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Turismo religioso: rutas que unen la fe, la cultura y las tradiciones de la región

Se trata de fiestas patronales, así como lugares y recintos ligados a la espiritualidad de las comunidades, que son visitados por feligreses o quienes simplemente buscan apreciar el arte, arquitectura o costumbres que hay detrás de ellas. Las iglesias de Chiloé, las misiones en Osorno y las celebraciones de la Virgen de la Candelaria en Carelmapu y Osorno, San Sebastián en Purranque y del Nazareno de Caguach en Quinchao son algunos ejemplos en Los Lagos.
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Verónica Salgado Salgado

El turismo religioso tiene un espacio cada día más reconocido a nivel mundial. Y no se trata de ninguna religión en particular, sino más bien rutas que unen la fe, la cultura y las tradiciones de sus comunidades. Y la Región de Los Lagos es un referente a nivel nacional en el tema.

En las diferentes provincias del territorio es posible disfrutar de fiestas patronales, así como lugares y recintos ligados a la espiritualidad de los habitantes locales y que son visitados por cientos de personas creyentes que buscan sumarse a las masivas muestras de fe; o por quienes simplemente buscar vivir la experiencia y conocer la historia, el arte y las tradiciones que hay detrás de cada evento, templo, santuario o cementerio.

En la provincia de Chiloé se registran más de 300 celebraciones patronales, siendo una de las más importantes y replicadas en otros puntos la festividad y procesión del Nazareno de Caguach. También están sus típicas iglesias construidas en madera, un ejemplo excepcional de arquitectura religiosa en América Latina, donde 16 de ellas fueron declaradas Patrimonio Mundial por la Unesco (Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura) en el 2000 y 2001.

En la provincia de Osorno están las antiguas misiones de la costa, como la de Quilacahuín en San Pablo, fundada por los franciscanos en 1794; la Misión San Juan, que data de 1805, y la Misión de Rahue, en Osorno, abierta en 1858, todas con pintorescos cementerios. También están la roca del Abuelito Huentellao, donde se encuentra la deidad huilliche, frente a Pucatrihue; las celebraciones de la Virgen de la Candelaria o San Sebastián, la Catedral San Mateo o la Parroquia San Agustín de Puerto Octay.

En la provincia de Llanquihue se cuentan la celebración de Nuestra Señora de la Candelaria de Carelmapu, fiesta que se celebra en el antiguo poblado costero del mismo nombre, en la comuna de Maullín, y cuya iglesia fue destruida por un incendio hace unas semanas; el Santuario y la Cruz de Tenglo; en Puerto Varas están el cerro del Calvario, la gruta de Nuestra Señora de Lourdes e Iglesia Luterana; la Catedral y Cementerio General de Puerto Montt, entre otros.

En la provincia de Palena se incluyen las iglesias San José Carpintero de Vodudahue, Ayacara y la de Rolecha, la Parroquia Sagrada Familia en Hualaihué y el Cementerio Municipal en Palena.

Consolidación

Esta rama del turismo es una de las más fascinantes, ya que permite conocer territorios y sus comunidades a través de la visita a inmuebles que son importantes no solo con un fin religioso, sino también por su arquitectura, historia, expresión cultural, espiritual, entre muchos otros aspectos. A nivel mundial hay ciudades que históricamente han sido objeto de peregrinaje como Jerusalén (Israel), La Meca (Arabia Saudita), Roma (Italia), Machu Picchu (Perú) o países como El Vaticano.

Se puede distinguir y practicar distintos tipos de turismo religioso: de peregrinación o participación de expresiones religiosas, como fiestas patronales y romerías; de visita y contemplación de patrimonio material, como reliquias, edificios, estructuras u objetos sacros, y de expresiones populares como cementerios y animitas.

La provincia de Chiloé es, sin duda, una muestra de cómo este tipo de turismo se consolida para transformarse en una fuente de ingresos fundamental para sus habitantes. Tiene más de 400 iglesias repartidas en el archipiélago. Sin duda, aquellos templos de madera reflejan la riqueza cultural de la tradición arquitectónica y el estilo constructivo insular, utilizado en todas las ciudades y pueblos de la zona sur desde el siglo XVIII hasta la actualidad.

