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La leche sería más eficiente que las bebidas especiales para el deporte

Estudios indican que su ingesta resultaría efectiva en la rehidratación y en la recuperación muscular.
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Ignacio Arriagada M. - Medios Regionales

Una alimentación saludable y adecuada es clave para, entre otros aspectos, mejorar el rendimiento y la recuperación de los deportistas y en quienes hacen ejercicio. En ese sentido, la leche ha tomado en el último tiempo un rol fundamental en las personas y en los atletas, aparte de lo nutricional, dada algunas bondades que hace un tiempo eran desconocidas.

Estudios sugieren que su ingesta posterior a la actividad física resultaría efectiva en el mantenimiento, reparación y síntesis de proteínas, aumentando fuerza y masa muscular.

Nathalie Llanos, nutricionista de la Universidad de Chile, explica que los lácteos cuentan con calcio, vitamina D, hidratos de carbono y antioxidantes, que son fundamentales para el rendimiento deportivo y la prevención de lesiones.

Dentro de estos, asegura, este alimento es especialmente importante post ejercicio, pudiendo ser más efectivo que las bebidas deportivas, tanto en rehidratación como en reposición de glucógeno. Con los lácteos las personas pueden cubrir sus requerimientos y mejorar la calidad de su dieta.

Los lácteos podrían ser un buen complemento sobre todo en quienes hacen deporte. Por ello, Llanos resalta que una correcta estrategia de alimentación permitirá obtener los nutrientes adecuados para promover la mantención y reparación de tejidos; asegurar la hidratación y reemplazo de electrolitos perdidos durante la práctica deportiva, y regular las vías fisiológicas responsables de las adaptaciones del mismo.

"No solo permitirán lograr un adecuado rendimiento durante una sesión, sino una correcta recuperación, que conlleve a maximizar el rendimiento en sesiones posteriores y con ello contribuir a tener un desempeño correcto", detalla la especialista.

Condición física

El estado físico corresponde a las aptitudes que pueden ser relativas al rendimiento o a algunas que se asocian a la salud, como una mejor condición cardiorrespiratoria.

Según la nutricionista, tener una mejor condición física se ha relacionado con una menor mortalidad o morbilidad, y un decrecimiento en la incidencia de enfermedades cardiovasculares, que son más prevalentes en la población. En ese contexto, la profesional relata que se han identificado dos conclusiones en torno a esto.

En primer lugar, las personas que desde la niñez o durante el transcurso de vida han ingerido lácteos, en la vejez tendrán aptitudes físicas destacables, como una mayor masa muscular y flexibilidad. En segundo lugar, en estudios transversales se identificó que personas que los incorporan a su dieta y practican actividad física, podrían mejorar su masa muscular.

Aguda y crónica

La experta asegura que la evidencia científica confirma que ingerir leche posterior al ejercicio tendría un impacto beneficioso tanto en la recuperación aguda como en la adaptación crónica al entrenamiento.

También algunos de estos análisis, señala, que se han basado en la leches semidescremadas, descremadas o chocolatadas, indican que por el agua y electrolitos que poseen, ayudan a la rehidratación posterior.

"Estos productos podrían ser mejores que otros líquidos comercializados para el deporte. En el caso de la leche con chocolate, aportaría cantidades de antioxidantes que también serían buenos para la recuperación", concluye la fuente.

"La leche no solo permitirá lograr un adecuado rendimiento, sino una correcta recuperación".

Nathalie Llanos,, nutricionista.

Las altas temperaturas aceleran el declive de las aves en el mundo

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El calor extremo y las olas de calor están repercutiendo negativamente en la nidificación y reproducción de las aves, y de forma más clara en las que viven en suelos agrícolas que en las que lo hacen en bosques o zonas urbanas, donde las sombras proporcionan protección.

Lo anterior ha sido comprobado por un equipo de investigadores de la Universidad de California Davis, tras analizar más de 150.000 nidos correspondientes a sesenta especies de aves que vivían en granjas, bosques, praderas y zonas urbanizadas de Estados Unidos durante un periodo de 23 años (entre 1998 y 2020).

Los investigadores, que publicaron los resultados en la revista Science, han comprobado que los efectos de las temperaturas extremas en la reproducción de las aves varían mucho en función del entorno en el que viven los animales, y que además de reducir las emisiones responsables del calentamiento será necesario fomentar los "refugios térmicos" y la plantación o el mantenimiento de "manchas" de vegetación natural para asegurar la sombra y frenar el declive de las aves.

Asimismo, las especies que anidan cerca de tierras de cultivo tienen menos probabilidades de que al menos un pollo abandone el nido cuando suben las temperaturas, mientras que los bosques y las zonas urbanas proporcionan un "amortiguador protector" contra las temperaturas extremas y ofrecen zonas de sombra.