En un contexto global donde vemos a diario los terribles impactos de los conflictos bélicos, qué importante resulta reflexionar sobre los caminos para encontrar la tan ansiada paz. Al pensar en ello surgen diferentes ideas, pero pocas veces se pone el foco en lo importante que es la ciencia para avanzar en este vital objetivo.
Justamente por eso, cada mes de noviembre Naciones Unidas conmemora el Día Mundial de la Ciencia para la Paz y el Desarrollo, este viernes 10, que no solo busca destacar el papel de la ciencia en la sociedad y la necesidad de involucrar a diversas audiencias en los debates sobre temas científicos emergentes, sino también relevar la labor de los científicos para ampliar nuestra comprensión de nuestro planeta y encontrar soluciones por un futuro sostenible. Este año además tiene un matiz especial, ya que el tema 2023 "generar confianza en la ciencia" apunta a fortalecer las decisiones políticas basadas en ella y el apoyo social tan necesario para su implementación.
El gran problema, como en otras áreas, es la poca equidad que existe en los recursos destinados a estas materias. De hecho, según los datos del Informe sobre la Ciencia 2021 de la Unesco para 86 países, algunos dedican menos del 10% de su gasto en investigación a las ciencias básicas y otros más del 30%.
Que este Día Mundial de la Ciencia para la Paz y el Desarrollo sea un llamado a tomar conciencia y acción. El desarrollo científico es mucho más que trabajos en laboratorios, publicaciones en revistas o creaciones que no nos impactan. En palabras de la ONU, hablamos de la "herramienta que el ser humano ha creado tanto para comprender el mundo que le rodea, como para aplicar esos conocimientos en su beneficio" y, a la luz de aquella definición, no cabe duda que tenemos que invertir en ella.