Dieciséis iglesias son consideradas Monumento Histórico Nacional de Chile y también Patrimonio de la Humanidad. Se trata de los templos San Antonio de Colo, San Juan Bautista de San Juan, Nuestra Señora del Patrocinio de Tenaún, Nuestra Señora de los Dolores de Dalcahue, Santa María de Loreto de Achao, Nuestra Señora de Gracia de Villa Quinchao, Jesús Nazareno de Caguach, Santa María de Rilán, San Francisco de Castro, Nuestra Señora de Gracia de Nercón, Nuestra Señora del Rosario de Chelín, San Antonio de Vilupulli, Nuestra Señora del Rosario de Chonchi, Natividad de María de Ichuac, Jesús Nazareno de Aldachildo y Santiago Apóstol de Detif.

Ramón 'Moncho' Yáñez, investigador y presidente de la Red de Cultura de Chiloé, ganador del Premio Chiloé de Extensión Cultural y reconocido folclorista, precisó que lo más importante para consolidar este tipo de turismo es capacitar a los guías y fomentar el respeto a las comunidades locales.

"Este tipo de turismo es una realidad innegable, considerando que es fundamental también como ingreso económico para Chiloé y su gente. Ahora, debemos ir mejorando las formas de hacer turismo, incluyendo este tipo, para que sea mucho más responsable, generar propuestas respetuosas e inclusivas con las comunidades locales. Por ejemplo, el comercio ambulante autorizado es un problema, porque llegan personas de fuera que quitan espacio a los emprendedores locales y, además, comercializan cosas que no tienen relación alguna con la identidad local. Eso pasa en todo Chile", dijo el también jefe de Cultura de la Municipalidad de Quinchao.

El tercer domingo de enero se celebró la procesión de verano del Nazareno de Caguach, una festividad multitudinaria en honor a este Cristo traído por los franciscanos y profundamente incorporado por el pueblo chilote. Miles de fieles llegaron en lanchas desde todo el Archipiélago, así como turistas que viajan especialmente para sumarse. La iglesia de Caguach -declarada Patrimonio de la Humanidad- fue construida hace casi un siglo y la fiesta original, que corresponde al 30 de agosto, se remonta a 1778. Según los expertos, la escultura del Cristo dataría de principios del siglo XVIII, época en la que eran utilizados los postizos y pelucas como los del Nazareno.

Pronto el culto a este Jesús de rostro sufriente, cubierto de lágrimas de sangre, coronado de espinas y vestido con una túnica de seda morada (a veces de otros colores), cargando con sus manos heridas su pesada cruz sobre el hombro derecho, se extendió entre las islas, convirtiéndose en la imagen, por lejos, más devocional entre los chilotes.

"Esta es una de las festividades religiosas más grandes que tenemos en todo el sur y que se replica en la Patagonia chilena y argentina, donde están los chilotes residentes y llevan su fe siempre presente, lo que le da un amplio espectro de celebración a esta fiesta de Cristo Nazareno. A ella se suman muchas otras festividades, más de 300 en Chiloé que permiten que seamos una zona con un turismo abundante, pero que requiere también una mayor preparación de los guías para que la historia que cuentan sea la real, eso es fundamental", explicó Yáñez.

Opciones a explotar

En la provincia de Osorno, las misiones de San Juan de la Costa, Quilacahuín y Rahue permiten contar la historia de la zona a través de sus templos y singulares cementerios, cargados de símbolos que reflejan el sincretismo espiritual y cultural.

También está la Fiesta de la Candelaria, que se celebra cada de 2 de febrero en la Misión de Rahue (Ruta U-22), que fue traída a Osorno a fines del siglo XVIII por familias repobladoras provenientes de diversos puntos de Chile donde se veneraba a la Candelaria, entre ellas de Chiloé y Carelmapu.

