"Yo quiero que mi padre me diga si no oye una canción buena"
La cantante estrena su cuarto disco, marcado por una etapa de ruptura y los dichos de su papá en medio de las grabaciones.
Agencia EFE - Medios Regionales
Con una primera parte muy melancólica, en una etapa marcada por la depresión y la ruptura, Aitana abre este viernes su "Cuarto azul", un disco de búsqueda en lo musical y personal en el que la cantante española se expone como nunca, como una continuación de su controvertido documental "Metamorfosis".
"De todo lo que se dijo (tras el documental), a mí lo que más me dolió fue lo de mi padre", se sincera en una entrevista con EFE, ante quienes criticaron cómo se desarrollaba su carrera y en concreto la preparación de este álbum, sobre todo cuando su propio padre le comentaba que no veía ningún éxito.
En ese sentido, ella lo tiene claro: "Es que yo quiero que mi padre me diga que no escucha una canción buena (si no la hay), porque es el tipo de comunicación muy real que tenemos".
Fue a él al que llamó cuando en noviembre se dio cuenta de que le pasaba algo. "Le llamé y le dije que quería ir al psiquiatra, que no me podía levantar de la cama. Vino corriendo y avisó a todo el equipo que daban igual los contratos: 'Mi hija no va a hacer nada en este mes para curarse y, si no se cura en un mes, los 234 que hagan falta'", rememora.
Será el público el que determine si convierte en "hits" los 19 cortes que amueblan este cuarto álbum de estudio de entre las 70 maquetas que acumuló, con colaboraciones de los puertorriqueños Myke Towers y Jay Wheeler, el venezolano Danny Ocean o la colombiana Ela Taubert, entre otros.
"Para mí es el más importante, porque es la primera vez que salgo de mi zona de confort; me he exprimido al cien por cien y no sé qué más hacer", señala tras haber colaborado con muchos productores, entre ellos, Davide Rossi, colaborador habitual de la banda británica Coldplay.
Disco sin pudor
Por su extensión y organización, "Cuarto azul" (Universal) es en realidad dos discos. "La primera parte es la más melancólica, de tristeza, de ansiedad, de angustia, también hablo de la muerte a través de la figura de mi abuelo al que nunca llegué a conocer", explica sobre un álbum con muchas baladas en parte por la depresión, como las atípicas "Música en el cielo" o "Cuarto azul".
Niega asimismo que haya sentido pudor al desnudarse en cortes como 'Segundo intento' sobre su frustrado reencuentro con su expareja, el colombiano Sebastián Yatra. "Es que incluso cuando no he expuesto mi vida en mis letras, siempre se han inventado algo. Así que si se van a contar historias, mejor las cuento yo", repone.
La segunda parte del disco es, por oposición, la de "la diversión, la luz y un poco también la nostalgia", con temas más habituales para el público de Aitana como "Conexión psíquica", piezas como "Superestrella" en la que probó a vestirse un poco de ABBA o el final con "La chica perfecta" junto a la hispano-mexicana Alaska.
"Si no era con ella, no la sacaba", dice sobre un corte reivindicativo. "(Lo de encajar en el molde de la chica perfecta) es un poco culpa mía, porque yo misma he querido serlo", reconoce tras darse cuenta que, cuando empezó a escribir por ejemplo sobre sexo, veía resistencias. "Para mí es una forma de romper con eso, porque no quiero ser la chica perfecta", cierra.