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Chilotes unen fuerzas para ir en ayuda de los más necesitados

Pese a que los efectos de la pandemia por coronavirus siguen golpeando a muchas familias, la solidaridad va en aumento en todo el territorio insular. Las ollas comunes y reparto de almuerzos son claros ejemplos.
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César Cárdenas Ruiz

Son tiempos difíciles para miles de isleños que se han visto fuertemente afectados por la crisis sanitaria y social que ha traído consigo la pandemia por covid-19. Muchos pobladores están lejos de acceder a soluciones, mientras las carencias se agudizan en los sectores más vulnerables.

Frente a este escenario, son varias las personas, asociaciones y grupos a lo largo de Chiloé que están impulsando y coordinando distintas iniciativas, en muchos casos autogestionadas para ir en ayuda de quienes más lo necesitan.

Es así como viajando hasta el norte del Archipiélago, nos encontramos con Ancud Solidario una organización que está pronta a constituirse de manera legal y que nace bajo el alero de una familia de vecinos ancuditanos. Ellos decidieron ir en ayuda de sus coterráneos con la entrega de almuerzos, en medio del complejo presente en que se vive, acentuado por la cesantía y la escasez de recursos económicos.

Así lo comentó Jaqueline Zúñiga, una de las gestoras de la iniciativa, quien manifestó que recorriendo los límites de la ciudad, han podido observar in situ la realidad de diversas comunidades.

"Partimos aproximadamente hace un mes y medio con este tema de los almuerzos solidarios, esta es una iniciativa familiar, somos Christian Vera, Johana González, Lautaro Vásquez y yo, somos cuatro personas, no somos más que eso; empezamos a juntar recursos entre amigos, conocidos, familiares, que de a poco nos han ido aportando con lucas, con insumos, para hacer nuestros almuerzos solidarios", enfatiza.

La joven ancuditana señala que a la fecha han podido entregar más de mil colaciones a distintos sectores de la comuna.

"La primera ocasión teníamos 50 pronosticados, pero hicimos 70, y de ahí no hemos parado, ya llevamos todas las semanas 170 almuerzos para nuestros vecinos en distintas partes de la comuna; entregamos en el sector de Villa Primero de Mayo, Población Libertad, Ex Cancha Los Huasos, calle Lica Díaz, y familias que vienen a buscar directamente a nuestras casas", detalla.

Jaqueline cuenta además con un emprendimiento de venta de productos de aseo, algo que sirvió en lo que fue la selección de los beneficiarios.

"En un principio nosotros llegamos solamente al sector de Lica Díaz. Nosotros llegamos por la venta de productos de aseo, entonces vimos que ahí en ese sector habían dos grupos; en la parte de atrás del estadio (de Pudeto Bajo), igual vimos que había una toma, como una especie de campamento, y ahí empezamos nosotros, preguntando: ¿Oiga ustedes necesitan almuerzo? De copuchenta en realidad", evidencia.

Rotary

Cada sábado se da cita en las instalaciones del Rotary Club de Ancud, las integrantes del Comité de Damas, para preparar la alimentación que se entrega posteriormente al populoso sector Padre Hurtado.

Angélica Pérez, presidenta de este comité, indica que en menos de un mes ya han alcanzado la cifra de medio millar de colaciones repartidas. "En un periodo de 30 días ha sido posible entregar 500 almuerzos, con minutas variadas, bien balanceadas, considerando que a dicha alimentación tienen accesos adultos y niños, por lo que hay que esmerarse para que las raciones contengan todos los aportes nutricionales", sostiene.

En este contexto, el presidente de la institución, Ricardo Wagner, expresa que "no ha sido una tarea fácil, en atención que gran parte del quehacer social que desarrollaba el club se hacía con los recursos que se obtenían por los arriendos del salón principal de la Casa de la Amistad; hoy, dada las condiciones de pandemia, esto no es posible, de ahí que hemos tenido que recurrir a los aportes de los socios y socias del club. Sin duda uno de los aportes más importante es la mano de obra del Comité de Damas y eso nos ha permito llegar con alegría hasta nuestros vecinos", expone.

Castro

Mensajes de gratificación y felicitaciones, llegan cada día a la cuenta de Facebook de la Junta de Vecinos de Villa Chiloé en la capital provincial, pobladores que también decidieron unirse para ayudar a las familias que no pueden trabajar y tener un sustento diario para sobrevivir, debido a la complejidad que trajo consigo el nuevo coronavirus. Formando entre todos una gran cocinería de camaradería, reparte almuerzos dos días a la semana.

"Empezamos a fines de julio y nace bajo la necesidad que existe de las familias, adultos mayores y matrimonios jóvenes que están cesantes y que tienen niños y no tienen como entregarles alimentos a ellos. Por eso nació la iniciativa de nuestro sector en este caso de hacer olla común para ir en ayuda de estas familias, abuelitos que están necesitados de cariño y alimentos", aclara.

De forma totalmente autogestionadas y la colaboración de distintas personas en forma transversal, en poco más de un mes, estas personas han logrado llegar a más de 100 colaciones entregadas. "Hacemos esto los viernes y domingos; empezamos con 25 personas (beneficiadas) y hoy día entre viernes y domingos, estamos ya llegando a las 45 personas (por fin de semana)" precisó.

Quellón

Historias similares comparte Tamara Martínez, quien es la encargada de la Oficina de la Juventud de la Municipalidad de Quellón, donde en conjunto con un grupo de voluntarios han logrado a un importante número de personas para llevar a cabo ollas comunes solidarias.

"En la oficina tenemos un área social, que se hace con voluntarios que están estudiando trabajo social también, y producto de la pandemia han vuelto a Quellón. Nosotros con los chicos formamos un voluntariado que lleva años, solo que va cambiando la modalidad de trabajo; nosotros decidimos antes de que llegaran las canastas del Gobierno, recolectar alimentos y repartirlos en cajas, esa fue nuestra primera acción", describe la fuente.

Bajo esta premisa, la joven quellonina manifiesta que lo que vino posteriormente fue la elaboración de ollas comunas.

"La segunda acción fue netamente ya trabajar en ollas comunes y sostenemos una olla común en el sector de Estero Quellón, donde alimentamos a tres campamentos, los únicos que hay en la comuna de Quellón. Al principio lo realizábamos en la oficina, con un grupo de cocineras voluntarias, y luego lo trasladamos al sector, el propietario de las cabañas Los Aromos, nos facilitó su fogón", apunta.

La cruzada solidaria se realiza todos los domingos y hasta ahora se han repartido aproximadamente 800 almuerzos, provenientes de estas ollas comunes.

"Ya llevamos todas las semanas 170 almuerzos para nuestros vecinos".

Jaqueline Zúñiga,, gestora de Ancud Solidario.