Johnny Flores, gerente del Hotel Sonesta de la ciudad del Rahue y presidente de la Cámara de Turismo de la provincia de Osorno, explicó que este tipo de turismo está presente en la región, siendo una oportunidad de negocio para las comunidades locales, una opción cada vez más solicitada por los visitantes.

"A los consolidados destinos en Chiloé se suman la provincia de Osorno, donde existe un patrimonio rico en arquitectura, comenzando por la Catedral San Mateo, la Iglesia San Francisco, la de Puerto Octay o la misma de San Sebastián en Purranque, donde además el 20 de enero se realiza la procesión. También están los cementerios que son un atractivo propio de cada ciudad. En San Juan de la Costa están las creencias huilliches que también entran en este tipo de turismo, consolidado en muchas partes del mundo y acá estamos empezando a explotar sus distintas opciones", indicó Flores.

Inversión y gestión

Hace unos días, una de las iglesias santuario más importantes de la región, la iglesia de Nuestra Señora de la Candelaria, ubicada en Carelmapu, en la comuna de Maullín, fue destruida por un incendio, siniestro que conmocionó a la comunidad local. El recinto llevaba casi 16 años cerrado, aunque los vecinos y feligreses pidieron en numerosas ocasiones su restauración, la que nunca llegó.

Luis Cárdenas, seremi de Economía, Fomento y Turismo de Los Lagos, precisó que las iglesias, templos y catedrales son un patrimonio importante para sus comunidades y el país.

"Muchos de ellos están resguardados, como en el caso de Chiloé, pero no así otras infraestructuras de este tipo, que están en condiciones de riesgo constante, por lo que hay mucho que hacer para cuidarlos. Es importante conseguir ese resguardo con apoyo desde el Estado y los privados, así también desde la comunidad visitante y local, porque es algo que cuesta mucho. Es complejo acceder a proyectos de recuperación o restauración y lo peor que puede suceder es que terminen como la iglesia de Carelmapu, donde la pérdida patrimonial no se recupera", expuso.

Agregó el secretario regional ministerial que su cartera está trabajando en distintas fórmulas para apoyar y mejorar considerablemente el turismo de intereses especiales, que incluye el religioso.

"Es fundamental un buen diseño para ver cómo desarrollamos la unión entre una manifestación religiosa, cultural, de creencias y de devoción, que es un espacio de encuentro de la comunidad que se quiere compartir con otras personas que son los visitantes que llegan a conocer estas formas de expresión de fe y espiritualidad. Esta conjunción debe considerar como elemento clave que quienes asistan de visita tengan el respeto y el resguardo por las expresiones, recintos, imágenes, obras de arte, entre otros elementos. Este tipo de turismo tiene que tener como componente clave el respeto a los valores y creencias de las comunidades locales", comentó Cárdenas.

Según el personero, en las 30 comunas de la región hay formas de este tipo de turismo y, por lo tanto, hay que ser capaces de ordenarlas para generar una oferta que permita ir integrando estas formas religiosas culturales al panorama regional, provincial y local.

"Hay un tremendo desafío y espacio para crecer, ya que no existe una estrategia enfocada en el turismo religioso, pero es un buen momento para comenzar a construir nuevas rutas y espacios, así como se aborda el turismo rural. El turismo religioso actualmente es una oportunidad para ir avanzando en un propósito tremendamente importante, como es la riqueza patrimonial, cultural y religiosa de nuestra Región de Los Lagos; es muy potente, pero poco y nada se hace al respecto para darle el valor y realce que merece", cerró el seremi.

"Este tipo de turismo es una realidad innegable, considerando que es fundamental también como ingreso económico para Chiloé y su gente".

Ramón 'Moncho' Yáñez, investigador y presidente de la Red de Cultura de Chiloé.

"No existe una estrategia enfocada en el turismo religioso, pero es un buen momento para comenzar a construir nuevas rutas y espacios".

Luis Cárdenas, seremi de Economía, Fomento y Turismo.

16 templos chilotes son Patrimonio de la Humanidad: 14 fueron declarados así en 2000 y 2 en 2001.