Achao se transformó por tres días en la capital del folclor del Archipiélago
Festividad de día y de noche se consolida como unas de las más importantes del verano insular.
Hasta pasadas las 3 de la madrugada de ayer lunes terminaron de actuar las últimas agrupaciones invitadas al XXXV Encuentro de las Islas del Archipiélago en Achao, evento que congregó a más de 40 conjuntos folclóricos de diversos puntos del país y de Chiloé.
Por tres noches se vivieron las maratónicas veladas de música que comenzaban a eso de las 20.30 horas en el Gimnasio Fiscal y a lo que se suma en el día la tradicional muestra gastronómica, de artesanía y oficios en el predio ferial que también atrajo a quienes llegaron el fin de semana a esta ciudad de la isla Quinchao.
Se calcula que a lo menos unas dos mil a tres mil personas llegaron por día a disfrutar del evento del folclor por excelencia de Chiloé, y el más importante del verano achaíno.
Para el encargado de Cultura del municipio local, Ramón Yáñez, se trató de un encuentro que invita a reflexionar sobre la importancia de seguir manteniendo estas actividades en el tiempo, pues ponen en valor el trabajo de los folcloristas.
"Creo que la importancia de esto es que es motivador para los folcloristas de seguir adelante cultivando esta música y, por supuesto, unirnos más como músicos, tratar de mantener vigente nuestra música autóctona, sobre todo ahora en estos tiempos en que nos hemos alejado de las tradiciones. Creo que ese es el reto principal, que esto se masifique", mencionó el folclorista.
Agregó que la localidad se consolida, una vez más, en la escena cultural del Archipiélago. "Estamos muy contentos y satisfechos, porque sabemos que esto ya tiene un nombre, más lo que fue el carnaval el día viernes y la muestra gastronómica. Quedó demostrado que Achao es un centro del folclor chilote", sentenció Yáñez.
Motivador fue también para la organización del evento la participación de niños y jóvenes en los conjuntos que actuaron en Quinchao, entre los que destacaron aquellos provenientes de zonas como Llingua o Terao, los que llenaron de color y baile el encuentro musical.