Los Lagos es la cuarta región del país donde más subieron los campamentos
Hoy 3.589 familias residen en 75 asentamientos irregulares en Los Lagos, mientras que en Chiloé las cifras respectivas llegan a 160 y 6, según el último reporte de ONG Techo-Chile. La principal razón de las personas para vivir en estos espacios es la búsqueda de independencia.
Un aumento en el número de campamentos y familias viviendo en condiciones precarias golpea a la Región de Los Lagos, situándola por encima del promedio nacional. El dato lo expone el Catastro Nacional de Campamentos 2024-2025 de Techo-Chile, que detalla que la región alberga hoy 75 asentamientos informales, un 17,1% más que en la medición anterior.
En términos comparativos, Los Lagos es la cuarta región con mayor incremento de campamentos a nivel nacional (17,1%), solo superada por Coquimbo (34,2%), Arica (23,5%) y Valparaíso (19,6%).
En ellos residen 3.589 familias, un incremento del 10,7% (353 familias más) respecto al período 2022-2023. Estas cifras, según Ivón Velásquez, directora regional de Techo-Chile en Los Lagos, reflejan "con fuerza las tensiones en el acceso a la vivienda en la región".
Diversos factores convergen para explicar este crecimiento. La profesional señala que uno de los motivos "más relevantes identificados es la necesidad de independencia, especialmente entre jóvenes y familias que viven en condiciones de hacinamiento". Esta urgencia se ve agravada por "el alto costo de los arriendos y los bajos ingresos, lo que limita gravemente el acceso a una vivienda formal a través del mercado".
Estos motivos son, de hecho, las principales razones mencionadas por las familias para asentarse en campamentos en la región. El lento avance en la entrega de soluciones definitivas también contribuye a esta realidad.
Mapa regional
La presencia de campamentos en Los Lagos no es uniforme, concentrándose principalmente en tres comunas: Osorno (22 campamentos con 1.573 familias), Puerto Montt (19 campamentos con 767 grupos familiares) y Calbuco (7 y 337 familias, respectivamente). Sin embargo, el fenómeno se extiende a un total de 16 comunas de la región (ver tabla, página 2).
En Chiloé se contabilizan seis asentamientos: uno en Ancud, dos en Quemchi, el mismo número en Castro y uno en Quellón. En conjunto totalizan 60 familias y una población total aproximada de 415 personas. En la ciudad del Pudeto aparece el campamento "Ricardo Lica-Díaz-Agua Potable" (15 grupos familiares y 39 individuos), mientras que los quemchinos son "Avenida Langdon" (14 y 36) y "Cruz Roja" (30 y 78).
Más al sur, en la capital provincial se cuentan "Los Álamos" (19 familias y 49 personas) y "Prat 2" (22 y 57), cerrando el quellonino "Yaldad", el más grande del Archipiélago, con 60 hogares y 156 pobladores.
Particularmente llamativa es la longevidad de algunos de estos asentamientos. En Los Lagos, 15 campamentos tienen más de 25 años de antigüedad. Estos asentamientos históricos se concentran principalmente en Puerto Montt y albergan a "más de mil personas que habitan en ellos", explica Velásquez.
La directora regional de Techo-Chile enfatiza que "son familias que por años no han sido atendidas y que en muchas ocasiones las soluciones no se ajustan a las necesidades que tienen".
Un rasgo distintivo de los campamentos en Los Lagos es la aparente solidez de sus construcciones, en contraste con la falta de servicios básicos esenciales.
Un 47,7% de los campamentos presenta viviendas predominantemente "semi-consolidadas" y un 27,1% cuenta con viviendas "consolidadas". A pesar de esta inversión en materialidad por parte de las familias, persiste un "acceso a servicios básicos persistentemente precario", según el informe de la organización sin fines de lucro.
Esta es una "situación material paradójica", describe el estudio, que complejiza la realidad de estos asentamientos.
