Envases de plástico reciclado: la tendencia del delivery
Empresas chilenas utilizan plástico PET reciclado para elaborar nuevos recipientes para comidas y exportaciones.
Ignacio Arriagada M.
Araiz de los efectos del cambio climático, terminar con la contaminación por plásticos es un objetivo global. Por eso buscar soluciones y mejorar los hábitos es un desafío colectivo fundamental.
En ese contexto, Naciones Unidas ha sido enfático: hacer que el reciclaje se convierta en una empresa más estable y rentable. En ese sentido, sugiere a los países que eliminen, por ejemplo, los subsidios a los combustibles fósiles, que hoy son utilizados para hacer que los plásticos virgenes sean más baratos que los materiales reciclados.
Si se trata de avanzar en esa línea, y evolucionar hacia una verdadera economía circular, la industria de los alimentos juega un rol clave, pues utiliza altos volúmenes de empaques para el despacho de comidas y en las exportaciones de fruta.
Al respecto, Gabriel Fonzo, CEO de Integirty, empresa chilena que fabrica packaging a partir de plástico reciclado, comenta que "cambiar de plástico virgen al reciclado marca una diferencia significativa cuando hablamos de empresas que producen cientos de toneladas de empaques al año. No sólo se están revalorizando los desechos plásticos al crear materia prima para nuevos contenedores, sino que el proceso de fabricación en sí mismo tiene una huella de carbono mucho menor".
El plástico PET es el que más comúnmente se utiliza en el mundo y es completamente reciclable, y genera menos huella de carbono en su elaboración. Dado esos atributos, la industria revaloriza estos residuos, procesándolos para dar vida a nuevos productos fabricados con PET Reciclado.
A modo de ejemplo, asegura Fonzo, "sólo en 2022 reciclamos más de 4 mil toneladas de plástico PET para crear nuevos recipientes con un 90% de PET reciclado. Ese pequeño porcentaje que queda para la resina, en algunos casos, otorga la resistencia que, a veces, es necesaria para soportar más peso",
En algunos casos, el proceso completo para convertir una botella PET en insumo para un nuevo envase no toma más de 45 minutos.
Otro aspecto crucial, dados los altos estándares de inocuidad necesarios, son las certificaciones, pues no todos los envases reciclados son aptos para entrar en contacto con comestibles. Una de las vías es la validación que entrega la FDA (Administración de Alimentos y Medicamentos de los Estados Unidos) que garantiza la no migración de agentes tóxicos a los productos que serán ingeridos. Del mismo modo, el estándar global BRCGS y PrimusGFS son valorados como sello de buenas prácticas de seguridad alimentaria y ambos están reconocidos por la Iniciativa Mundial de Seguridad Alimentaria (GFSI, por sus siglas en inglés).
En cuanto a proyecciones, desde la industria plantean que lo más relevante es establecer incentivos económicos reales para dejar atrás la economía lineal y migrar hacia la circularidad.
Junto con ello, hay consenso en torno a que se debe actuar colaborativamente para impulsar estos cambios y asumir que se requiere inversión para mejorar tecnología, diseños y procesos en pro de la sustentabilidad.