sus frutos.

Para ello es preciso valorar lo que somos y la tierra en que vivimos, no desde la posesión y la rentabilidad, sino desde el asombro y la comprensión; en definitiva, valorar la belleza y la generosidad de la vida desde el amor. El amor, una palabra cursi, embarazosa o romántica para algunos, tiene la virtud de establecer un marco distinto de relación con el sujeto/objeto, moviliza fuerza e incluso sacrificios en pro del bien amado. Quizás, el Día de la Tierra (recientemente conmemorado el 22 de abril), un llamado esencial, especialmente a quienes tienen vocación docente, es a enseñar a amar el hogar en que vivimos todos.

"Pasados 187 años (del paso de Charles Darwin), solo quedan vestigios de aquella belleza que se puede observar en algunos rincones de Chiloé y más abundantemente en el archipiélago de los Chonos. Solo vestigios, porque el deterioro del paisaje natural se repite en distintas partes del planeta, particularmente allí donde la presencia humana se hace más intensa".

Daniel Varela Zapata, doctor en Ciencias mención en Ecología y Biología Evolutiva e investigador del Centro i~mar de la Universidad de Los Lagos

columna de opinión

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En busca de una nueva relación con la Tierra

La descripción que Darwin hace de la selva templada del sur de Chile es fascinante. Él describió el paisaje que cubría las islas que visitó, entre Chiloé y el archipiélago de los Chonos, con expresiones tales como "bosques… incomparablemente más bellos", "me recuerda las selvas tropicales", "lujuriante vegetación", "selvas impenetrables", "vegetación admirable" o "impenetrable selva negruzca". Sin embargo, quienes han visitado la zona, probablemente leerán con nostalgia las descripciones del ilustre visitante.

Pasados 187 años, solo quedan vestigios de aquella belleza que se puede observar en algunos rincones de Chiloé y más abundantemente en el archipiélago de los Chonos. Solo vestigios, porque el deterioro del paisaje natural se repite en distintas partes del planeta, particularmente allí donde la presencia humana se hace más intensa.

Durante miles de años la especie humana luchó por sobrevivir ante una naturaleza a veces opresiva. El mismo Charles Darwin dice respecto de los fiordos y canales patagónicos que es difícil imaginar otro lugar donde "las obras inanimadas de la naturaleza, rocas, hielo, nieve, viento y agua, en guerra perpetua, pero coligadas, sin embargo, contra el hombre, tienen aquí una autoridad absoluta."

En el pasado la humanidad debió sobrevivir a dicha autoridad. Con el tiempo los seres humanos debieron abrirse paso ante esa hostil naturaleza, para generar un espacio vital más llevadero. Sin embargo, ese proceso civilizatorio lo hemos hecho con tal éxito y frenesí, que hemos invertido el ejercicio de la autoridad. Ahora es la naturaleza la que parece estar subyugada por la autoridad opresiva del ser humano. La falta de previsión ante las consecuencias de nuestro progreso no solo ha sometido en buena parte a la naturaleza, sino también, en algunos aspectos, hemos sido tiránicos con ella. A pesar de nuestra refinada cultura y sofisticación tecnológica, seguimos siendo depredadores de nuestro entorno.

Hoy es indispensable rehacerle un lugar a la naturaleza. Buscar una forma de convivencia que le permita a la naturaleza tener un lugar junto a nosotros, una nueva forma de relacionarnos con el planeta. Propuestas existen. La ciencia no solo nos ha advertido de la desgracia, sino también nos ha propuesto caminos.

"Actitud depredadora"

No obstante, seguimos con una actitud depredadora en diversas formas, directa o indirectamente. Debemos buscar un sistema de relación completamente nuevo. Un sistema que respete tanto la vida humana como el resto de la vida de la tierra. Un sistema en el que se entienda la reciprocidad y la necesidad mutua entre la naturaleza y los seres humanos. Como un jardinero en su huerto, que promueve la vida y vive de sus frutos.

Para ello es preciso valorar lo que somos y la tierra en que vivimos, no desde la posesión y la rentabilidad, sino desde el asombro y la comprensión; en definitiva, valorar la belleza y la generosidad de la vida desde el amor. El amor, una palabra cursi, embarazosa o romántica para algunos, tiene la virtud de establecer un marco distinto de relación con el sujeto/objeto, moviliza fuerza e incluso sacrificios en pro del bien amado. Quizás, el Día de la Tierra (recientemente conmemorado el 22 de abril), un llamado esencial, especialmente a quienes tienen vocación docente, es a enseñar a amar el hogar en que vivimos todos.

"Pasados 187 años (del paso de Charles Darwin), solo quedan vestigios de aquella belleza que se puede observar en algunos rincones de Chiloé y más abundantemente en el archipiélago de los Chonos. Solo vestigios, porque el deterioro del paisaje natural se repite en distintas partes del planeta, particularmente allí donde la presencia humana se hace más intensa".

Daniel Varela Zapata, doctor en Ciencias mención en Ecología y Biología Evolutiva e investigador del Centro i~mar de la Universidad de Los Lagos