Experta analizó en Ancud casos de abusos en la Iglesia
Pilar Ramírez visitó la Diócesis San Carlos, oportunidad en que abordó junto a Juan María Agurto, la estrategia de los obispos chilenos para enfrentar este flagelo.
Eespecialista en temas de infancia y familia, área en la que ha trabajado desde hace 20 años, Pilar Ramírez, coordina desde 2014 el Consejo de Prevención de Abusos y Acompañamiento a Víctimas de la Conferencia Episcopal. Una labor que la tuvo recientemente en Ancud, donde abordó esta problemática.
La profesional conoció más de la Diócesis San Carlos, que comprende las provincias de Chiloé, Palena, además de la zona de Guaitecas, oportunidad en que junto al obispo Juan María Agurto, analizaron los alcances de los ultrajes infantiles dentro de la Iglesia.
Los obispos chilenos, ya en el 2002 fijaron una clara postura al respecto y en el 2003 la Iglesia contaba con un primer protocolo. En abril de 2011, frente a graves delitos que salieron a la luz pública, las autoridades eclesiásticas anuncian la creación de este consejo nacional para la prevención, cuya misión es orientar y dirigir las políticas en esta materia.
En conversación con medios locales, la personera se refirió a la labor que viene desarrollando la Iglesia en esta temática tan sensible para la comunidad.
"Nos encontramos trabajando desde el 2011 en esto, hay que pensar que desde el 2011 en cada diócesis de Chile existe también un consejo de prevención, y son personas que están ayudando a las autoridades (obispos)", explicó la fuente.
"Basta con ver las estadísticas, entendemos que ha sido golpeada la institución en esto, pero también lo decimos muy claramente, no trabajamos para recuperar la confianza o el prestigio de la institución, mal podríamos hacer eso. Trabajamos porque queremos que como Iglesia, como institución, hagamos bien las cosas", precisó.
Asimismo, la personera hizo hincapié en el desarrollo de cursos destinados a todos quienes son parte de la Iglesia, cuyo objetivo es continuar con el proceso de acreditación de los equipos diocesanos como formadores en prevención.
"Todas las personas que trabajamos acá, tenemos que tener una formación que llamamos básica en esta temática. Cuando decimos todos, somos todos: los obispos, los sacerdotes, los consagrados, los laicos que trabajamos, las personas que trabajan voluntarias o remuneradamente, todas tienen que contar con este curso, que es un curso de formación básica que tiene cuatro módulos y dura 6 horas en total", detalló.
Sumó que la finalidad es que "las personas tengan también herramientas eventualmente, para ayudarnos a prevenir y también para acoger a las eventuales víctimas".
Ejemplo
Uno de los casos más bullados en la provincia, involucra al exdiácono de iniciales J. M. V. V., quien fue hallado culpable y sentenciado a 3 años y un día de presidio menor en su grado máximo por abuso sexual, hechos ocurridos en el 2004, contra un menor de edad.
Al respecto, monseñor Agurto expresó que "esta es una situación muy dolorosa para la familia, gracias a Dios en esto no hemos tenido denuncias últimamente. Sucedió un caso de un diácono en tránsito, iba a ser sacerdote pero ese caso llegó a la justicia, fue condenada la persona y también a nivel canónico. También él está suspendido en el ministerio desde hace tiempo, es el caso último que tenemos".
Del mismo modo, la autoridad eclesiástica, recalcó que "nosotros siempre estamos invitando a la gente, diciéndoles muy claramente a las personas que tienen el derecho y hasta el deber de denunciarnos públicamente, y nosotros también cuando se trata de un delito de un menor, tenemos la obligación también de hacerlo llegar a la autoridad civil".
César Cárdenas Ruiz
cronica@laestrellachiloe.cl