Pedro Bárcena González
Por más de tres semanas prepararon sus voces. Motivados se enfocaron en su presentación. Y no defraudaron. Ante la totalidad de los internos y una decena de invitados especiales, siete reclusos del Centro de Detención Preventiva (CDP) de Castro dieron vida ayer a la segunda versión del Festival de la Canción de la unidad penitenciaria.
La iniciativa no solo permitió descubrir el talento de los reos e imputados, sino que involucró a toda la población penal que apoyó a sus favoritos y siguió con entusiasmo los temas presentados en una jornada que se extendió por más de dos horas en el patio techado del recinto.
Los tres primeros lugares de la jornada fueron para Cristián Sánchez, Eduardo Barrientos y Richard Bustamante, quienes pese a no recibir algún estímulo material, agradecieron la ovación de las más de 100 personas que asistieron a la actividad.
Objetivo
Tal como explicó el encargado del Departamento Social del CDP castreño, Juan Carlos Márquez, el principal objetivo del festival fue "la reinserción social desde el punto de vista artístico-cultural". No importó mayormente el nivel interpretativo de los participantes, sino la motivación que presentaron en el escenario.
"Más allá de su nivel artístico, nos interesa que puedan usar de forma positiva su tiempo libre para insertarse a la sociedad con el canto y la música", apuntó el organizador del evento que tuvo su primera versión el 2014 y que espera proyectarse.
"Hay que destacar que esta es la primera actividad artística después del movimiento de los pescadores, la primer instancia para despejarse y para hacer un pequeño aporte a la comunidad con el esfuerzo de los internos. Además, tenemos pendiente la realización de un festival a nivel regional, donde intervendrían internos de todas las unidades penales de la zona", acotó el asistente social.
Asimismo, en la ocasión brilló con luces propias la banda de la unidad conformada por seis presos que son parte del taller de música de la cárcel local. Su instructor, Jorge Hernández, resaltó el valor agregado que emana de estas presentaciones y de cada clase que permite inspirar a las personas privadas de libertad, aunque sea por un momento.
Proyecto
Desde agosto del año pasado se encuentra al mando del curso este monitor, quien enfatizó que la idea surgió "del proyecto Arte Educador de Gendarmería que aporta con todos los instrumentos y logística. Yo me encargo de llevar adelante el taller que está conformado por 15 internos".
El "profe" como lo llaman los internos, manifestó que con el tiempo se ha visto el interés por incrementar la cobertura del taller. "Muchos quieren participar e invitamos a otros chicos para que mantengan una actividad fuera de su rutina en el recinto. Es una actividad valiosa, un gran aporte para ellos", concluyó.
Integración
"Queríamos que todos se integraran de alguna forma y creemos que se logró". Así resumió el resultado de la jornada Carol Ojeda, estudiante de la carrera de Técnico Sicosocial del Instituto La Araucana, quien finalizó su práctica junto a Viviana Ojeda con los preparativos de este evento. "Los chicos se mantuvieron por más de tres semanas ensayando y siempre se vieron muy motivados", acotó Viviana.