Desorientación y pérdida de memoria son dos síntomas del alzhéimer canino
El envejecimiento de las mascotas trae enfermedades asociadas. Una es el síndrome de disfunción cognitiva y especialistas explican cómo reconocerla y entregan las claves para evitarla.
Ignacio Silva - Medios Regionales
Llegó como un regalo inesperado, pero se transformó en uno más de la familia. Así describe José, un jubilado de Santiago, a Hércules, un poodle que lo acompaña desde hace cerca de 12 años.
Durante su vida, comenta José, el perro siempre tuvo buena salud. Sin embargo, en el último tiempo hubo un puñado de síntomas que llamaron su atención.
"De repente empezó a verse como confundido y nervioso. A veces incluso parecía como que no me reconocía", comenta el hombre.
Esas fueron las primeras señales del síndrome de disfunción cognitiva (SDC), una enfermedad que a menudo se relaciona con el mal de Alzheimer, pues afecta la función cerebral del perro de una manera similar a la que esta lo hace en los humanos.
"El síndrome de disfunción cognitiva está directamente relacionado con el envejecimiento en sí de la mascota. Hay un deterioro a nivel cognitivo principalmente, que se puede también comparar con la demencia senil", describe Camila Perinetti, veterinaria miembro del equipo médico de Pawer.
Según la especialista, este cuadro afecta principalmente a los perros seniles cuyas edades van desde los 8 años en adelante. "Yo lo he visto en pacientes desde 10 o 12 años hacia arriba", apunta.
"Algunos perros pueden comenzar a mostrar signos de SDC a una edad más temprana, pero se vuelve más prevalente en perros geriátricos. Los factores de riesgo y las causas exactas del SDC aún no se comprenden completamente, pero se cree que varios factores pueden contribuir a su desarrollo", comenta por su lado Paula Ibáñez Castro, directora de la carrera de Medicina Veterinaria de la Universidad de Las Américas Sede La Florida. Entre los factores enlistados por la docente se encuentran edad, historia clínica, nutrición y actividad física, entre otros.
"El envejecimiento es el factor de riesgo más significativo. A medida que los perros envejecen aumenta la probabilidad de desarrollarlo. Pero también perros que han tenido afecciones médicas crónicas a lo largo de sus vidas pueden tener un mayor riesgo, mientras que una un perro mentalmente y físicamente activo, y que lleva una dieta rica en antioxidantes y ácidos grasos omega-3, puede reducir el riesgo de SDC", dice la especialista.
Enfoque
Ibáñez asegura que identificar las primeras señales del síndrome de disfunción cognitiva en canes es importante para brindar una atención temprana y mejorar la calidad de vida de la mascota. Entre estas están los cambios en el patrón del sueño, desorientación (como, por ejemplo, que tenga dificultades para encontrar su comida), aumento en la ansiedad, pérdida de memoria o cambios en el comportamiento como mostrarse irritado o agresivo.
Sin embargo, la enfermedad no tiene una cura definitiva. "Pero existen enfoques de tratamiento y cuidado que pueden ayudar a ralentizar la progresión de la enfermedad y mejorar la calidad de vida de los perros afectado", apunta la docente. "Una vez que se ha diagnosticado el SDC, el veterinario podrá ofrecer recomendaciones sobre el manejo y el tratamiento, que pueden incluir cambios en la dieta, suplementos nutricionales, terapias conductuales y, en algunos casos, medicamentos específicos", menciona.
-¿Hay alguna forma de prevenir o retardar la aparición de la disfunción cognitiva en perros?
Paula Ibáñez: -Si bien no es posible prevenir por completo la aparición del SDC en perros, hay medidas que se pueden tomar para retrasar su aparición y reducir la gravedad de los síntomas en perros mayores. Entre ellas preocuparse de mantener una dieta saludable, proporcionar estimulación mental a través de juegos de rompecabezas, juguetes interactivos y entrenamiento, dar paseos diarios, juegos al aire libre y actividades físicas y crear un ambiente enriquecido en el hogar con juguetes, actividades y estimulación sensorial para mantener la mente del perro activa y ocupada.