Yolanda Millapichun, guardadora de semillas: "Ojalá aparezca alguien a quien pueda dejarle este legado"
La lemuyana tiene el mayor reservorio de tubérculos en Chiloé, pero admite que, al no tener hijos ni una familia directa que se interese por su legado, gran parte del material podría perderse.
Agencia EFE - Medios Regionales
La "bruja", de un color morado intenso, es una de las variedades de papa más frágiles y más vulnerables al hongo tifón. La "viscocha", en cambio, es muy buena para hacer ñoquis o chapaleles porque tiene mucha agua. También está la "cabra", una de las más antiguas, y la "meca de gata", tan alargada y rojiza que podría confundirse con una raíz de cúrcuma.
Todas son variedades nativas de Chiloé y muchas se habrían extinguido si no fuera por el trabajo de mujeres como Yolanda Millapichun, una de las pocas "guardadoras de semillas" que quedan en el Archipiélago, cuna de la papa chilena y de gran parte del mundo.
"Es difícil responder cuál es la que más quiero. Es como preguntarle a una mamá cuál es su hijo favorito", reconoce la agricultora en su huerto en isla Lemuy, en la comuna de Puqueldón, donde cultiva 112 variedades nativas distintas de papa chilota.
"Hay una papa que se llama cielo azul, pero que es muy colorada. Son nombres muy chistosos", dice risueña.
En Chiloé la papa es una forma de vida. Se calcula que antes de la llegada de los españoles existían un millar de variedades, de las cuales han sobrevivido algunas centenas gracias a generaciones de guardadoras de semillas.
Según el proyecto de 2005 "Rescate, protección, saneamiento y comercialización de variedades de papas nativas de Chiloé", a cargo de FIA (Fundación de Innovación Agraria) y la UACh, se describieron 286 variedades.
No hay registro oficial, pero se cree que 'La Yoli', como se conoce a esta mujer de 63 años, es la campesina que atesora la mayor cantidad de semillas ancestrales en su huerto.
"Todos los años planto 3 tubérculos de cada variedad, los dejo 3 o 4 meses en la tierra, los cosecho y los guardo en unas mallas con sus nombres. Las papas duermen un tiempo en la bodega y cuando ya tienen un tallo frondoso, en octubre más o menos, las vuelvo a plantar", explica.
Carteras
Conscientes de la importancia de visibilizar el rol de las mujeres en el cuidado del patrimonio alimentario y la soberanía para la seguridad alimentaria, los ministerios de Agricultura y de la Mujer y Equidad de Género lanzaron el año pasado la Red Provincial de Mujeres Guardadoras de Semillas Tradicionales en Chiloé, a la que ya se han unido 67 agricultoras.
Pese a ser hija y nieta de agricultoras de papas, la historia de Millapichun como guardadora de semillas comenzó hace 13 años cuando conoció a Andrés Contreras, un profesor de la Universidad Austral de Chile (UACh) fallecido en 2014 que dedicó parte de su carrera a juntar el mayor número de variedades de semillas nativas.
Contreras, que determinó en un estudio que el 90% de las papas que se consumen en el mundo tienen su origen en Chiloé y no en Perú, como siempre se ha señalado, compartió sus semillas nativas con varias instituciones y agricultoras rurales.
Millapichun es la única que ha conseguido conservar las 112 variedades que le entregó el profesor. "Yo le prometí que iba a dar todo de mí y que no me iba a lucrar de ello", asegura.
'La Yoli', sin hijos y con una sobrina poco interesada en seguir sus pasos, celebra la creación de la red y reconoce que se angustia pensando en quién se hará cargo de su huerto cuando ya no esté: "Ojalá aparezca alguien a quien pueda dejarle este legado".