Nicolás Labra G.
El quiebre entre la directiva de Blanco y Negro y el plantel de Colo Colo no tiene, por ahora, ninguna posibilidad de resolverse. Las posiciones siguen alejadas. Mientras jugadores como Esteban Paredes, Julio Barroso y Matías Zaldivia dicen que la decisión fue tomada de manera unilateral, el mensaje de la directiva es que, si no hay recorte, la viabilidad financiera de la concesionaria corre peligro debido a los ingresos mermados por la pandemia y la suspensión indefinida del torneo.
Aníbal Mosa, presidente, indicó que en este año el club gasta 1.150 millones mensuales y que de eso el 75% a 80% se va en sueldos, cifra que bordea los 862 a 920 millones.
De los recursos, en tanto, dijo que el cheque mensual por CDF -unos 300 millones de pesos- dura hasta "el séptimo día del mes".
El dato revelado por Mosa sobre los sueldos es alarmante, ya que indica que el costo anual de la plantilla ha ido creciendo desde 2015, año en que el empresario sureño llegó a esta presidencia -específicamente a fines de abril- después de haber entrado en la propiedad de la sociedad anónima en diciembre de 2010, tras adquirir el 11% del 13,77% que vendió Sebastián Piñera.
Si se revisan las cifras anuales desde ese año hasta el 2019, según los estados financieros de Blanco y Negro, el aumento en pago de remuneraciones al plantel y cuerpos técnicos alcanza casi los tres millones de pesos, un 34,58% más.
En 2015 se cancelaron $5.626.847 y en 2016 $5.666.329. En 2017 se elevó a $7.953.384 y en 2018 alcanzó su tope máximo según los estados con $9.681.727 en gastos. Así, los valores promedios alcanzaban los 468 millones en 2015, 472 millones en 2016, 662 millones en 2017, 806 millones en 2018 y 716 millones en 2019.
Respecto al caso de Paredes, por ejemplo, ha recibido sucesivas renovaciones. A mediados de 2015 firmó hasta fines de 2016; en octubre de ese año lo extendió hasta fines de 2017, y según El Mercurio, pasó a cobrar 20 millones mensuales, aunque en ese momento el sueldo más alto era el de Jaime Valdés con 36.
En julio de 2017 firmó por un año y medio más en el que sería su último contrato. En su última renovación de enero estampó su firma por 40 millones mensuales, siendo el mejor pagado del plantel.
A su vez, y según la memoria reciente de 2019, ByN desembolsó $8.601.767 en remuneraciones, lo que comparado al 2015 da un aumento de $2.974.920. Para peor, los balances anuales han mostrado magras cifras. En 2019 las pérdidas fueron por $2.200 millones, en 2017 por $2.933 millones y en 2016 por $1.200 millones. El ciclo negativo, de 2014 a 2017, solo se rompió en 2018 con ganancias por $4.232.829.
El estilo "pro jugador" del puertomontino no está exento de críticas. "Se han cometido errores, siempre me sorprendió la cercanía de Mosa con Paredes y el plantel, es no entender esto. Los presidentes que son sentimentales están en una base errónea, esto es una relación profesional", calificó el expresidente Peter Dragicevic a radio Cooperativa.
La u, gasto similar
En los últimos años Universidad de Chile también ha gastado cantidades similares en remuneraciones, lo que obligó a la directiva, ya sin Carlos Heller como rostro visible, a disminuir el costo de la plantilla de este año en unos 300 millones de pesos, según indicó Sergio Vargas, uno de los gerentes deportivos.
Si en 2015 pagaban $7.584.710 millones, en 2016 $7.624.582 millones, en 2017 $7.378.610 millones, en 2018 fue el tope de los últimos años con una cifra que es la más alta entre los tres grandes al cancelar $9.993.385. El 2019 rompió la tendencia con una disminución de más de mil millones y cancelar $8.604.585.
El caso de Universidad Católica deja unos datos interesantes. Por ejemplo, de 2015 a 2019 la planilla aumentó en más de tres mil millones, un 43% al pasar de $4.028.472 a $7.7075.881, reflejando un fenómeno similar al de Colo Colo. Aunque en 2019 tuvo ganancias récord por 2.582 millones de pesos.
7 días del mes alcanzan a cubrir mensualmente los dineros del CDF, según Aníbal Mosa.
8 mil 600 millones pagó en remuneraciones el 2016 Blanco y Negro al plantel.