ZONAS DE RIESGO
La ubicación irregular de los campamentos los expone a peligros latentes. En Los Lagos estos espacios habitados se ven afectados con frecuencia por eventos socionaturales, según detalla el informe. Un 64% ha sido afectado por temporales o lluvias fuertes, y un 29,3% por derrumbes o deslizamientos de tierra. A pesar de esta alta exposición, solo el 38,7% de los informantes clave percibe que el campamento se ubica en una zona de riesgo.
Fabián Nail, seremi de Vivienda y Urbanismo, reconoce esta realidad y afirma que "la percepción de riesgo por parte de las familias que habitan en campamentos es una señal de alerta que tomamos con mucha seriedad".
Agrega que "la ubicación de estos asentamientos en zonas expuestas a amenazas socionaturales, como lluvias intensas y derrumbes, requiere respuestas coordinadas y urgentes", e indica que están trabajando en un "nuevo enfoque para los campamentos que incluye no solo la provisión de viviendas, sino también la gestión del riesgo territorial".
Desde Techo-Chile, Ivón Velásquez subraya la necesidad de fortalecer dos líneas de acción principales: el conocimiento y la educación comunitaria sobre los riesgos y la coordinación entre el Estado y otros actores para "implementar medidas estructurales de mitigación, garantizar respuestas oportunas ante emergencias y asegurar que los planes de urbanización o erradicación consideren la seguridad como un eje central".
La planificación territorial es clave, añade, y menciona que mientras Puerto Montt comenzó a actualizar su plan regulador comunal en 2016, el de Osorno data de 1992 (en proceso de actualización), lo que representa una diferencia clave para orientar la expansión y planificar viviendas sociales.
Plan de Emergencia
Habitacional
El Plan de Emergencia Habitacional -estrategia desarrollada por el Minvu para abordar con sentido de urgencia el déficit habitacional que existe en Chile- contempla acciones concretas en Los Lagos, con proyectos de gestión habitacional (relocalización) en distintas etapas (cuatro calificados, cinco en ejecución, dos terminados) y proyectos del programa Construyendo Barrios (mejoramiento y urbanización) también en distintas fases (dos en estudios previos, uno en diseño, tres en obras).
Sin embargo, la escala de estas intervenciones -indica el informe de Techo-Chile- parece "modesta en comparación con las 3.589 familias que actualmente viven en 75 campamentos". Esto lleva al informe a concluir que "las estrategias actuales son reactivas e insuficientes para contener la marea de crecimiento de la informalidad".
La directora regional de la ONG coincide en que el "lento avance en el cierre de campamentos con soluciones definitivas" genera una acumulación de familias en la informalidad, y que la "política habitacional vigente no ha logrado adaptarse al ritmo ni a la diversidad de la demanda".
Adjunta un elemento particular de la región: "Muchas familias desarrollan formas de vida ligadas al entorno rural, manteniendo huertas, animales o emprendimientos familiares, actividades que no siempre se consideran en los proyectos habitacionales actuales, lo que dificulta la transición desde un campamento a una vivienda definitiva si esta no contempla espacio suficiente o condiciones adecuadas".
Esto ilustra, según Velásquez, cómo muchas veces las soluciones ofrecidas no se ajustan a las realidades locales, ya sea en términos culturales, familiares o de sustento económico.
La ingeniera civil industrial cree que es "urgente abrir espacios de diálogo y reflexión que permitan comprender estos procesos en profundidad y proyectar respuestas adecuadas", y aboga por buscar propuestas colectivas que permitan avanzar hacia soluciones habitacionales dignas y sostenibles.
Por su parte, el seremi de Vivienda y Urbanismo valora que organizaciones como Techo-Chile "propongan lineamientos que coinciden con nuestras propias líneas de trabajo, tales como una nueva política nacional de campamentos y la necesidad de transformar el actual enfoque del Programa de Asentamientos Precarios, para hacerlo más integral y efectivo.
2 campamentos tienen Castro y Quemchi, mientras que Ancud y Quellón 1, cada uno.