columna de opinión
Día Nacional de los Pueblos Indígenas, entre la folclorización y la recuperación sociocultural
Cada año en el mes de junio los pueblos originarios celebran la llegada el solsticio de invierno en el hemisferio sur: Inti Raymi para el pueblo quechua, Machaq Mara para el pueblo aymara y Wiñol Tripantu desde el pueblo mapuche.
En junio de 2021, el Senado declaró el 21 de junio como feriado para conmemorar el Día Nacional de Los Pueblos Indígenas. Una de las primeras interrogantes que aún están presentes tiene relación con este gesto desde el mundo político: ¿caben dentro del repertorio discursivo de lo políticamente correcto o forman parte de un verdadero reconocimiento hacia las prácticas socioculturales mapuche?
La celebración del Wiñol Tripantu ha sido histórica y tradicionalmente una fiesta de carácter íntimo de las familias mapuche que se congregan para recibir la llegada del nuevo sol y renovar sus energías, donde se realizan ceremonias, se comparten los alimentos (mizawün), se agradece y se reflexiona por el ciclo que se acaba de ir y los aprendizajes que nos dejó.
A partir de la implementación de políticas interculturales, principalmente educativas, y de la declaración del feriado, abundan las actividades conmemorativas en actos públicos de organismos estatales y particulares. Esto ha generado que en la actualidad, el Wiñol Tripantu oscila entre la folclorización dada por el uso institucional y la recuperación política de una práctica sociocultural y espiritual en los territorios.
El contexto descrito anteriormente nos brinda también una oportunidad para reflexionar sobre los pros y los contras de la institucionalización que ha teñido el Wiñol Tripantu en algunos ámbitos. Por ejemplo, ¿cómo ha impactado la institucionalización del Wiñol Tripantu en la formación de las infancias? y ¿en qué medida la institucionalización del Wiñol Tripantu ha permitido una familiarización con la cultura mapuche desde la sociedad chilena?
Asignatura
En voces de educadores/as tradicionales, esta festividad se ha instalado en las escuelas desde el 2009 con el sector de Lengua Indígena, actualmente asignatura de Lengua y Cultura de los Pueblos Originarios Ancestrales, y ha ganado un espacio en la formación curricular de primero a sexto básico. En sus inicios significó visibilizar y reconocer a los pueblos originarios y a sus sistemas de creencias en su contemporaneidad. No obstante, la instalación del Wiñol Tripantu no estuvo exenta de resistencias e implicó (e implica aún) un trabajo sostenido por erradicar estereotipos discriminatorios en las escuelas, según mencionan educadores tradicionales desde su experiencia.
Sin embargo, los avances han sido múltiples; dentro de ellos se ha promovido una mayor consciencia sobre la naturaleza, el territorio, la vida que está presente en ellos y el respeto al itrofill mongen (toda forma de vida). Todo lo anterior ha generado una transformación socioeducativa en las infancias de pueblos originarios, quienes esperan con ansias esta fecha en que ven presentes los saberes de sus familias y sus identidades en sus espacios de formación.
"A partir de la implementación de políticas interculturales, principalmente educativas, y de la declaración del feriado, abundan las actividades conmemorativas en actos públicos de organismos estatales y particulares. Esto ha generado que en la actualidad, el Wiñol Tripantu oscila entre la folclorización dada por el uso institucional y la recuperación política de una práctica sociocultural y espiritual en los territorios. El contexto nos brinda también una oportunidad para reflexionar sobre los pros y los contras de la institucionaliza-ción que ha teñido el Wiñol Tripantu en algunos ámbitos".
José Luis Vargas Álvarez, encargado de Comunicaciones de la Dirección de Pueblos Originarios, Universidad de Los Lagos (ULagos)