Redes Sociales y la política
Señor Director:
He seguido con atención lo que se ha comentado a propósito del cambio de intendente en las redes sociales. No me deja de sorprender la forma que tenemos de reaccionar los seres humanos. Constantemente se repiten calificativos como "chantas", "ladrones", "corruptos", "patanes", entre otros.
Que la política no está bien, qué duda cabe. Es cuestión de repasar las noticias durante el último año, las que dan cuenta de hechos negativos que se fueron confirmando uno tras otros. De ahí que los ciudadanos que no hemos participado de la "élite política" en los últimos 25 años, podamos sentirnos muy molestos, con lo que hoy sucede en Chile.
En mi opinión, no es fácil lo que estamos viviendo como sociedad. Sin embargo, soy de los que piensa que podemos salir de esta compleja situación, como lo hemos sabido hacer en tantas otras ocasiones en que nuestro país ha debido enfrentar momentos difíciles.
Creo, con firmeza, que debemos comenzar por terminar con esta suerte de circo romano, que se complace en determinar el destino fatal de las personas mediante la crítica feroz, llegando incluso al "asesinato de imagen".
Estoy seguro que esas mismas críticas, a veces despiadadas, que vertimos a través de las redes sociales, un porcentaje importante de los que las emiten no se atreverían a insinuarlas siquiera si tuviesen al frente a la persona objeto de las mismas.
Son muchos los que participan en política y muchos más los que se desempeñan profesionalmente en el sector público, de manera honesta y abnegada. Por lo mismo, es que no merecen ser tratados ni como ladrones ni como sinvergüenzas, ni con ninguno de esos calificativos que con tanta facilidad empleamos para referirnos a esa comunidad.
La democracia nos ofrece una forma que -a mi juicio- es incuestionable para que los ciudadanos comunes y corrientes, sin privilegios de ninguna especie, podamos expresar nuestra disconformidad: es el derecho a voto. Salvo que alguien proponga una forma distinta de gobierno, los ciudadanos en democracia, si queremos, podemos a través de nuestro voto mejorar nuestro sistema político.
Para que ello ocurra, es importante asumir que no solo tenemos derechos, también tenemos obligaciones. Una obligación es hacernos cargo, con responsabilidad, de quienes queremos que nos gobiernen, pero si nos excusamos permanentemente y culpamos al sistema o como el cojo al empedrado, de seguro nada va a cambiar.
Si nuestras demandas no mejoran en materia política o ciudadana o lo que quiera que sea, es porque como integrantes de la comunidad de la que formamos parte - ya sea el país, la región, la comuna, la junta de vecinos o el centro de padres-, no hemos sido capaces de hacer bien nuestro trabajo como actores, protagonistas del tiempo que nos toca vivir.
Si queremos verdaderamente que esto cambie, estamos llamados cada uno de nosotros a ser protagonistas en las comunidades donde nos toca actuar y una buena forma de comenzar, sería ejerciendo el sagrado derecho a elegir a quienes queremos que nos representen, porque Chile lo construimos entre todos. ¡Ahora es cuando!