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Recomendaciones para elegir la crema adecuada para cada piel

Antes de embarcarse en la búsqueda, se debe conocer información sobre el tipo de dermis y los activos que requiere.
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Ignacio Arriagada M. - Medios Regionales

A la hora de cuidar la piel, elegir la crema con los ingredientes naturales adecuados es clave para mantener su equilibrio, buena apariencia y bienestar. No obstante, para garantizar tal efecto es necesario saber qué tipo de piel es la que se tiene y, dado sus beneficios, falencias y necesidades, adquirir la fórmula perfecta.

"Las cremas usan materias primas y activos que cumplen finalidades cosméticas específicas. Y como no todos tenemos el mismo tipo de piel, no nos sirve usar cualquier producto. No veremos resultados e incluso, en algunos casos, puede ir en contra de lo que queremos", explica a este medio Clara Valenzuela, químico farmacéutico y experta en cosmética natural.

En el caso de utilizar cremas con fórmulas que son inadecuadas para la piel, se puede acarrear riesgos, desde afectar el aspecto hasta dañar su barrera protectora.

"Lo principal es no obtener los resultados esperados o empeorar alguna condición. Por ejemplo, si una persona tiene piel grasa y usa una crema con alto contenido comedogénico, esta tenderá a bloquear los poros de la piel generando más grasa", plantea la especialista.

Para evitar exponerse a estos riesgos, Valenzuela asegura que es necesario identificar el tipo de piel y sus características a fin de adquirir la crema correcta.

Para facilitar este proceso, la experta entrega la información a este diario:

-Piel seca: frágil, con pérdida de agua y tendencia a descamarse.

-Piel normal: equilibrada en hidratación y protección.

-Piel mixta: puede ser mixta-seca (zona T ligeramente grasa) o mixta-grasa (zona T con tendencia a puntos negros).

-Piel grasa: con poros dilatados, resistente al envejecimiento.

-Piel deshidratada: opaca, con secreción sebácea alterada.

-Piel sensible: propensa a irritaciones y alergias.

La químico farmacéutica plantea que la efectividad de una crema destinada para el cuidado de la piel depende de dos factores: los ingredientes individuales y la sinergia que se dé entre sus activos. Lo que fluya de ambas garantizará o no que se cumplan sus funciones cosméticas.

En esa línea, Clara Valenzuela describe que para "la piel seca joven se sugiere activos de aceite de cáñamo, para la piel seca madura se necesita aceite de arroz y para la piel seca madura avanzada se debe utilizar aceite de oliva. Para la piel mixta yo recomiendo aceite de jojoba y para la piel grasa, aceite de avellana".

concentración

adecuada

También hay activos con beneficios generales como el ácido hialurónico para hidratar, antioxidantes como maqui o murta y proteínas hidrolizadas para mejorar la estructura de la piel. "Lo importante es que estén en una concentración adecuada y dentro de una estructura idónea", enfatiza Valenzuela.

Ahora bien, la especialista en cosmetología reconoce que no siempre lo natural es ideal para todos, puesto que "algunos ingredientes pueden resultar contraproducentes para algunos tipos de pieles".

Por eso, aconseja evitar que las pieles jóvenes usen aceite de coco en el rostro por ser comedogénico, que las pieles secas y sensibles usen retinol puro, ya que puede irritar y, finalmente, que las pieles no usen aceites con ácidos grasos como el de oliva o argán, pues la piel ya tiene exceso de grasa".

"Las cremas usan materias primas y activos que cumplen finalidades cosméticas específicas".

Clara Valenzuela,, experta en cosmética.

Las mujeres tardan hasta un año en normalizar sus niveles tras el parto

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El embarazo y el parto afectan a casi todos los sistemas del cuerpo y un nuevo estudio que analiza 76 parámetros fisiológicos señala que, tras dar a luz, casi la mitad de ellos tardan entre tres meses y un año en volver a los valores de referencia.

Para llegar a este margen, un equipo del Instituto Weizmann de Ciencias (Israel) analizó los cambios en más de 76 parámetros de los más de 300.000 embarazos, lo que proporcionó un conjunto de datos de unos 44 millones de mediciones relacionadas con los sistemas cardiovascular, respiratorio, renal, gastrointestinal, esquelético, metabólico, endocrino e inmunitario.

Los expertos realizaron análisis semanales desde las 20 semanas previas a la concepción hasta las 80 semanas posteriores al parto e identificaron también pruebas de la función fisiológica que mostraban desviaciones de los cambios saludables, en complicaciones del embarazo como la preeclampsia, la diabetes gestacional y la hemorragia posparto.

Los resultados indican que alrededor del 41% de las mediciones tardan más diez semanas después del parto en volver a su estado basal previo a la concepción, algunas hasta un año y otras nunca vuelven a ese estado, resume la publicación.

Entre los valores que tardan aproximadamente medio año en recuperarse se encuentran algunas funciones hepáticas y otros parámetros como el colesterol pueden necesitar hasta un año. Todo ello pone de manifiesto la carga fisiológica del alumbramiento.