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Chilenos toman poca leche a pesar de sus beneficios para la salud

El país registra un consumo per cápita anual de al menos 30 litros por debajo del parámetro considerado como aceptable.
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Ignacio Arriagada M. - Medios Regionales

De acuerdo a la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), la leche proporciona nutrientes esenciales y es una fuente importante de energía alimentaria, proteínas de alta calidad y grasas que son necesarias para una buena salud.

En ese contexto, Chile es un país privilegiado, pues tiene una moderna industria lechera, con sistemas ubicados en las zonas centro y sur. Esto permitió, por ejemplo, que en 2022 se contara con 2.411 productores que proveyeron a 136 plantas lecheras a nivel nacional, con un total de 2.398 millones de litros procesados.

A pesar de las bondades en cuanto a la producción de leche, Chile registra un consumo per cápita anual de casi cien litros por debajo de la que tienen en promedio los países desarrollados y al menos 30 litros por debajo del parámetro considerado como recomendable por la FAO.

Respecto a los factores que inciden en el bajo consumo de leche y lácteos en Chile, Aída Maggi, pediatra y nutrióloga del Hospital Carlos van Buren de Valparaíso, asegura que "son culturales, como el reemplazo de lácteos por té, infusiones o jugos; la falsa percepción de que después de los 6 años ya no es necesaria o que genera efectos adversos respiratorios o en adolescentes la aparición del acné; la intolerancia a la lactosa, que afecta al 50% de nuestra población después de los 4 a 5 años y que debiera motivar al cambio por una fórmula sin lactosa y no a la suspensión si el paciente la presenta; entre otras".

Bondades

La estadística alarma a la comunidad académica y médica debido a que la evidencia científica constata el efecto protector de los lácteos en la salud cardiovascular durante todo el ciclo de vida.

Por ejemplo, algunos estudios han sugerido que el consumo de productos lácteos se ha asociado con menor riesgo de hipertensión, coagulopatía, enfermedad arterial coronaria y accidente cerebrovascular.

"Siete de cada diez personas en Chile tienen exceso de peso y, en ese contexto, los lácteos, de acuerdo a la evidencia reciente, podría tener un efecto protector por su contenido de nutrientes", indica la nutricionista de la Universidad de Chile Verónica Sambra.

En el país, el infarto agudo al miocardio es la principal causa de muerte, con más de seis mil al año, según cifras del Ministerio de Salud, y solo en los últimos dos años el cáncer, en todas sus variedades combinadas, ha desplazado a las enfermedades cardiovasculares como el principal riesgo en la salud de la población.

Por ello, diferentes estudios dan cuenta de los beneficios asociados al consumo de grasas saturadas, proteínas y probióticos, y su impacto en reducir la probabilidad de morir por infartos o incluso, de sufrirlos, que estos sean menos severos.

"Tal como existen factores de riesgo", subraya Sambra, "en el desarrollo de enfermedades crónicas no transmisibles como la diabetes, la hipertensión y la dislipidemia, también existen factores protectores. Uno de ellos, lo que se está planteando, es el consumo de lácteos, asociado a todos los nutrientes que aportan para disminuir el riesgo de condiciones cardiovasculares".

También en el caso de las personas con obesidad, el consumo de lácteos contribuye a una mayor sensación de saciedad, dada el aporte en proteínas. Finalmente, en los diabéticos los lácteos aportan a mantener los bajos índices glicéridos, por los hidratos de carbono.

"En cuanto a los factores que inciden en la baja ingesta de leche y lácteos está lo cultural, como el reemplazo por té, infusiones o jugos".

Aída Maggi,, pediatra y nutrióloga.

Altas temperaturas arriesgan la producción de cerveza en Europa

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Las regiones europeas productoras de cerveza podrían experimentar una reducción del 4 al 18% en el rendimiento del lúpulo aromático tradicional de aquí a 2050, debido al aumento del calor y las sequías más frecuentes, alerta un estudio de Nature Communications.

La investigación, encabezada por el Instituto de la Academia de Ciencias de la República Checa, apunta además que esta reducción sería del 20 al 31% en lo relativo a ácidos de lúpulo, que son clave para el sabor amargo de este líquido, también hasta 2050.

La cerveza es la tercera bebida más consumida en el mundo, después del agua y el té, y es la bebida alcohólica más popular mundialmente.

Además de agua, cebada cervecera y levadura, se utiliza lúpulo para aromatizarla, el cual contiene unos compuestos llamados ácidos alfa que le confieren su aroma amargo y afectan a su calidad.

Dado que el cultivo de lúpulo aromático de alta calidad se limita a regiones relativamente pequeñas con condiciones climáticas y medioambientales adecuadas, existe el riesgo de que la producción se vea afectada por el cambio climático.

Para seguir produciendo cerveza de buena calidad, las prácticas tradicionales de cultivo del lúpulo cervecero deben adaptarse para paliar los efectos negativos del cambio climático en Europa, además de otras acciones, consideran los autores de la investigación.