Secciones

  • Portada
  • Actualidad
  • Deportes
  • Servicios
  • Clasificados
  • Estrellas
[tendencias]

Cortarse las pestañas, la peligrosa moda que siguen algunas mujeres

Es habitual ver en redes sociales ainfluencerssugiriendo esta práctica para lograr una apariencia más larga y espesa.
E-mail Compartir

Ignacio Arriagada M. - Medios Regionales

Desde hace unos meses, una nueva tendencia se ha masificado en redes sociales: cortar o incluso rapar totalmente las pestañas. Ambas acciones se exponen a las mujeres como una alternativa para favorecer el crecimiento y alcanzar una apariencia más larga y espesa de los pelos que crecen al borde de los párpados.

Este viral internacional ha generado cierta aprensión en las usuarias en cuanto a su efectividad y eventuales riesgos a la salud. Dado ese escenario de dudas, este medio contactó a dos especialistas para ahondar en ambas temáticas.

"La respuesta es clara: cortar las pestañas no ayuda a que crezcan más. Al igual que el cabello, las pestañas tienen un ciclo de crecimiento determinado genéticamente. Este ciclo consta de tres fases: anágena (crecimiento), catágena (la pestaña alcanza su máxima longitud) y telógena (la pestaña se desprende y comienza a nacer una nueva). Cortarlas no estimula su crecimiento; lo único que se logra es eliminar parte de su estructura protectora natural", parte explicando a este medio Claudia Cárcamo, jefa de la Escuela de Estética Integral de AIEP.

En cuanto a las consecuencias a nivel de salud, María Fierro, académica de la mención de Oftalmología de la carrera de Tecnología Médica de la Universidad Andrés Bello (UNAB), detalla que "(las dos prácticas) pueden provocar heridas en la zona palpebral, que pueden llevar a tener infecciones bacterianas o fúngicas que terminen en un daño producido en la córnea y una disminución de visión permanente".

Verdaderos efectos

Contrario a lo que se habla de una eventual mejora del aspecto de las pestañas si es que son cortadas, lo cierto es que puede resultar en un crecimiento anormal de ellas.

"El hecho de recortarlas puede hacer que crezcan con distinto largo, grosor y en diferentes direcciones, esto puede traer consecuencias graves como el entropión, donde las pestañas crecen hacia el interior del ojo y dañar la córnea de forma definitiva, además de producir mucho dolor y cambio en la lubricación", advierte Fierro.

Otra de las consecuencias, indica la docente de la UNAB, se asocia a daños en la zona palpebral, produciendo inflamación, enrojecimiento y mucho dolor y la disminución de visión permanente.

"Puede producir secuelas definitivas en la visión central y periférica, ya que, al no tener las pestañas como barrera de protección corneal, esta puede ser afectada por daños que generen cicatrices permanentes", enfatiza.

Por último, la especialista sostiene que siempre está presente el hecho de dañar el folículo piloso responsable del crecimiento de la nueva pestaña, lo cual producirá crecimiento débil o simplemente detendrá de manera definitiva el crecimiento de la pestaña, ocasionando su pérdida.

Ojo con el contenido

En plena era digital, los influencers son claves para masificar consejos de belleza en redes sociales. No obstante, es fundamental que los usuarios hagan un análisis crítico y se informen adecuadamente antes de adoptar tales recomendaciones.

En esa línea, Claudia Cárcamo, con más de una década de experiencia en el área clínica y estética, destaca que "la belleza no debe poner en riesgo nuestra salud", y agrega que si se desea tener pestañas largas y espesas, "existen métodos seguros y respaldados por evidencia, como sueros estimulantes aprobados, extensiones realizadas por profesionales capacitados o tratamientos cosméticos no invasivos".

"Al igual que el cabello, las pestañas tienen un ciclo de crecimiento determinado genéticamente".

Claudia Cárcamo,, cosmetóloga.

7.200 mujeres mueren cada año en embarazos o partos en Latinoamérica

E-mail Compartir

Un análisis a las cifras de las últimas dos décadas sugiere que 7.200 mujeres mueren en Latinoamérica cada año por complicaciones derivadas de embarazos o partos. La estadística supone un descenso del 16,8% con respecto a los datos del 2000 (11.000 fallecimientos), según un informe elaborado por la Organización Mundial de la Salud y dado a conocer por la ONU (Organización de las Naciones Unidas).

La OMS detalla que 4.400 de estas muertes se produjeron en Sudamérica, donde el descenso fue del 13,1%, 1.500 en Centroamérica, con una bajada del 35,4% con respecto a principios de siglo, y 1.200 en el Caribe, un 2,3% menos que en el año 2000.

El descenso regional ha sido inferior al de la media global, que es del 40% entre 2000 y 2023: en todo el mundo se registraron en el último de esos años 260.000 muertes de mujeres en el embarazo o en el parto, frente a las 444.000 de principios de siglo.

Tanto la OMS como la ONU indican que en Latinoamérica el riesgo de que una mujer fallezca a lo largo de su vida por complicaciones en algún embarazo o parto es de una por cada 789 (frente a la media mundial de una por cada 272).

El informe culmina advirtiendo sobre la posibilidad de que estos avances se frenen o incluso se reviertan debido a los actuales recortes de financiación sanitaria en el mundo.