Nicolás Labra G. - Medios Regionales

Uno de los desafíos más estimulantes del último tiempo en su carrera tiene la actriz Francisca Walker, quien es la protagonista de la obra "Marlene" en el Teatro Nescafé de las Artes (Providencia), con la que repasa la vida de la histórica actriz alemana Marlene Dietrich, otrora figura de la época dorada de Hollywood.

En entrevista con este medio, la intérprete habla del proceso de investigación sobre Dietrich, los ensayos y el hecho de presentar una variedad de eventos con diversas canciones acompañada de una banda en vivo.

-¿Cómo te involucras en la obra? ¿Te invita el director Juan Cristóbal Meza?

-Sí pues, me invitó él, yo estaba grabando "El señor de la Querencia" y me llamó después de una escena muy heavy, estaba como descansando afuera, era un día de lluvia y me llamó y me dio esta oferta y fue así como "guau, qué entretenido'. Me puse altiro a investigar sobre ella y me volvió loca, pues imagínate tremendo personaje.

-¿Cuánto tiempo te tomó investigar y sentirte dentro del personaje? ¿Cómo fue ese proceso?

-Es que los musicales involucran varias disciplinas. Tanto el baile, el canto, la actuación. Partimos desde la música, lo primero que partimos haciendo fue ensayando las canciones, haciendo las traducciones porque la música es en español. Tiene como algunos guiños en inglés, otros en francés, y fuimos encontrando por ahí.

Al mismo tiempo que la buscaba a ella, como que todavía no entraba y cuando ya recién empezamos a ver los bailes, el cuerpo de Marlene ahí como que empecé a entender un poco más de ella. Bueno, yo también tengo ascendencia alemana, y un día dijimos, 'bueno, ¿cómo hacemos esta coreografía?'. Porque era algo más alemán, como para un cuerpo más tosco, fue antes que ella se refinara. La agarramos desde ahí y me vino una imagen de mi abuela, así de una alemana grandota, media masculina tosca y desde ahí fue.

A veces uno encuentra unas hebras en los lugares menos esperados y desde ahí empecé a buscar en esta cosa que no es asexuada, algo así como andrógino, medio masculino y femenino a la vez. Esa energía desde el cuerpo y el baile me permitió entrar en ella.

También hubo de investigar, me leí el libro que escribió su hija (María Riva), el libro se llama Marlene Dietrich, y conocer a la estrella en su intimidad también fue como una iluminación, porque uno la baja del pedestal y empieza a entender que le pasaban las mismas cosas que le pasan a cualquier actriz. Que en el momento de fama, sale del escenario y se tiene que poner a cocinar, por ejemplo. Entenderla desde el lado más personal y humano fue lo que más me ayudó a entrar en su imagen pública, en cómo construía su personaje.

-No es primera vez que participas en una obra cantando. ¿Pero qué se requiere especialmente para interpretar a Marlene?

-Bueno, Marlene es contralto. Es una mujer muy, muy ronca, con un registro muy abajo y yo, por el contrario, soy soprano. Entonces tuve que trabajar en los bajos, por supuesto. Fíjate que la obra abarca canciones de ella y también otras que no tanto de ella, pero que sí hablan de una época y un contexto.

También hay canciones que necesitan más exigencia vocal, porque Marlene tampoco no era una gran cantante, no era una cantante dotada, pero era una tremenda intérprete y actriz, entonces tenía todo lo que ella hacía mientras cantaba, que era una performance en sí. Lo que había que encontrar tenía que ver con el tono de voz, pero también con una forma de narrar y de sentir la música.

hace un siglo

-¿Por qué crees que debemos seguir revisando todo lo que ella hizo?

-Bueno, creo que todas un poco existimos gracias a ella, las actrices en general. Creo que ella rompió muchos paradigmas. Y también me pasa que veo muchos símiles en los momentos históricos. Lo de los años 20, ya hace 100 años, y lo de hoy en día. Hay muchos símiles en cuanto a una época de entre guerras, donde se buscaba la expresión individual, la libertad sexual. Había muchos grupos minoritarios exigiendo de sus derechos.

El mundo político estaba súper polarizado, y hoy también pasa lo mismo, con minorías buscando formas de tener espacios. Es justamente el mundo de donde viene Marlene, entonces me resuena mucho su figura hoy, pudo ser quien fue, vivir sus amores, rompiendo barreras, sin necesariamente ser una vocera, pero sí viviendo como quería vivir. Eso es valioso, porque hasta hoy se hablan esos temas.

-La obra tiene banda en vivo. ¿Qué veremos en ella?

-La obra es un número de vodevil, por así decirlo, como un número de cabaret. Es como que fuera un collage de canciones y de momentos de la vida de Marlene que te permiten irte con una sensación de quién es esta persona, este ícono en términos humanos. No es una narración lineal, es un espectáculo donde la música no para. Son 13 canciones, cada número musical es muy distinto del otro, hay estilos que se mezclan con el vodevil, el cabaret, el expresionismo alemán, el estilo de la era dorada de Hollywood. No es como una biografía lineal. Además tenemos una orquesta, con batería, piano, violín, contrabajo y trompeta.

Si bien el montaje tuvo presentaciones ayer y el miércoles en el teatro capitalino, por el momento no se informaron nuevas funciones.

"Todas las actrices existimos un poco gracias a ella (Marlene), creo que rompió paradigmas".

Francisca Walker,, actriz.