En 2016, la educación media en Castro obtuvo sus mejores resultados en el Simce en la región, no solo mejoraron respecto de las mediciones anteriores, sino que eran superiores a sus pares en el grupo socioeconómico del que son parte, pero también, tenían la mejor distribución de estudiantes en los estándares de aprendizaje, es decir, habían más alumnos que lograban el nivel adecuado y los menos en el insuficiente.
¿Qué ha ocurrido entre los años que median entre los mejores resultados y los obtenidos en la última medición en 2024? Unos señalan que las nuevas condiciones normativas tendientes a fortalecer la inclusión se ha convertido en un obstáculo; otros, que la precariedad socioemocional de grupos relevantes de la población por efecto de la pandemia junto a la inestabilidad sociopolítica del país durante el periodo, deterioraron las condiciones de convivencia escolar. Sin embargo, ello no ha sido decisivo. Mi convicción, así como en otras comunas, es que ha existido un deterioro de las condiciones de apoyo y acompañamiento técnico en la implementación de las políticas educativas. La administración municipal ha sido responsable de la pérdida de foco, del desacople entre las políticas educativas y las prácticas de gestión local, más interesada y centrada en la manipulación clientelista de los recursos asociados; se perdió el rumbo al dejar a la deriva la gestión directiva de los establecimientos, ha vaciado de expectativas y sentidos a las comunidades, quienes dejaron de "remar juntos" para embarcarse en una aventura populista, de balcanización de la matrícula secundaria, cayendo en la cooptación de intereses sectoriales por sobre los generales, debilitando la responsabilidad sistémica de la gestión local.
Nuestros estudiantes de segundo medio están próximos, junto a sus familias, a evaluar opciones y tomar decisiones que fijarán el rumbo del futuro que tendrán y en ello la institución escolar debe asumir la responsabilidad de dotar de las capacidades e información suficientes para que dicho proceso sea abierto, transparente y con sentido de responsabilidad. Los resultados de las pruebas en el Simce no son determinantes, pero están condicionando fuertemente las posibilidades de ingreso y mantención en la educación superior a muchos jóvenes que mayoritariamente no alcanzan los aprendizajes adecuados en lenguaje y matemática, ni luego buenos puntajes en la PAES, lo cual se constituye en el principal reto para la nueva institucionalidad pública que debe asumir como propios estos resultados e iniciar un proceso de fortalecimiento de las capacidades profesionales en los colegios medios, carentes hasta hoy de orientación y dirección pedagógica.
Columna
Carlos Delgado Álvarez,, Dr. en Ciencias de la Educación