columna
2020: el año en que cambió la educación en Chile
Sin aviso la educación a distancia se convirtió en la única posibilidad de formación para millones de personas de todas las edades. La pandemia, que encerró en sus casas a buena parte del mundo, hizo que esta forma de educación terminara de legitimarse, en un año académico que, en el caso de Chile, recién comenzaba.
Si hasta hace solo algunos años hablar de clases a distancia era mirado con recelo, en 2020 la educación online se enfrentó a los mitos y aprehensiones que se habían construido a su alrededor con un saldo más que positivo. Su efectividad fue puesta a prueba en miles de colegios, universidades y otras instituciones educativas alrededor del mundo. En la mayor parte de los casos el resultado se puede considerar exitoso.
De todas formas, buena parte de estas instituciones tienen aún, un largo camino que recorrer. La educación online es mucho más que una reunión por zoom o una presentación de diapositivas. De hecho, es más bien, una posibilidad de dar autonomía a los alumnos y llegar a personas y lugares a los que antes no se podía, abriendo las aulas a quienes hasta este momento no tenían acceso debido a diversos motivos.
Es importante destacar que esta modalidad de aprendizaje no debe ser tomada a la ligera ya que, al igual que la educación en sala, debe ser pensada para cada uno de los partícipes y no puede ser entregada de una manera estandarizada. Cada temática y público es diferente, por lo que es necesario definir qué contenidos, metodologías, herramientas y recursos son los más adecuados. Para eso, recursos como videos, casos de estudio, lecturas complementarias, gráficas y juegos y hasta material interactivo, deben ser parte del inventario en la confección de un curso a la medida de su audiencia.
Hoy, que la educación online ya se instaló y debemos tener claro que los desafíos que presenta este tipo de aprendizaje, tanto para instituciones como partícipes, deben ser manejados de manera profesional, y que todas las metodologías que existen alrededor de ella deben tener un continuo perfeccionamiento y actualización, de manera que el aprendizaje y capacitación de las personas sea de alta calidad y la tasa de deserción sea lo más baja posible.
La educación online jamás reemplazará a las clases presenciales, sin embargo debemos comprender que es un complemento, ayudando así a hacer más eficientes los procesos de capacitación y educación continua, sobre todo si pensamos en el futuro al que nos enfrentamos con esta nueva normalidad.
Luz María González, gerente, general de eClass