Lanzan proyecto para protección de las turberas
Justo el día en que se celebra mundialmente a estos ecosistema comenzó esta iniciativa.
Educar, conservar y apoyar los nuevos modelos de ecoturismo no extractivos, en armonía con la naturaleza, busca la ejecución del proyecto "El tiempo de las turberas", financiado por el Fondo de Protección Ambiental del Ministerio del Medio Ambiente y que fue lanzado ayer en el marco del Día Mundial de las Turberas.
Según se informó desde la organización, el corazón de la iniciativa es celebrar las relaciones que existen en torno a este ecosistema crucial para la vida del Archipiélago, mediante la creación de material educativo que permita mediar los santuarios, otorgando al visitante la posibilidad de vivir una experiencia significativa.
Un equipo multidisciplinario, liderado por la Corporación de Turismo y Desarrollo Chile Austral y conformado por el biólogo Carlos Álvarez y el geógrafo Álvaro Montaña, además del apoyo de la Fundación La Ciudad Posible, buscará también involucrar a las comunidades cercanas a estos santuarios, además de las escuelas rurales de Notuco, Huite y Púlpito, establecimientos educacionales públicos de las comunas de Quemchi y Chonchi.
A través de actividades de ciencia ciudadana y acciones participativas, durante los seis meses que dura el proyecto, se promoverá la colaboración y el fortalecimiento de los lazos locales con su entorno natural.
Sustentable
"Para nosotros trabajar con la Red de Turberas es parte del apoyo que queremos dar a comunidades que conservan los ecosistemas y ven en ellos una oportunidad para el turismo sustentable en armonía con el desarrollo local", indicó Verónica Calderón, socia de la Corporación Chile Austral
A su vez, Hermes Vera, gestor de la Red de Turberas de Chiloé, manifestó que "lo que más nos motiva de este proyecto es trabajar con expertos que nos ayuden a conocer mejor nuestras turberas, para seguir así en la senda de la conservación y el turismo".
También se indicó que en este caso, el problema ambiental detectado se centra en la fragilidad de los ecosistemas de turberas, afectados por la extracción de vegetación, el cambio de uso del suelo y la falta de conocimiento sobre su importancia.